Volkacio Soft AU

Parte 1,5

El timbre sonó, Horacio no entendía muy bien lo que pasaba. Volkov solo le había hecho una señal y luego dio media vuelta sin responder a su oferta. Prefirió no especular, si lo pensaba mucho se crearía ilusiones y no quería volver a sentir el sabor amargo que el rechazo dejaba en su boca. Pero dentro de su corazón aún guardaba algo de esperanza, por lo que no pudo evitar sentirse nervioso al saber que podía ser él el que estuviera detrás de esa puerta. Con el estómago retorcido y conteniendo la respiración abrió la puerta.

- Priviet - se anunció Volkov con un par de botellas y bocadillos en sus brazos.

Mariposas inundaban el estómago de Horacio mientras sostenía la puerta para que el ruso pasara. Volkov dio un par de pasos dentro del departamento y lo analizo rápidamente, no era muy diferente al suyo, su mirada se detuvo en el gran ventanal que se ubicaba al fondo del departamento, este apuntaba a otro gran edificio,

- ¿No son las mejores vistas verdad? - al ver hacia donde miraba, Horacio no se demoró en deducir lo que pensaba – mire allá - dijo apuntando a su derecha – esta es más pequeña, pero la vista mejora bastante -

Sin decir una palabra Volkov se dirigió al ventanal que Horacio le había señalado, la escaza luz nocturna que proveía la luna dejaba ver a lo lejos las montañas de Vinewood, inconscientemente sus ojos se movían hacia las luces de los autos que pasaban por la calle, no era algo espectacular, pero era mejor.

- Del Perro Heights no se destaca por sus vistas - se lamentó el comisario

Horacio retiró de sus manos las botellas que había traído para ayudarlo y guio a Volkov hacia el sofá junto al ventanal principal para que ambos pudieran estar más cómodos. Una vez se aseguró de que el ruso estuviera a gusto, se dirigió a la cocina, sacó un par de vasos de whiskey y un par de vasos de shot de la estantería, seguido del vodka que había comprado especialmente para una situación como esa,

- No se olvide del hielo - le recordó Volkov. Él asintió y procuró no olvidarlo, - encontré algo de tequila en casa y se me ocurrió que podríamos terminar la botella de vodka que me quedaba antes de abrir otra, aunque déjeme decirle que no lo dejaré beber como la última vez Horacio, no queremos que se duerma de nuevo - dijo de manera amistosa.

Horacio se sonrojó un poco, definitivamente se lo tomaría con calma esa noche, no quería quedar en ridículo frente a él otra vez.

Una vez todo estaba preparado y en su lugar, Horacio le hizo una señal a Volkov para que se sirviera – siéntase en casa - le dijo con una sonrisa. El comisario se sirvió un shot de tequila, sin pensarlo dos veces lo acercó a sus labios y con un veloz movimiento el líquido bajó por su garganta quemando ligeramente las paredes de su esófago, arrastrando consigo una onda de calor que inundaba el cuerpo de Volkov por completo. Horacio rió suavemente al ver la mueca que hacía Volkov luego de beber el tequila, no se lo imaginaba cambiando de expresión al beber alcohol. El ruso al darse cuenta lo miró con una ceja levantada, le sirvió un shot a Horacio y se lo ofreció – Hay que ponerse en ambiente hombre - El chico tomó el pequeño vaso, y sabiendo lo que le esperaba cerró los ojos para beber rápidamente el fuerte alcohol, el ardor que el tequila causaba al bajar por su garganta era de cierta forma placentero, quizás era el aumento de temperatura o simplemente había condicionado a su cerebro a creer que le gustaba tal cosa. Volkov rió al ver la fuerte reacción de Horacio, se sentía como una inocente venganza.

El tequila no se demoró en hacer efecto en Horacio, Volkov al notarlo, decidió hacerle una bebida lo más suave posible sin que este lo notara. Dejó el vaso frente al chico y prosiguió a hacer su propia bebida bastante más fuerte.

- Asi que, Gustabo es su hermano, pero no de sangre, ¿verdad? - fue la primera pregunta que se le vino a la mente

- Si - respondió con un deje de melancolía – estamos juntos desde muy pequeños, para mí es como si fuera mi hermano de sangre -