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Estaba nervioso, las manos le sudaban y su pierna parecía que tenía vida propia, ya que no dejaba de temblar. Si seguía así de nervioso conseguiría un boleto gratis al hospital por una taquicardia.

Se había citado con Irene en el café de su preferencia, pues quería calmar algo de sus nervios con un café bien cargado. Claro, no le ayudaba mucho pero hacía que las cosas llegaran al número cien.

La puerta tintineo anunciando la llegada de un nuevo cliente, con el golpeteo de su corazón contra sus oídos se giró para levantar su mano llamando a Irene.

Ella se encontraba con una sonrisa amigable, caminando elegantemente hacia su mesa, un brillo en sus ojos aún sosteniendo el ramo de flores que su novio le había regalado.

Viendo el brillo en los ojos de Irene se recordó a sí mismo, recordando la felicidad que inundaba en su pecho cuando Jungkook le regalaba algo o le decía algo. En el brillo de los ojos de Irene pudo ver aquel brillo caracterizado de alguien enamorado.

Y se sintió mal.

Había hecho lo que le hicieron a él.

—Hola.—Sonrió sentándose enfrente de él.

—Hola.—Respondió.—¿Quieres algo? Yo invito.

—No, acabó de almorzar así que estoy llena.—Acomodo el ramo de flores en la mesa, posicionándolos frente a Taehyung, de forma inconsciente haciéndolo sentir mal.—¿Podríamos ir al grano de por qué querías verme? Tengo algunas cosas que hacer.

Taehyung soltó una bocanada de aire, asintiendo y bebiendo un poco más de su café.—Claro.

El tiempo pasaba de forma lenta, mientras explicaba lo que había pasado se grabó en su memoria como el rostro feliz de Irene se deformaba en uno doliente.

Irene no podía creerse las palabras que Taehyung le soltaba, no podía hacerlo aunque este se lo dijera con una sinceridad hiriente. El punto de ebullición para derramar las lágrimas acumuladas en sus ojos fue cuando Taehyung le confesó que Seokjin no quería que se lo dijera. Que quería ocultar aquello.

Todo fue como se lo espero, pues él había tenido la misma reacción cuando se enteró del amorío de Jungkook.

La misma negación, las mismas lágrimas y el mismo temblar en sus manos. Nunca es fácil aceptar que una persona que juraba amarte te ha traicionado, no cuando amas a esa persona con toda el alma.

Comprendía todo el dolor que Irene sentía en ese momento, comprendía cada una de las lágrimas soltadas y de cómo trataba de que estas dejaran de caer. Pues lo recordaba como si fuera ayer.

Recordaba bien lo que se sentía.

Incluso la cachetada que Irene le soltó le recordó al dolor en su pecho.

Taehyung la vio irse del lugar en cámara lenta mientras limpiaba sus lágrimas, siguiéndole con la mirada hasta afuera de la cafetería, donde la vio tirar el ramo de flores que traía con tanto cariño al entrar a la cafetería.

Irene se giró al sentirse observada, mirando a los ojos de Taehyung. Haciendo que la conciencia de Taehyung martillase aún más.

Era tan ruin como Jimin y Jungkook.

Había lastimado a una persona que no tenía nada que ver en su vida, había herido a una persona que no le había hecho nada.

Si bien él no fue el único en aquel acto, era un personaje en este. Siendo el personaje secundario del dolor de Irene.

Incontrolablemente reposó su cabeza contra sus manos dejando que sus lágrimas cayeran contra la mesa de madera. Rompiéndose un poco más de lo que ya estaba. Aún sin poder creer lo que había hecho.

I NEVER EXISTED 存在 ┊ kookmin auᵎDonde viven las historias. Descúbrelo ahora