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Gota tras gota.

Bebía del vaso como si fuese agua, llevándose la botella a la boca recibiendo aplausos cuando trataba de bebérsela toda.
Sus amigos viéndole con cierta preocupación pero velando por su bienestar a su lado.

Cualquiera que estuviese al tanto de los sentimientos de Jimin sabía que lo único que estaba haciendo era ahogar un poco de toda la pena que había estado pegada a su pecho, tragándose el nudo que sentía en su garganta y tratando de olvidar muchas de las cosas que le habían mantenido en insomnio todos estos días.

La pasaba mal, pero quería divertirse.
Divertirse en la farsa que su madre había montado para así limpiar lo que quedaba de su nombre.

Con la música sonando por los parlantes y las personas animándole con su concurso de beberse toda la botella.

El lugar estaba lleno de personas con las que nunca se había dirigido una palabra, personas que habían hablado mal de él y personas que le habían arrancado el corazón, pero él tenía que pasarla bien, tenía que mantener esa sonrisa y esa firmeza que tanto le había caracterizado. El gran Park Jimin tenía que mantener su cabeza en el alto aunque su mundo se haya venido abajo, tenía que mantener las apariencias y mantenerse indiferente ante lo que pasaba a su alrededor, porque ese era un entorno superficial donde a nadie le importaba realmente los sentimientos de otro a nadie le importaba si alguien estaba bien, todo era a base de tu apariencia ante las cámaras y ante los demás, todos te evaluaban por ello.

Y eso a Jimin le cansaba.

Ser visto como una persona imponente le gustaba, claro, pero estar todo el tiempo en el ojo del público le había traído estas consecuencias, todos creían que podían juzgar su vida como si la conocieran, creían que podían juzgarlo a base de lo que él mostraba a los demás.

El alcohol empezaba a hacerle efecto, de repente se volvió más eufórico moviendo su cuerpo al compás de la música mientras dejaba que el alcohol le hiciera pasar un buen rato.

—Ya basta, te vas a intoxicar.—Susurró Irene sosteniendo la mano de Jimin, alejándolo de la botella de vino.

—Déjame, no pasa nada.—Dijo envolviendo su brazo por los hombros de su amiga, recostando su cabeza en su hombro mientras reía.

—Jimin, dame la botella.—Pidió.

—Ah, que mala.—Rodó los ojos mientras reía, soltó la botella y se la pasó a su amiga quien le miraba preocupada.—Bailemos.

Irene accedió tomándolo de las manos y yendo hacia el tumulto que se movía al compás de la música.

Por otro lado, Jimin no era el único que hundía el nudo en su garganta en alcohol, Taehyung y Jungkook estaban sentados lado a lado sin dirigirse ni una palabra mientras pedían cada vez más copas de ron.

Jungkook sabía cómo controlar su cuerpo ante el alcohol, sabía cómo hacer que este no se le subiese tan rápido a la cabeza, pero Taehyung no. Después de unas rondas bebiendo en seco ya se encontraba mareado, queriendo reírse de sí mismo.

Veía por el tumulto de gente a las personas conocidas bailando, disfrutando y pasándola bien, algo que envidio, sobre todo cuando se topó con la sonrisa enorme de Jimin quien movía sus brazos en el aire mientras daba pequeños saltos al lado de su amiga.

Podía envidiarlo en todos los sentidos, sobre todo en el sentido de que la estaba pasando bien a pesar de todo.

Miró de reojo a su lado encontrándose con Jungkook sonriendo en dirección de Jimin, sus ojos clavados en la sonrisa y en las mejillas sonrojadas del modelo. Con un suspiro pidió otra ronda de ron, tragándoselo con mucho apuro, prefería el ardor de aquel líquido al ardor del dolor de su corazón.

I NEVER EXISTED 存在 ┊ kookmin auᵎDonde viven las historias. Descúbrelo ahora