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El sol se escurría por sus pómulos, el aviso de haber aterrizado en Seul le despertó. Agradecía haber dormido un par de horas después de habérsela pasado en vela toda la noche.
Las horas de vuelo incomodo le había quitado las ganas de dormir, recostó su cabeza contra la ventana para terminar de despertar. Lo cierto de su falta de dormir había sido en gran parte culpa de los nervios que parecían carcomerle las palmas mientras se escurrían hacía su cabeza.

Pensaba y pensaba.

Tratando de hacer una idea sobre lo que soltaría al ver a Jimin.

Quería que las palabras dichas se sintieran bien y que no se sintieran forzadas, por eso dejó un rato a su cabeza en paz. Iba a ser mejor si dejaba hablar a su corazón.

La falta de un sueño reparador se podía ver en las ojeras de Jungkook y en sus ojos hundidos. Pero no le importaba, lo único que le importaba en este momento saliendo del aeropuerto era ver a Jimin. Lo único que rondaba en su cabeza era él. Solo él.

En una cafetería dentro del aeropuerto se había comprado un café bien cargado, necesitaba mantenerse con los pies en el suelo, no volando en alguna nube por el sueño. Aunque los nervios eran los que le mantenían despierto y en alerta.

Una camioneta mandada por Minho le esperaba fuera del aeropuerto, gracias a ser sigiloso supo cómo no llamar la atención de las demás personas, lo último que quería era ser perseguido y acosado por paparazzis al ir a la casa de Jimin.

Al entrar al auto soltó un sonoro suspiro mientras se quitaba el cubre bocas y la capucha que le ayudaba esconder su identidad.

—¿A donde iremos?—El hombre que conducía le preguntó mirándole por el retrovisor.

—Primero vayamos a una florería, luego yo te doy las indicaciones para llegar a donde necesito ir.

Con un asentimiento el auto empezó a avanzar. Jungkook sentía como la emoción se apoderaba de su cuerpo.

Quiso reposar un poco su cabeza en lo que el tráfico avanzaba y llegaba a alguna florería.

En su corto sueño encontrándose con pequeños pedazos de sus memorias al lado de Jimin, en sus sueños aún tomados de la mano, cantando canciones al oído del otro, mientras bailaban y comían galletas. Lindos pedazos escondidos como oro en su memoria.

Tuvo que despertarse cuando su conductor le había avisado que llegaron a una florería, Jungkook tuvo que volver a ponerse su camuflaje para salir y no llamar la atención.

Entro al lugar degustando su vista con todas las flores coloridas en las repisas, sonriendo de bajo del cubre bocas, había encontrado las flores que quería comprar para Jimin. Tan lindas como él, tan elegantes al igual que su porte y tan hipnotizantes como sus rasgados ojos.

Recibiendo algunos consejos de la florista eligió lirios rosados, amarillos, rojos y blancos, haciendo el ramo de flores colorido, como solían ser sus recuerdos al lado de Jimin.
Sostenía el ramo de flores mientras las olía, pago por ellas y salió del lugar lo más rápido que podía, no quería estancarse en el tráfico ya que a medio día el tráfico estaba al tope.

Paseaba su vista por cada una de las flores, viendo los pequeños detalles en cada pétalo, los edificios pasaban por su lado mientras el auto avanzaba para llevarlo a su destino.

Nuevamente los nervios le carcomían por dentro, ellos le hablaban a la oreja mientras le preguntaban ¿qué es lo que haría al verlo de nuevo? ¿qué es lo que le diría?

Y lo que más le hacía temblar: ¿Jimin querría hablar con él? ¿querría escuchar lo que tenía que decirle? después de haberlo alejado de forma brusca y sin explicación alguna, después de haber tratado de borrarlo de su piel, después de haberse ido en un tren lejos de él dejándolo con todo el peso de su error.

I NEVER EXISTED 存在 ┊ kookmin auᵎDonde viven las historias. Descúbrelo ahora