Unas risas burlonas se escucharon en cuanto Lisa dio un paso dentro de su consultorio, allí estaba por quien tanto han surgido problemas en el palacio, Soyeon, su hermana.
- Querida hermana, es un gusto poder verte de nuevo -Lisa noto aquella escabrosa sonrisa de su hermana, era más parecido a una mueca de diversión.
- No sé si podría decir lo mismo -respondió Lisa-, sé que haz sido tú la causante de esto.
- Es divertido jugar con el destino de algunos, ¿no crees querida hermana? -pregunto Soyeon soltando otra suave risa-, pronto todo dará el giro que debe llevar de ahora en adelante.
- No deberías jugar con el destino, sabes lo peligroso que puede ser para ambos.
Soyeon soltó un suspiro, no se sentía para nada arrepentida, en cuanto la princesa Jisoo obtenga lo que quiere, ella también obtendrá lo que desea y eso será todo, el imperio que está pisando en esos momentos, le pertenecerá en cuanto el príncipe dé su ultimo aliento de vida.
- Esa advertencia está demás, Lisa -sonrió sin ningún toque de dulzura-, mi pequeño hechizo funciono.
- ¡No sabes las consecuencias que esto traerá!
- ¡Claro que las sé! -Lisa frunció el ceño hacía su hermana-. Si no las sabría, ¿crees qué lo hubiera intentado? Querida, todo está planeado, y no puedes evitarlo.
- Tal vez no pueda hacer algo, pero sé que el príncipe Jungkook sabrá lo que debe hacer.
- ¿Ese omega tonto? Lisa, en cuanto se cumpla el lapso de tiempo, el alfa líder sabrá que tiene que irse con su nueva destinada, y eso sabes que será prácticamente inevitable, el príncipe morirá en cuanto se sienta dolido y separado en totalidad, y el alfa líder de igual forma al saber de su traición a su verdadero destinado, ¡el final perfecto!
Para nada lo era, Lisa sabía que su hermana quería siempre obtener el control sobre el imperio que se había creado en aquel mismo lugar, nunca pensaba en nada más, quería el total control, y al no poder evitar que el emperador se casará con su destinada, entonces decidió que lo mejor era matar al primogénito, claro que Lisa advirtió al emperador antes de tiempo, y su hermana fue desterrada.
Soyeon es lista, y puede camuflarse de inmediato para no ser vista por los guardias, y así poder ingresar al imperio.
- No permitiré que algo como eso suceda.
- El destino lo dirá, todo a su tiempo, hermana, pero claro, si resulta como lo he planeado, dile adiós a todo esto.
- ¡Alfa! -Jungkook se removía de un lado a otro no pudiendo seguir dormido, se sentía sofocado, con demasiado calor encima, y con su lobo como un loco, quería ver a Jimin de inmediato, sabía que prácticamente el alfa líder le había dicho que no lo ayudaría, pero en verdad quería estar con él-. Jimin
El alfa líder se encontraba afuera de la habitación del príncipe, había mandado a Yoongi a traer las hierbas que ayudarían a Jungkook en su calor, pero se estaba tardando mucho, el aroma penetrante del omega llegaba cada vez mucho más fuerte, pero Jimin tenía que permanecer allí mismo para poder proteger al príncipe en lo que Yoongi regresaba.
- ¡Jimin! -de nuevo otro grito de parte del príncipe, Jimin soltó un suspiro, no quería entrar, sabía que si lo hacía Jungkook le pediría que lo calmará, y no quería hacerlo.
Su lobo se sentía mareado por aquel aroma, era obvio, pero solo los destinados perdían el control cuando se trataba de sus celos, con eso Jimin solo podía confirmar que no eran destinados, esas solo se trataba de mentiras para estar con el príncipe, lo sabía.
Pero ¿por qué el príncipe mentiría de tal forma solo para estar con él? Aún tenía demasiadas dudas dentro de su cabeza, y su lobo se removió incomodo al sentir de nuevo el aroma del omega, no lo entendía, era aturdidor, no se había sentido de tal forma antes, y era muy extraño, había estado cerca de otros omegas que a veces entraban en celo, pero el aroma era demasiado fuerte y no podía soportarlo, odiaba los demás aromas.
Y esté no estaba siendo una excepción, pero por alguna razón se sentía levemente atraído por él, definitivamente tenía que entender que es lo que estaba pasando con él.
- ¡Alfa! -la voz de Jungkook, suplicante, dejo que Jimin dejará esos pensamientos para mirar detrás-. Jimin, por favor...
Y luego se escucho un suave sollozo de parte de Jungkook, lo que alerto al alfa líder, a regañadientes decidió entrar y al ver al príncipe en posición fetal soltando suaves sollozos mientras se tomaba el vientre y temblaba levemente pudo bajar un poco la guardia, por más que sabía que sería incorrecto acercarse, no le hizo caso a su lado racional y camino hacía Jungkook.
- Jungkook... omega -de inmediato el príncipe lo miro, sus mejillas empapadas en lagrimas, dejo de sollozar y trato de levantarse pero Jimin fue más rápido y se sentó a su lado-, tranquilo, estoy aquí.
- Alfa -Jungkook de inmediato sonrió y se apego hacía él restregando su mejilla sobre el pecho de Jimin, y acurrucándose por completo en el alfa líder, esperando que por lo menos le diera una caricias.
Jimin a duras penas y luchando consigo mismo, logro comenzar a darle caricias al omega, pasando de sus cabellos hacía su espalda, haciendo que Jungkook cerrará los ojos satisfecho con aquel simple pero agradable contacto.
- Tranquilo, omega -Jimin no sabía porque razón quería darle un pequeño beso en la cabeza, no entendía lo que le pasaba, ¿por qué su lobo se comportaba así? Pero, si su lobo quería hacerlo, no lo detendría, deposito un pequeño beso sobre la frente del omega, provocando que Jungkook sintiera sus mejillas calentarse-, perdone, príncipe.
- No me molesta, alfa -Jungkook se volvió a acurrucar escondiendo su rostro en la hendidura del cuello de Jimin-, quédate, ¿sí?
- Lo haré, Jungkook, lo haré...
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El omega que rechazo a su predestinado ^Jikook^ [ADAP.]
Fanfiction- ¡No soy tu omega! Deja de pensar esas cosas, no eres más que un fastidio para mí, además ¡tú! No serías nada digno para un omega como yo. En ese momento, Jimin había sentido como la opresión en su pecho se había hecho cada vez más grande, escuchar...