Horacio deshizo los nudos que ataban al detective a la silla. Habían hecho una promesa, Volkov no lo entregaría, y Horacio dejaría de enviarle crueles mensajes de amor. Ya comenzaba a entender el recado de todas formas. Una vez libre, el detective frotó sus acalambradas muñecas, la tensión de las cuerdas no había sido suficiente como para hacerle daño, Horacio realmente no tenía intención de lastimarlo, no en ese momento al menos. Escrupuloso, dió media vuelta, y miró al hombre que permanecía inmóvil detrás de la silla con la cabeza baja, parecía esperar una reprimenda, pero Volkov no le guardaba rencor.
Movió la silla a un lado mientras avanzaba lentamente hacia Horacio, dio lentos pasos alrededor del hombre, y como si de una escena del crimen se tratara, examinó visualmente cada aspecto de él. Cualquiera diría que era un hombre común y corriente, pero él sabía lo que era en realidad, no era un sujeto cualquiera, era diferente.
- Mírame - le ordenó suavemente.
Horacio subió la cabeza para encontrar su mirada, el detective le ganaba en altura por unos 20 cms.
- Tu me amas, ¿Verdad? - le preguntó llevando la mano a su barbilla.
Los ojos de Horacio se iluminaron, y exaltado tomó entre sus palmas la mano que él posaba en su mentón, llevándola hacia sus mejillas. El pulso de Volkov se aceleró por un segundo, pero no se demoró en controlarlo.
- Más que a nadie en este mundo - contestó con una sonrisa en los labios.
- Tu quieres que yo te ame, ¿Verdad? - dijo acariciando su mejilla con el pulgar.
Horacio asintió fervientemente, todo lo que hacía era por él. Volkov retiró su mano y se volteó suavemente, haciendo que la sonrisa de Horacio se esfumara, y se acongojara su corazón.
- No puedo amarte, y lo sabes... - dijo sin moverse - No así... -
- ¡Haré lo que sea! - exclamó el criminal con la respiración agitada.
Volkov se giró sobre su eje con una sutil sonrisa en el rostro.
- No puedo amarte si sigues matando gente Horacio, tu sabes cual es mi trabajo... No puedo permitir que sigas haciendo eso -
La respiración de Horacio comenzó a temblar, sabía que esa sería la condición, pero desconocía si era capaz de controlar sus impulsos, jamás lo había intentado. La intenciones del detective parecían puras y desinteresadas, como las de un sujeto que tiene lealtad a su trabajo y amor a su profesión, pero ese no era el caso. Volkov quería poner al hombre a prueba, llevar a su cerebro al límite, ¿Que pasaría si lo privaba de sus instintos? ¿Podría vivir sin alimentarse de carne humana? ¿Hasta qué punto su obsesión por él iba a ser una herramienta útil? Se moría por averiguarlo.
- Yo... yo haría cualquier cosa por ti -
- También debes dejar de comer carne humana -
- ¿Por qué? - se defendió de inmediato Horacio.
Volkov se acercó nuevamente al sujeto y envolvió su mano entre las suyas, dejando un suave beso en sus nudillos
- ¿Lo harías por mi? - dijo clavando sus ojos en los suyos.
Se veía tan humano, tan frágil, nadie se hubiera imaginado que hace solo días, ese hombre había reventado la cabeza de un ser humano contra un muro, para darle una muerte cruel y lenta después.
Tembloroso, Horacio volvió a asentir.
***
De vuelta en su apartamento, Horacio camino de un extremo de la sala al otro, una y otra vez. ¿Podría cumplir los deseos del detective? Llevaba toda su vida matando en silencio para poder alimentar sus retorcidos antojos, su sofisticado paladar, jamás había tenido intención de reprimirse. Aún vivía en su memoria el día que lo vio por primera vez, el día en que su imagen se grabó a fuego en su retina.
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Caníbal - Volkacio
FanfictieViktor Volkov es un reconocido detective que resuelve cada caso que se le pone en frente, un día un nuevo asesino en serie comienza a dejar sus marcas en la ciudad, pero estas marcas iban dirigidas a él. Horacio Pérez , un caníbal experto en ocult...