04

177 25 5
                                    

Sin protecciones, encerrado entre cuatro paredes y los latidos de mí corazón que solo iban en aumento. Si no me agarraba un infarto creo yo que sería un milagro.

A tan solo tres pasos del ser desconocido frente a mí, sin saber cómo reaccionar o que hacer. Solo podía quedarme mirando esos pequeños y finos ojos que me miraban con... ¿Intriga? ¿Fascinación? No estaba seguro de lo que era, pero si sabía que estaban sobre mí de forma muy intensa.

-¿Qu-ue quieres?

Logre articular solo dos palabras, de las cuales me encontraba muy orgulloso de poder pronunciar y que estás se entendieran, ¿Hablaba mí idioma acaso? ¿Iba a atacarme? ¿Por qué sus ojos son tan rojos?

-Hablo tu idioma, no voy a atacarte y no lo sé, nunca logré ver mí reflejo.

Sorprendido sería una excelente definición de como me encontraba ahora ya que no existía una palabra superior a esa, tal vez ¿Asombrado?
Esa cosa no solo había hablado si no que al parecer había leído mis pensamientos y contestado estos.
Ya ni sabía que sentir, decir o si quiera hacer. ¿Debería pedirle permiso y bajar del elevador? ¿Volver a preguntar que quería o quien era?

-En verdad eres más guapo de cerca.

¿Que? ¿En verdad acababa de oír bien o ya definitivamente había empezado a delirar?
Abrí y cerré mí boca muchas veces intentando responder algo por más que no supiera específicamente el que sin conseguir nada de mí garganta.

-¿Estoy asustandote? Probablemente si, así que mejor me iré.

Quise frenarlo pero cuando mí cerebro reaccionó ya era tarde y esa cosa se había esfumado como solía hacer todas las veces que lo veía, aún sin saber que hacer y con mí cuerpo temblando como una pequeña hojita logre seguir mí camino hasta mí departamento del cual rápidamente saque a Coco y me apresure en llegar hasta el coche de JinYoung nuevamente.
Una vez sobre este y con mí pequeña cachorra en brazos asegurándome de que no le había pasado nada le dije a Gyeom que continuará el recorrido.

¿Era mí ilusión o por qué había estado tan asustado que su voz sonaba muy parecida a la de JaeBeom Hyung? Sacudí mí cabeza para poder aunque sea en el viaje hasta la casa de los chicos pensar en otra cosa que no fuera eso, ¿En tan poco tiempo acababa mí descanso de esa criatura?

Una vez les avise a todos que hoy la pasaría aquí y acomodar a Coco en su cama improvisada de toallas me senté sobre la cama de Gyeom, mí compañero de cuarto por hoy.
Mire a mí cachorra la cual se había echo una pequeña bolita de pelos blanca para dormir, sonreí olvidándome de todo por un rato y sacando mí móvil de mí bolsillo saque un par de fotitos a mí mascota. En verdad era toda una lindura.

-¿Todo bien Jae? -Mire hacia el frente encontrándome con medio cuerpo de Jackson asomado por la puerta, le sonreí y asentí suavemente.-

-Todo bien Hyung, ¿Que tal tu día?

-Agotador pero productivo, woa que linda es la princesa de la casa ¿Verdad? -Reí suave mirando como Coco se acurrucaba más para si misma y conseguir entrar en calor.-

-Es preciosa... Oye Hyung.. ¿Ya se acostaron todos?

-No, aún no. ¿Sucede algo?

-Uh no, solo... Quería saber, ya mejor duermo que estoy agotado.

-Te dejo dormir entonces, descansa.

-Descansa Hyung...

Le dedique una pequeña sonrisa antes de que se fuera para luego soltar un pequeño suspiro, comencé a quitarme algunas prendas de ropa para poder dormir más cómodo quedando en el pantalón de algodón que me había prestado nuestro querido maknae y mí simple remera.
Dejé unas pequeñas caricias en el suave pelaje de mí princesa antes de acostarme e intentar entrar en el mundo de los sueños de una vez por todas.

Sobresaltado, así había despertado entre toda la oscuridad que rodeaba la habitación. A mí lado un gran cuerpo dormitaba de forma leve junto con algunos pequeños ronquidos que se oían de fondo, refregue mis ojos enderezandome en la cama mirando hacia todos lados con terror. Mí corazón volvía a latir rápidamente y otra vez por esos sueños repetitivos, aunque ahora el protagonista tenía nombre y voz.

Cansado de todo esto decidí levantarme a por algo de agua, no solo mí corazón iba a mil si no que estaba sudando un poco y mí garganta se sentía seca, seguro también pasaría por el baño antes de volver a la cama.
Camine por los reconocidos pasillos de forma lenta hasta llegar a la cocina y sacar una de las botellas con agua de la nevera, tomé de está hasta que mí garganta ya no escosia como antes. Guarde todo como estaba y una vez me di vuelta mis ojos volvieron a chocar con esos ojos rojos, esos los cuales ya me tenían harto.

¿Debería gritar? Estaba en la casa junto con los chicos por lo que ellos podrían oírme, ¿Tal vez... Simplemente hablarle? Quería saber que era lo que quería y por qué siempre aparecía en al parecer en busca de mí.

-Lamento... Aparecer de forma repentina, solo quería saludarte.

Fruncí levemente mí ceño sin entender a qué se debían esas palabras, ¿Saludarme? Ya me saludaba en mis sueños y no era de forma linda precisamente. Tante con mis manos la superficie detrás de mí en busca de algo con lo que defenderme por si a esa cosa se le ocurría atacarme.

-¿Que buscas YoungJae? No voy a hacerte daño.

¿Como sabía mí nombre? Bueno, sacando de lado que era miembro de una banda sur coreana bastante famosa, no creía que pudiera saber mí nombre.

-No es lo que demuestras...

Con mí pequeño toque de valentía logré contestarle, de a poco mis ojos habían conseguido acostumbrarse a la oscuridad de la casa por lo que podia verlo de mejor manera. Aunque esos ojos rojos los vieras a distancias largas.

-Aun así no voy a atacarte.. no podría.

¿Por qué no?

¿JaeBeom? -  2JaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora