¿JaeBeom? - 2Jae

09

—Entonces... ¿Te vas?

—Me mudo con los chicos Beom, ya hablamos esto.

—¿Y que haré yo? ¿Ya no podré estar las noches contigo?

—Claro que si. –No pude evitar reír ante la tierna actitud infantil que el menor estaba teniendo. Por mas que ya habíamos hablado esto JaeBeom sentía que lo estaba abandonando o alguna cosa parecida cuando no era capas de hacer aquello.— Con los chicos trabajamos así que puedes estar en la casa de día, en el caso de que alguno se quede tienes la habitación de Jackson o la mía para estar.

Lo vi quedarse mirándome fijamente, suspiré suave y seguí metiendo mí ropa en las cajas. Ya casi terminaba con esa y con la ayuda de Beom y Jackson todo era más rápido.

—Pero...

—¿Que pasa?

Mire a mí mayor pero este solamente negó suavemente, decidí dejar lo que estaba haciendo para acercarme a él y abrazarlo. Sentí sus brazos corresponder aferrándose a mí espalda, reí suave y cerré los ojos disfrutando de estar entre los brazos de mí Hyung.

—No te estoy dejando Beom... No sería capas.

—Pero... Quiero tenerte solo para mí, no es justo.

Volví a reír ante sus palabras y tomé sus mejillas apretando estás a la par que miraba sus ojos, estos seguían rojos pero parecía que de alguna manera al estar conmigo dejaban de ser intensos y simplemente... Se ponían opacos, como si estando conmigo ya no estuviera alerta y simplemente disfrutará.
Acaricié sus mejillas y dejé un dulce besito en su nariz.

—Lo siento pero no puedes ser egoísta, quiero tener tiempo con mis amigos también. Mis noches son solo tuyas.

Eso pareció contentarlo de alguna manera por la forma en la que dejó de quejarse y se acurrucó en mí cuello en busca de mimos como si de un pequeño minino se tratase, acaricié sus cabellos mientras mecía nuestros cuerpos de un lado a otro. Unos pasos detrás nuestro nos hicieron separar, por la puerta de la habitación entro un sudado Jackson con su remera arremangada hasta los hombros y el cabello despeinado.

—Ya terminé con las cajas de la sala,les avise a los chicos para empezar a llevarlas en los autos. ¿Necesitan ayuda?

—Estamos bien aquí, gracias Jack.

—De acuerdo, ¿Estas cajas ya están? Las voy bajando entonces.

Cuando tuvo mí asentimiento amontono dos cajas juntas para luego llevárselas, termine por cerrar la caja cuando acomode la última prenda y le coloque algo de cinta adhesiva para que no se abriera, volví a mirar a Beom y le sonreí.

—Me debes unos mimos.

—En la noche, ahora estoy cansado y debemos terminar esto, ayudame.

⋋✿⋌

—Uh... Mañana continuamos. Aprovechemos la semana libre que nos dieron.

Todos estuvimos de acuerdo con las palabras de JinYoung, no sé si lo había mencionado en parte pero el había terminado siendo el remplazo del líder. Según JyP por qué era el que más experiencia tenía junto a Beom por haber debutado antes, nadie quiso llevarle la contra en su momento. Solo BamBam pero no fue tomado en serio.

Termine por recostarme en la caja que tenía delante, nos habíamos mudado a una espaciosa casa la cual tenía un largo pasillo con una habitación para cada uno. Las cuales eran perfectas de tamaño para una sola persona, la sala que estaba dividida con una pequeña pared en el centro del comedor el cual llevaba una puerta hacia la cocina en la cual entraban cuatro personas como mínimo. Dos baños, uno estaba al lado de la sala y el otro al final del pasillo de las habitaciones. Teníamos un ático en el cual podíamos dejar también algunas cosas sin uso o que simplemente no sabríamos dónde ponerlas por el momento.
La casa era perfecta para todos y estábamos bastantes satisfechos, a lo largo de esta semana podríamos hacer las cosas con tranquilidad y conseguir que la casa obtuviera nuestro estilo personalizado.

—Llevare está caja a mí habitación, y creo que me duchare.

—Yo iré por comida. ¿Que quieren?

—Te acompaño.

Desde el incidente con JaeBeom que para ir a los lugares más cercanos nos acompañamos si podíamos, por lo menos para mí fue muy difícil en  su momento dejar salir a alguno de la casa sin compañía, tenía terror que ellos tampoco volvieran y quedarme solo.
Camine a mí habitación con la última caja de ropa en brazos, dejé está al lado de la cama y la abrí para rebuscar un poco de ropa limpia con la cual cambiarme. Antes de caminar al baño abrí la ventana con la esperanza de volver y ver a Beom dentro del cuarto.

Seque mí cabello con secador para que a la mañana siguiente este no fuera un completo desastre apuntando a todas direcciones y mientras peinaba este suavemente con mis dedos camine a mí habitación encontrándome en el medio a Coco durmiendo junto a la calefacción, sonreí para tomarla en brazos.

—¿Quieres que ya coloque tu cama? Así no pasas frío princesa.

Entre a mí cuarto y sonreí más grande aún al ver el cuerpo de espaldas sentado en el borde de la ventana, dejé a mí cachorra entre las mantas de mí cama y me acerque a la persona que me daba la espalda para poder abrazarlo.

—¿Recién llegas? –Con un pequeño sonido de afirmación termine por apoyar mí mejilla en su espalda.– ¿No tienes frío? Metamosnos en la cama y te doy tus mimos.

—¿Por que no se los das a Mark?

Frunciendo el ceño me separé de el para mirarlo y ver sus ojos iguales de potentes que aquella vez en mí departamento cuando estaban todos, no pude evitar reír al entender la situación.

—¿Que es gracioso?

—Tu eres gracioso, hacia mucho no te veía celoso. ¿Vas a dormir conmigo o no señor celosin?

Le di la espalda caminando a la pila de cajas, cuando encontré en la que estaban las cosas de Coco la abrí y coloque todo en el suelo para prepararle su preciada cama, una vez lista la deje allí junto a sus peluchitos y camine a mí cama sentándome allí.
Mire a Beom que seguía mirándome desde la ventana con el ceño fruncido y sus ojos rojos brillando con intensidad.

—¿Vienes o no? –Con un suave bufido se bajó de allí para por fin entrar a la habitación y cerrar las ventanas junto a las cortinas, no debía haber ni un mínimo de luz a la mañana cuando despertaramos. —Puedo dormir hasta tarde hoy, así que disfrútalo.–

Su cara de a poco se fue aliviando, termino por quitarse las prendas más molestas de su cuerpo antes de acostarse junto a mí, una vez ambos bajo las mantas acune a mí mayor entre mis brazos para llenar su frío rostro de besos y caricias junto a su cabello. Cuando sentí su respiración calmada decidí dejar de molestarlo y dormitar junto a el, el cansancio me venció en un par de segundos logrando que durmiera fácilmente como un niño.