13

141 22 4
                                    

Cuando abrí los ojos ese día extrañamente estaba todo tranquilo, sentía la respiración pausada de JaeBeom y su cuerpo a mí lado. Tomándome mí tiempo para abrir mis ojos y terminar por despertarme antes de tomar mí celular, al ver la hora en este me senté de golpe casi tirando al Vampiro.

-¡Es súper tarde¡ ¡¿Por qué no me levantaste?! -Sentía la mirada de JaeBeom pegada a mí espalda en lo que yo intentaba colocarme las prendas de forma rápida.

-Jackson les dijo que no irías hoy, no te preocupes.

Saber que habían inventado una excusa me tranquilizaba, pero no del todo, menos sabiendo que era Jackson el que la invento. Volví a sentarme tranquilamente y acomode mis ropas volteándome a ver a mí acompañante fiel de todas las noches.
Luego de haber estado horas hablando sobre el pasado de Beom ambos quedamos agotados, o por lo menos yo mentalmente. Tal vez por eso pase el sonido de la alarma como si nada.

Me acerque a el y toque sus mejillas acariciándolas suavemente, sonreí cuando observe cómo sus ojos se cerraban complacidos por mis caricias. Era tan lindo y me daba tristeza que no lo supiera, el no podría observar nunca como era actualmente, termine por juntar nuestras narices dejando un pequeño besito esquimal.

-¿Que te gustaría hacer hoy? Tenemos la casa para nosotros.

-¿Que insinúas mocoso?

-Cualquier cochinada que pase por tu mente no. Podemos mirar películas, cocinar algo... No lo sé, divertirnos con más libertad sin necesidad de salir ya que no puedes.

-Puedo salir... Pero debo ser cuidadoso.

-Por el momento prefiero ahorrarme eso, vamos a cocinar.

No sabia si JaeBeom podía comer algo de lo que yo me propusiera a cocinar ahora pero mientras no me diga lo contrario seria feliz sabiendo que podía volver a cocinarle algo a mi Hyung favorito.
Luego de terminar de ponerme las prendas camine hasta la cocina con un deje de felicidad sabiendo que tenia un día de mini descanso, comencé a observar que había en la heladera y alacenas y me decidí por algo bastante simple como el gimbap.

-¿Sabes que no puedo comer eso?

-¿Por que no?

-No es que no pueda, mi cuerpo simplemente no lo toma como algo nutritivo.

-Aun así cocinare para los dos.

No había vuelto a ver su rostro pero podría apostar a que ahora estaba sonriendo, dando pequeños saltitos emocionado me dedique a lavar la comida que usaría al igual que mis manos antes de decidirme por empezar a cocinar.

Luego de una hora por fin tenia toda la comida acomodada en la mesa, lo invite a sentarse como si fuera el príncipe en una importante cena, en este caso, con otro con príncipe. Me sentía bien en saber que podía hacerlo reír con mis absurdas acciones como antes. Comenzamos a comer en silencio, por mi parte disfrutando la comida, no sabia a ciencia cierta que tanto le estaba gustando la comida a Beom pero no quería que creyera que estaba obligado a comérsela.

-No estas obligado a comerla.

-Podrías hacer cualquier cosa y yo lo comería.

-¿Estas diciendo que no esta rico?

-Escuchas lo que quieres escuchar.

Hice un pequeño puchero a su respuesta, eso no era verdad, ¿O si?
Tome la servilleta para poder limpiarle la comisura de sus labios ya que se había manchado un poco allí, sin poder evitarlo sonreí suave sin enseñar mis dientes a la par que me quedaba embobado observando esos rasgados ojitos que tanto amaba. Abrí mi boca para decir algo y no llegue a decir nada cuando se oyó la puerta de la entrada abrirse abruptamente, antes de que alguno pudiera reaccionar entraron por el pasillo de la cocina dos de los cinco chicos restantes del grupo.

¿JaeBeom? -  2JaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora