Capítulo 19.

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Tomé un largo baño, mientras imágenes de lo sucedido la noche anterior se repetían, sus besos, sus gemidos, sus caricias, todo lo tenía tatuado en mi mente y en mi piel, me sentía satisfecha
como nunca antes y estaba decidida a seguir con él, no podía renunciar a todo lo que me hacía sentir, quizá con el tiempo se olvidaría de las reglas y me mostraría quien era en realidad, pero, extrañamente, yo no estaba muy segura de que él supiera quién era yo, me asustaba la idea de que no le agradara la chica correcta y de futuro prometedor en el mundo de la publicidad y ese pensamiento me llevó a Brandon, aún lo amaba, él me completaba de una manera muy diferente, pero en ese instante no quise pensar más, recordé las palabras de Victoria: "disfruta del momento sin pensar en el después" y eso era lo que iba a hacer.

Después de lavar la ropa y medio recoger el departamento, me tumbé en el sillón a ver televisión, aún tenía un par de horas antes de arreglarme para ir a cenar con Brandon, Victoria y su esposo. Fui cambiando de canal en canal y en uno encontré el anuncio de una nueva marca de ropa juvenil que lanzarían próximamente y de la que nosotros nos estábamos haciendo cargo de promocionar, ese comercial lo habíamos hecho en la agencia y siempre me gustaba ver lo que hacíamos. De repente, el cansancio me venció y me quede ahí dormida, cuando abrí los ojos me di cuenta que pasaban de las seis, tenía el tiempo justo para arreglarme, al levantarme del sillón sonó el teléfono, me recargue en el respaldo y lo contesté.

- Hola. 

-Hola mi amor, ¿cómo estás? - exclamó Brandon de lo más amoroso. 

- Bien, ¿y tú? 

- Extrañándote.

- Yo también - dije tratando de sonar sincera.

- Amor, te tengo dos noticias, una buena y una mala, ¿cuál quieres primero?

-A ver, empecemos con la buena. 

-Tengo dos pases para el juego de los Gigantes de Nueva York del próximo lunes, en palco preferencial, ¿qué tal, eh?

- Grandioso, sabes que me encanta el futbol americano - exclamé sarcástica.

- Te gustaba cuando íbamos en la escuela, cariño.

- Pero, sólo porque jugabas tú - él formaba parte de la línea ofensiva.

-Vamos, será divertido, además hace mucho que no vamos a un partido de nada.

- Si cierta persona no fuera adicta al trabajo podríamos ir con más frecuencia.

- Por eso ahora que está la oportunidad te estoy invitando.

- Está bien, vayamos al partido y, ¿cuál es la mala noticia?

- Que no alcance vuelo para hoy y no podré llegar a la cena, perdón.

- Está bien, no te preocupes dije mientras pensaba que esa invitación al partido no era por nada, él ya sabía que nos dejará colgados en la cena.

- Te mando muchos besos, te llamo cuando llegue mañana, recuerda que te amo.

- Yo también, cuídate.

Moví la cabeza mientras caminaba a mi habitación, no sabía que pensar, quizá por mis propias culpas pero empezaba a dudar que Brandon en realidad estuviera trabajando, cada vez eran más frecuentes esos viajes de fin de semana, de hecho en el último mes y medio no había estado conmigo ningún viernes ni sábado, pero si era así yo no tenía nada que recriminarle. Saqué mi ropa del armario y comencé a vestirme.

Eran las cinco de la tarde del lunes cuando me llamó Brandon para decirme que estaba a tres calles de mi oficina para irnos al partido y le dije que lo veía en la entrada del edificio. Apagué el ordenador, estaba por tomar mi bolso del cajón cuando sonó mi teléfono y casi me da un paro cardíaco cuando vi de quien se trataba, no podía ser cierto, no, justo hoy, ¿por qué el destino se empeñaba en jugar conmigo?

– Hola – respondí con el corazón latiéndome a toda prisa.

– ¿Estás libre esta noche? – dijo de la forma más endemoniadamente sexy haciéndome dudar

– No... lo siento, un... compromiso previo – no podía cancelarle a Brandon, debía estar ya afuera esperándome y no tenía ningún pretexto que ponerle, sería exponerme demasiado a que se enterara de la verdad.

– Entiendo – exclamó serio.

– ¿Podría ser mañana? – pregunté con pánico.

– Quizá... buenas tardes.

Y colgó sin que yo pudiera decir más, me golpeé en la frente con el móvil, era la primera vez que él me llamaba y yo no estaba disponible, aunque después vinieron a mi mente las palabras que Victoria me había dicho el sábado, "que no sepa que te tiene en sus manos amiga, date a desear y no siempre estés disponible para él", claro que ignoraba que era yo quien lo llamaba, así que suspiré mientras caminaba al ascensor, después de todo Victoria tenía razón.

En el trayecto hacía el estadio no hablamos mucho, a Brandon le sonaba frecuentemente el móvil por cuestiones de trabajo y yo iba cruzada de brazos pensando en lo que podría estar haciendo en ese momento en lugar de estar atrapada en ese coche , suspiré y miré por fuera de la ventanilla hacia el cielo.

Llegamos al estadio y después de estacionar el auto caminamos a nuestros lugares, era un palco privado y me dio una perspectiva completamente diferente de lo que era asistir a presenciar un partido en vivo. Había una mesa larga con manteles, botellas, sodas, refrescos y una enorme hielera atestada de cervezas, un par de camareros nos llevaron a nuestro lugar, Brandon saludó y me presentó a las personas que ya había ahí. Nos ofrecieron de beber y, aunque no me gustaba mucho, pedí una cerveza y Brandon un whisky en las rocas, tomamos nuestros lugares y el partido dio inicio.

- Impresionante, ¿verdad? - me dijo él muy orgulloso.

- Si, la verdad es que si, ¿quién te consiguió los pases? 

-Brandon, que bueno que si pudiste venir, viejo - se escuchó una voz familiar que me hizo quedarme congelada en el asiento sin voltear.

- No podía desaprovechar la oportunidad -respondió mientras se ponía de pie y lo abrazaba fraternalmente - mira, te quiero presentar a mi novia, ven amor. 

Levanté la cara lentamente, quizá podia tratarse de un juego de mi mente como la vez anterior, pasé saliva y al girar mi cuello completamente hacia la derecha mis ojos se toparon con su mirada, el desconocido estaba justo ahí, parado al lado de mi novio con su gran sonrisa en el rostro y yo sentí que todo me daba vueltas. Brandon me extendió la mano y gracias a eso pude ponerme de pie torpemente.

-Cariño, te presento a Hero Fiennes-Tiffin, uno de los inversionistas más jóvenes y exitosos del país - su mirada estaba clavada en mí sin inmutarse en lo absoluto - ella es Kira, hermosa, inteligente y talentosísima mujer del mundo de la publicidad y, lo mejor, es la dueña de mis quincenas -bromeó Brandon mientras me abrazaba sosteniéndome de un hombro y yo me sentía desfallecer.

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Diganme que se pusieron nerviosas al igual que yoo?

Grande tentación (Hero Fiennes)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora