Capitulo 31

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– Por favor, quédate esta noche conmigo, es la última que estaremos aquí, el lunes viajo muy temprano a Londres voy a ver un nuevo hotel y regresaré días antes de la boda de Mercy – me pidió parándose frente a mí con cara de gorrión herido.

– Pero Hero, ¿cómo me pides eso?, ¿qué quieres que le diga a Brandon?

– No sé, ármale una discusión y le dices que te dormirás en la otra habitación, por favor – suplicó no sólo con palabras sino también son su mirada.

– No sé Hero... me pones en un apuro.

– No es mayor al que tú me pones, Kira, no vamos a vernos como en mes y medio, regálame esta noche, por favor – insistió tomando la punta de mis dedos.

– Mira, hagamos esto, subiré y cuando esté dormido me escapo, Brandon tiene el sueño muy pesado y seguro no se dará cuenta.

– Está bien – aceptó con una gran sonrisa mientras acariciaba mis dedos.

– Chicos me voy a dormir – anunció Julieta entrando a la cocina y separamos abruptamente las manos mientras la mirábamos asustados.

– Hasta mañana niña, que tengas dulces sueños – dijo Hero cariñosamente y yo lo miré seria y salí de la cocina después de despedirme de ella.

Brandon estaba sentado en el sillón cambiando de canal en canal. Julieta pasó, se despidió de él y subió. Hero salió de la cocina y se sentó en el otro sillón sin decir nada. Minutos después Brandon se levantó y le dio el mando de la televisión.

– Ya es tarde, vámonos a dormir, cariño – exclamó mirándome.

Hero me dio una mirada suplicante que Brandon no percibió porque estaba dándole la espalda y entonces recordé las misteriosas llamadas telefónicas.

– No tengo sueño, además, hay que lavar los platos, no sé pueden quedar sucios y no quiero andar con prisas mañana.

– Está bien, pero no tardes – se inclinó para darme un beso, pero agaché la cabeza y terminó por dármelo en la frente.

– Hero, ¿tú no vas a dormirte ya?

– Sí, pero primero tengo que sacar unas cosas del coche para entregarlo mañana.

– Bueno, hasta mañana – se despidió y subió las escaleras.

Hero se quedó sentado ahí y cuando se escuchó que Brandon cerró la puerta de la habitación, me sonrió y se acercó a mí.

– Gracias señorita limpieza – exclamó en tono de burla.

– Muy gracioso, acompáñame a la cocina, anda.

Me tomó de la cara y me plantó un beso en los labios, yo le recriminé con la mirada, él me tomó de la mano y entramos a la cocina. Me puse el delantal y comencé a lavar los platos mientras él se recargaba en el mueble, a mi lado.

– Cuéntame de ti – dijo metiendo sus manos a los bolsillos de su pantalón.

– ¿Qué quieres saber?

– Lo que quieras contarme..

– Está bien, pero... – tomé un fuerte suspiro, era una duda que tenía desde el primer día que lo conocí y que después de este fin de semana se había incrementado – ¿tú podrías primero contestarme una pregunta?

– Claro, pregúntame lo que quieras, las reglas ya no existen – me guiñó el ojo.

– ¿Por qué un chico como tú tiene un... pasatiempo tan... peculiar?

Grande tentación (Hero Fiennes)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora