Capitulo 36

625 32 0
                                    

Me dio otro pequeño beso en los labios y nos soltamos, me hizo la silla hacia atrás para que me sentara, como todo un caballero, y seguí trabajando en el ordenador. Él se sentó frente a mí y sacó su teléfono. Hizo un par de llamadas mientras yo seguía trabajando con el logotipo, después vi que escribía y escribía en el aparato. Cuando terminó con sus asuntos, movió la silla para sentarse a mi lado, le expliqué un poco lo que estaba haciendo, luego respondí unos mails y terminé un par de pendientes más. Y finalmente como a las ocho salimos de la oficina, cargo al oso y después tomo su pequeña mochila que había dejado en recepción, mientras yo me reía divertida, saqué mi celular y le tomé una foto con el oso en las manos.

– ¿Podemos ir a tu departamento corazón?, ahora Julieta está en el mío y no quiero que nadie sepa que estoy aquí – dijo al salir del edificio.

– No lo sé, podrías quedarte en alguna suite del Hotel Rose Imperial.

– Por supuesto, siempre y cuando tú te quedes conmigo, recuerda que vine única y exclusivamente para estar contigo.

– Claro que te puedes quedar en mi departamento – respondí sonriendo.

Le hice la parada a un taxi y subimos los tres, porque al oso lo pusimos en el asiento de adelante, al lado del conductor que nos miró extrañado, le sonreímos y subimos a la parte trasera, íbamos abrazados sin decir nada, escuchábamos la música de fondo que traía el taxista.

Al cabo de unos veinte minutos llegamos a mi departamento, Hero volvió a cargar el oso y yo volví a reírme, se veía tan lindo, entramos y le indiqué donde estaba mi habitación para que lo dejara ahí en tanto yo entraba a la cocina a ver que había para cenar, pero no tenía nada digno y se lo dije, entonces propuso pedir una pizza y se sentó en el sillón mientras le servía un vaso de agua. Se lo llevé y me jaló para que me sentara en sus piernas, me quejé porque no alcanzaba el teléfono y me lo pasó, pedí una pizza de peperoni mientras él me besaba el hombro, yo le recriminaba con la mirada, pero él seguía y se reía por mis expresiones.

– Listo, en media hora llega – dije entregándole el teléfono de vuelta.

– Bien, tiempo suficiente– exclamó acostándome en el sillón y se colocó encima de mí.

– Eres insaciable Hero, ¿te tomas algo? – exclamé acariciando su cabello.

– Tú eres mi mejor estimulante y esta noche lo único que quiero es hacerte feliz, amarte como mereces – respondió para luego besarme apasionadamente mientras sus manos se deslizaban por mi cuerpo.
Aún estaba perdida en la intensa sensación del clímax que acababa de alcanzar, gracias a sus profundos besos en mi parte más íntima, cuando tocaron la puerta, miré asustada a Hero y me dio una gran sonrisa y un ligero beso en los labios.

– Yo abro, no te preocupes – dijo y se levantó del sillón.

Yo me quedé ahí, sumida para evitar que el repartidor me viera y cuando Hero cerró la puerta me enderecé, tomé mi blusa del suelo y me la puse, aún seguía dándome vergüenza que Hero me viera desnuda y más si él estaba completamente vestido, puso la pizza en la mesa del comedor mientras yo me levantaba y caminaba.

– ¿Adónde vas, corazón?

– A ponerme algo encima.

– ¿Para qué si te lo voy a quitar? – exclamó divertido y sensual.

– Bueno, no voy a comer desnuda mientras tú estás vestido.

– Eso se arregla muy fácil, ahora me quito la ropa.

– No te atrevas, eso es algo que quiero hacer yo con mis propias manos.

– Uy, siendo así no moveré un dedo y te obedeceré.

Grande tentación (Hero Fiennes)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora