Parte 2
Al llegar al centro comercial, llame a Ian. Al segundo tono me respondió.
- Hola, ya estoy donde quedamos. ¿Dónde están? -le pregunte.
- Estamos en la heladería. Nos encontramos afuera de Starbucks, ¿sí? -me dijo. A través de la llamada podía oír de fondo las voces de Jona y Kabila pidiendo su sabor de helado. Aquello me hizo reír y le respondí a Ian- Esta bien, voy para allá.
Tuve que subir al segundo piso y cuando estaba llegando al Starbucks los vi. Venían los tres riéndose y con sus helados, además pude ver que Ian traía un helado de más. Al parecer era para mí. Solo verlos me alegro y me acerque tranquilamente hacia ellos.
Kabila fue la primera en verme y se acerco corriendo para abrazarme, correspondí a su abrazo.
-Te ves preciosa, Hall. Me alegra que vinieras. Estoy algo aburrida de este par. -me dijo riéndose y luego volteo señalándolos para continuar con su risa tan contagiosa.
Definitivamente me caía muy bien.
- Me lo imagino Kabila -le respondí riéndome y luego ellos se acercaron para ambos saludarme con un beso en la mejilla y decirme al unisonó- Hola Halley.
- ¿Qué vamos a hacer? -pregunte.
- Iremos a los juegos y luego al cine. ¿Qué te parece? -me dijo muy animadamente Kabila. Luego Ian se acercó y me entrego el que era mi helado.
-Dijiste que te gustaba menta -me dijo Ian con una sonrisa haciendo que recuerde la noche anterior. Yo solo tomé el helado que me habían comprado y solo le sonreí.
Entonces Kabila se acercó entrelazando su brazo con el mío y me jalo en dirección a los juegos, detrás de nosotras venían los chicos conversando.
Ya en los juegos, todo el tiempo estuvimos riendo. Fue muy divertido y el helado que Ian compró estuvo delicioso. Luego cuando ya estábamos en la fila para comprar entradas al cine, me di cuenta que ya había pasado una hora en los juegos y tenia que llamar a mi madre para decirle que tardaría un poco más.
La llamé y le dije que me había encontrado con unos amigos, los cuales me estaban invitando a ver una película y que había aceptado. Acepto y no me dijo nada más; creo que ella también se encontraba preocupada por mí. La verdad que lo entendía, estaba actuando extraña y yo tampoco sabia porque... bueno si sabía el porqué. Y de repente estaba tan metida en mis pensamientos que no me di cuenta que ya habíamos llegado para pedir que película veríamos por lo que, no había escuchado que habían elegido para ver.
Kabila me jalo hacia los baños mientras los chicos pagaban las entradas para ver la película. Ya dentro del baño, Kabila se metió a un cubículo del baño; yo solo la esperaba. Luego de que ella saliera me dijo- ¿Pasa algo Hall?.
- ¿A qué te refieres? Solo me distraje pensando -le dije.
- ¿Sabes? Me agrada que te unas a nuestro grupo, espero que sigamos saliendo los cuatro. Podemos ser buenas amigas y si necesitas hablar de algo aquí estamos los tres; ya sabes: Jona, Ian y yo. Sé que recién nos conocemos... mejor dicho recién nos estas conociendo, pero somos geniales y nos apoyamos cuando uno de nosotros nos necesita. Nos bromeamos y todo, pero nos queremos demasiado. Así puedes decirnos lo que quieras, ¿vale? -me dijo mientras se arreglaba el cabello mirándose en el espejo del baño. Luego solo sonrió a su reflejo y me hizo una seña para salir. No sabia que responder a eso.
Era cierto recién la conocía, me era difícil confiar y mas aun en estas circunstancias en las que ni siquiera hablaba de "eso" con mis amigas más cercanas. Como lo podría hablar con una extraña, aunque a decir verdad ya no me era tan extraña, los estaba conociendo a los tres y me divertía. Esta salida y la de anoche me habían ayudado a olvidarme de cómo me sentía, y en lo que tanto pensaba. Esto era bueno.
Ambas fuimos camino a la sala 5, que era donde veríamos la película. Jano le había escrito a Kabila diciéndole en que sala nos tocaba, esta me dirigía solamente.
Entramos a la sala ya que los chicos ya habían dado nuestros nombres para que pudiéramos pasar, los ubicamos y nos sentamos juntas. Ian y Jano estaban a los extremos. Ian estaba a mi lado.
La película que veríamos era "Paddington", era de comedia al parecer.
Al principio todo estaba tranquilo, pero empezaron las escenas graciosas y todos nos reíamos, me estaba divirtiendo.
-Está muy graciosa, ¿no? -me dijo Ian
- Pues si -le respondí.
Ya cuando acabo la película, Kabila estaba conversando con Jano, dejándonos de lado a Ian y a mí.
- ¿Te divertiste? -me pregunto
- Claro que sí, acaso no escuchaste que me reía o es que eres sordo. -le respondí riéndome.
- Jajaja que graciosa. ¿Quieres que te acompañe a tu casa? -me pregunto sonriéndome.
- ¿Vendrán Kabila y Jano? -le pregunte.
- Ellos se irán juntos. Jano siempre la lleva a todas partes. Es como su chofer personal. Entonces, ¿puedo acompañarte hasta tu casa? -me volvió a preguntar. Y luego me gire para mirar como Kabila y Jano iban mucho más delante de nosotros, ellos hablaban animadamente. Bien podríamos desaparecernos y ellos ni cuenta, estaban tan enfrascados en lo que hablaban.
- Esta bien, acompáñame si tanto insistes -le respondí riéndome. El también empezó a reírse. Y me dijo- Vamos a alcanzarlos para que ya vayamos a tu casa, sino llegaras tarde.
Casi corrimos para alcanzarlos, Ian les explico que me acompañaría a mi casa y nos despedimos.
Cuando nos encontrábamos fuera del centro comercial le dije- Esta cerca mi casa, iremos caminando.
-Claro, así podremos seguir hablando. - me dijo.
- ¿Cuántos años tienes, Ian? -le pregunte, mientras caminábamos en dirección a mi casa.
- Tengo 19 años, ¿tu? -me respondió devolviéndome la pregunta que yo le hice.
- También tengo 19 -le respondí. No se me ocurría algo más que decir. Estuvimos en silencio un par de cuadras hasta que el rompió el silencio diciéndome- No te había visto antes y eso es extraño ya que, según sé, conoces a mi hermano. Y sabes te estado observando desde ayer. ¿Qué te ocurre? Puedes decírmelo si tú deseas hablarlo.
-Me podrías explicar porque todos creen que me sucede algo. Déjenme en paz. No me ocurre nada, estoy de maravilla, ¿ok? -le dije casi gritándole. Aquello me había molestado. No me conocían de nada y hablaban de mi como si me conocieran. No sabían ni mierda de mí.
-Ok no preguntaré nada Hall -me dijo y continuamos caminando hasta llegar a la puerta de mi casa.
-Ya llegamos -le dije.
-Ya estas sana y salva en tu casa, cuídate. Lo siento si te moleste. Solo intentaba ayudarte. -me dijo tranquilamente. Cuando acabo de decirme eso solo quise llorar, así me acerque a él y lo abrace muy fuerte. Él correspondió mi abrazo.
-Siento mucho como reaccione, no puedo hablarlo ahora. No estoy lista. -Le dije casi a punto de llorar mientras seguía abrazándolo. Cuando ya me sentí más calmada me alejé y el solo asintió a lo que le dije.
- Ya pasa a tu casa. Cuídate. Estamos en contacto. -me dijo mientras se giraba para irse caminando a su casa.
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Novela JuvenilNo puedes cambiar todo en una noche pero una noche puede cambiar todo. Y ya nada volverá a ser igual. -John Updike Halley estaba muy de acuerdo con esa frase. Todo cambio aquella noche. Y a partir de ese día me di cuenta que amaba la noche porque...