Eres mío

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Era lunes por la mañana, la familia Kaminari se trasportaba en su lujoso auto a una nueva sesión de fotos para una revista extranjera, la señora Kaminari dictaba a su hijo todo el horario de la semana donde no le quedaba ni un solo momento para relajarse o estar a solas, Kaminari no le prestaba atención, no le importaba lo que su madre decía, miraba aburrido como pasaban las calles, los edificios repletos de gente, la gente en la acera que parecía feliz, unos apurados y otros distraídos, y otros autos estacionados en las calle con distintos modelos y marcas 

-Denki estas escuchando- dijo su madre con un tono molesto, detestaba cuando el mocoso no le prestaba atención 

-Si madre solo estoy aburrido- contesto casi en un susurro 

-Pues no deberías, muchos desean estar donde tu estas, y tu no lo agradeces- ella daría lo que fuera por volver a ser joven y esbelta

-No pedí esto madre, quiero tiempo para mi- Denki en ese momento quería salir corriendo del auto pero no se atrevía 

-Pues tendrás que esperar a que yo muera para eso- Denki no quiso seguir hablando y fijo su mirada de nuevo en la ventana, 

Al llegar Denki pudo apreciar el enorme edificio de color gris, sus puertas eran de vidrio polarizado, suponía que era para que no hubiera ningún mirón, el chofer les abrió la puerta y entraron a la recepción donde fueron recibidos por el director y el fotógrafo quien los saludo de manera amable y guio al estudio, 

En el camino escucho en una de las oficinas un ruido miro a su madre y noto que ni siquiera se acordaba de el, estaba muy ocupada coqueteando con ambos hombres así que se desvió del camino

El ruido lo guio a lo que parecía una oficina abandonada o por lo menos no se usaba a menudo, al entrar pudo ver cajas por todos lados, plástico tapando las paredes y rodillos con pintura seca, sintió a alguien detrás de el pero no le dio tiempo de darse vuelta, un pañuelo con un olor extraño fue puesto en su boca y nariz, un brazo paso por su cintura pegándolo al cuerpo detrás de si, estaba asustado, no sabia que hacer.

-Sh, no te hare daño si te portas bien- dijo una voz ronca en su oído, Kaminari jamás había tenido un contacto tan cercano con otros hombres que no fueran su padre, ni en las fotos que le tomaban nadie lo había abrazado,  -Al fin te tengo-  y fue lo ultimo que escucho antes de serrar sus ojos.

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Editado el 04/03/2023

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