Aquel amanecer de Madrid, esos ojos empapados de recuerdos. Cada gota llevaba un “nosotros” como titulo. Aunque ya no fueramos nosotros, ni fueramos nada. Solo eramos tu y yo. Así, con espacios entre cada palabra, cuando antes no eran ni centimetros los que nos separaban.
Parece mentira,¿Verdad? Llorar por alguien que te ha sacado tantas sonrisas. Caer por aquel precipicio del que el ,siempre te salvaba. Supongo que tendremos que aceptar que nada es eterno, ni siquiera un amor tan puro como el nuestro. Que todo acaba, como el final de cualquier libro. Nuestro final fue de esos en los que el amor no es suficiente y los protagonistas se marchan. De esos en los que necesitas media caja de pañuelos porque es inevitable soltar una lagrima.
Y nosotros luchamos, luchamos para que aquel libro acabara en puntos suspensivos. Pero cupido, el destino, o cualquier otro idiota que fuera el autor de este libro, decidió que todo esto, era un punto final.
Y nos marchamos, y cada amanecer de Madrid, tendrá que vernos mucho tiempo mas, con esos ojos empapados en lagrimas.
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November.
PoesíaTextos,sobre ti y sobre mi. Sobre esta historia sin rumbo y sin final.