- Te enseñaré a ser una dama sofisticada, y dejarás tu hábito de simple pueblerina.
Hablo la señora del castillo.
Los grandes señores nobles estaban en un viaje de reuniones, para hablar sobre la política de sus reinos.
Aquel señor que lo había rescatado, era muy orgulloso. Era un señor alto elfo, cabellos blancos y ojos dorados. Antes la joven mujer sirena no se había percatado que había caído en sus garras y con sumisión se había entregado por primera vez.
Su tierno collar de perla azul fue guardado en un lugar seguro. En este castillo, perteneciente al territorio del duque Kouga, era una especie de sede para hablar sobre temas territoriales.
Todos estaban en paz entre sí, excepto por el reino del príncipe Inuyasha, Rosedallia, reinado por su madre Izayoi, la generosa, estaba en roces conflictivos con el reino de los Dragones.
Si hubiera una guerra, Inuyasha debía quedarse en el castillo y su madre partiría en guerra.
La realeza de Inuyasha era de un sistema matriarcal. La Reina tenía más peso que el rey, en este caso, la reina llevaba años viuda y es por eso, que los Dragones pensaban que podían atacarlos en cualquier momento.
Nada de ese mundo exterior, sabía la princesa sirena desterrada lejos de su familia. Su propio exilio, su propia prisión por deseos mundanos.
Pero ya la habían tomado a la fuerza, ella no podría amar así.
- ¿Qué tanto observas por la ventana? Hay que bajar.
Gritó la mujer mayor a cargo de los cuidados de Kagome.
- Sí, como diga. - le respondió ella bajando por las escaleras.
Las doncellas la miraban, percatándose de su belleza y sus hermosos ojos azules.
La cabellera negra, en su reino era considerado una rareza. Todos tenían cabellos castaños y pelirrojos.
Kagome se sentía observada.
Cuando llegaron al salón principal, los duques y príncipes entraron.
Hablaron entre ellos y pasaron a otra cámara.
Rápidamente el príncipe de cabellos blancos observo a su doncella protegida, era hermosa. Sintió en ese instante que había hecho bien al rescatarla, aunque no le gustaba tanto las mujeres humanas.
El duque de Arachnia, Naraku se quedó fascinado ante sus ojos azules, elogió la elección del vestido y se marchó con los demás.
Kagome solo deseaba que el príncipe Inuyasha la viera. Ella se había enamorado de él pero nada, ninguna palabra.
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The little Mermaid
RomanceHistoria de amor&romance Inspirada en la historia original de la sirenita y en el manga 'la sirena, para mujeres' La historia inicia después de que el mundo fue divido en cuatro partes y todo está en paz. Pero probablemente vuelvan a la guerra por...