Capítulo X: "Vacaciones y sorpresa."
01/08/1989.
Los Ángeles, Estados Unidos.
12:59 p.m.
—¡Necesito vacaciones! —exclama el de ojos azules causando que los tres a su lado diéramos un pequeño brinco en nuestros lugares.
— Carajo Richards.
— Quiero vacaciones.
— ya te lo dijimos, no podemos tener vacaciones Josh.
— ¿Por qué?
— Porque tenemos trabajo, estamos entrando al tiempo alto de las ventas, tenemos que estar al pendiente de todo.
— ¿Y cuándo estaremos libres?
— No lo sé, Josh...
— Tal vez cuando dejen de hablar trabajen más — aporta el rubio alzando la mirada de la laptop.
— Debes tranquilizarte Hall.
—Y tú debes dejar de decir lo mismo cada tres minutos.
— Es que es lo que quiero.
— Y a todos nos ha quedado claro Josh —interrumpo aún sin alzar la mirada.
— ¿Qué tanto haces que nos ignoras?
— ¿Quién dijo que los ignoro?
— No aportas nada a la conversación.
— Porque es una conversación que ya tuvimos hace un tiempo, Josh. Trabaja, termina los contratos y nos vamos de vacaciones.
— Hablo la voz de la serenidad —habló con sarcasmo el mayor del grupo.
— Vos también trabaja viejo.
No puedo verlo, pero puedo apostar que me tiró una mirada indignada y molesta. Sonrío en mis adentros siguiendo con mi trabajo; las siguientes horas y días pasaron entre tragos, conversaciones cortas, quejas por parte de Josh, descansos de media hora, llamadas a distintos Lores de distintos países, viajes por trabajo y por fin, cinco días después de la rabieta de Josh pudimos descansar del trabajo; solo para enfrascarnos en una lista de posibles destinos para vacacionar (por pedido de Josh).
— ¿Ya tenemos destino?
— Tenemos cinco posibles destinos. —respondo masajeando mi frente.
— ¿Y cuáles son?
— Bora Bora en Polinesia Francesa.
— Zante en Grecia.
— Farfalla en Italia.
ESTÁS LEYENDO
Mafia of secrets. [REESCRIBIENDO]
FanfictionCuando nuestro reinado comenzó la gente solo nos veía como dos adolescentes sin preparación para el mundo en el que habíamos nacido; hablaban de nosotros sin saber lo que el destino tenía escrito sobre nosotros y como a nuestra corta edad seríamos l...