Verloren✓

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Capitulo XVIII: "Perdido"

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Capitulo XVIII: "Perdido"

06/12/1989.

DUBAI, EAU.

Me quedo solo en la puerta con una indignación profunda, en este momento desearía haberle hecho caso a esa voz de mi cabeza que me pedía ignorar el timbre y quedarme durmiendo hasta que Sara volviera o mejor, hasta mañana, lo que pasara primero.

Termino cerrando la puerta y emprendiendo camino hacia la sala, donde padre e hija ya están acomodados en el sofá en forma de "L" donde hacía minutos estaba yo "mirando una serie". Me quedo de pie en la entrada de la sala sin saber que hacer, que decir, como actuar, si echarlos de la casa o simplemente ignorarlos, subir a mi cuarto e intentar volver a dormir, ciertamente esta última opción llama mucho mi atención; pero incluso antes de que me decida a actuar, la dulce voz de la pelirroja llamó mi atención.

- ¿Alguien toca el piano? -pregunta mirando con un brillo en los ojos directamente al piano de cola que estaba al lado de la chimenea.

- Sí -mi tono de voz sale incluso cortante, no planeaba que fuera así.

- ¿Sara aún toca? -cuestiona el mayor.

- Ah, no, hace mucho no toca el piano.

- ¿Entonces quién toca el piano?

Cuestiona la ojiazul y yo con un dije de timidez respondo.

- Yo...

- ¿Qué? -cuestionan al no haber escuchado mi respuesta.

- Yo.

- ¿Qué? -vuelven a cuestionar, odio ser tímido en estas cosas.

- Lucas toca el piano. -comenta una tercera voz a mi lado sacándome un susto de muerte.

- ¡Sara! -reclamo.

- Debes dejar de ser tan tímido hermano.

- Para lo que quiere lo es.

Suspiro con fuerza ante ese comentario de Quinton y sin darle la cara a nadie, sintiendo como esta parte de mi cuerpo agarra un leve color rojizo, salgo de la sala yendo directamente hacia la cocina por un vaso de jugo, agua o lo que sea que me quite este tonto color de la cara.

Ya con un vaso de jugo en mi mano me doy la vuelta logrando visualizar la figura de Kaitlyn apoyada en la barra mirándome fijamente. Tener sus ojos puestos en mí durante tanto tiempo y con tanta intensidad me hace avergonzarme más de lo que ya estaba.

Bajo la mirada mientras bebo un poco del jugo en un pobre intento de ocultar mi sonrojo. Ella ríe al percatarse de ello. Siento sus ojos color café recorrer mi cuerpo de arriba abajo y es justo en ese momento cuando recuero el vergonzoso pijama que llevo puesto en este momento.

Imploro a todos los entes que conozco para que la chica frente a mí no comente nada acerca de mi vestuario, que se basa en una camiseta blanca, unos pantalones rojos con estampados de gatitos por todos lados, algunos montados en arcoíris y otros simplemente existiendo, y unas pantuflas que le robé a Aitana cuando aún vivía con ellos.

Mafia of secrets. [REESCRIBIENDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora