El mejor sándwich de Morioh

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Hacen ya meses desde que Kira no merodea por las tranquilas calles de Morioh, pero el Sr Kujo no se ha ido aún del pueblo, cree tener una buena razón para no hacerlo, pero todo son corazonadas. Sin embargo, estas nunca se habían equivocado hasta la fecha. Hasta que entre tantos pensamientos, sonó la puerta.

-TOC TOC- y vuelve a sonar. Pero Jotaro sabe muy bien de quién es la impaciente mano. Mira por la cámara de la puerta, y, efectivamente. Se encuentra con unos ojos lilas, parecidos al mismo universo, mirar hacia esta con una infantil ilusión. Era Josuke, quién traía en la mano desocupada una bolsa de la tienda con los mejores sándwiches de la zona.
¿Sr. Kujoooo?- Llama el joven, sabiendo de antemano que el mayor estaba en casa. El nombrado alzó una pequeña sonrisa, prácticamente imperceptible.

-Qué niño más desesperado...-Susurró para sí, pensando en voz alta.

-¿Sí?- Respondió a la llamada con el mismo tono de voz de siempre.

-Le he traído algo, ya sabe, por ayudarme con la tarea de los peces de ayer.

-Josuke- Nombra el mayor, por su voz parecía molesto- te he dicho mil veces que se llaman delfines, no hace falta saber biología para eso.

-Lo siento, lo siento...¿Y no me piensa abrir? - dijo el nombrado con un puchero en sus brillantes labios; otra vez llevaba un gloss sobre estos. Se notaba el débil rosa pastel en ellos, además del brillo que los recubría, como una capa de glaseado sobre un apetitoso dulce, esperando a saber devorado.
-Está bien, pasa- Se abre la puerta del apartamento. Josuke se queda mirando entonces a un cuadro del salón, al que recién entraba. El cuando estaba colocado sobre una enorme televisión, tenía un fondo anaranjado fundido con rosa palo, simbolizando un obvio cielo, y una ola rompiendo sobre este.

-¡No sabía que tenía tan bien gusto por la estética, Sr Kujo!- decía el menos acercándose al cuadro, alejándose de Jotaro, pudiéndose ver el completo su vestimenta: un crop top rosa palo se acomodaba en su torso superior magníficamente, junto con una chaqueta de rejilla que caía ir uno de sus hombros. Un jean algo rasgado por sus muslos y rodillas, y por último unas ALL-STARs rosas y blancas con detalles de estrellas, corazones y símbolos de paz dibujados por el mismo dueño.

Era imposible no fijarse en la ahora realzada cadera de Josuke, ya que una pierna lucía más alzada que la otra. Y el adulto había caído por completo en la trampa.

-¿Uh?¿Sr. Kujo? ¿Pasa algo?- Dijo volviéndose a él, quien automáticamente despegó la mirada.

-Nada. Me gusta lo que llevas hoy, niño.- Contestó Jotaro sin cambiar la expresión del rostro.

-Oh, ¡muchas gracias! Es ropa nueva en su mayoría, me alegro de que le guste. Bueno, venía a darle esto, ¿recuerda?- El del crop top extiende ambos brazos con la bolsa en las manos, esbozando una sonrisa algo sonrojado.- y gracias de nuevo por la ayuda con la tarea, de veras.

-No te preocupes, si necesitas algo, llama al número de mi apartamento.- Dijo Jotaro, ya sentado en su sofá de terciopelo con su pie derecho posado sobre su rodilla izquierda, y uno de sus brazos estirado por el largo de la espalda del sofá. Antes de sentarse había cogido uno de sus muchos libros, este relacionado con la fauna y flora marina de Morioh, y comenzó a leerlo.

-Entonces...¿quiere que me vaya ya?- Le preguntó el menor. Entonces analizó lo que acababa de decir y pensando para sí mismo se dijo '¿Qué acabo de decir? Casi que estoy haciendo el ridículo...'

Estaba realmente avergonzado, hacía parecer que no querría irse, y aunque así fuese, que lo era, no quería demostrarlo. Pero había puesto más de una hora en elegir la ropa con la que iría a casa de su sobrino; dos horas atrás abría las puertas de su armario de par en par, nervioso por si no encontraba la combinación ideal. Y ahora, dos horas más tarde, estaba luchando por no soltar un gritito de emoción; el Sr. Kujo le acababa de decir que le gustaba lo que llevaba puesto.

-¿Acaso estaba coqueteándome? No, no, y no. Imposible.- Pensaba

Bueno, puedes hacerte un pase de modelo si quieres, niño.- Le dijo el mayor, sin despegar la mirada del libro.

-No sabía que era usted cómico, Sr Kujo.- Respondía Josuke, sentándose al lado del mayor, sin reposar su espalda en la del sillón para no tocar al mencionado.

- Te da miedo apoyarte en mí o algo por el estilo?- Preguntó el adulto, sacando por fin su mirada del libro para posarla en el inquieto menor.

- Eh, no...claro que no. Mi madre me enseñó a no tomar confianzas en casa ajena, aún menos sin permiso. - Miró serio a Kujo, pero tan encantador como siempre.

-Entonces te han educado muy bien, niño. - Jotaro se acercaba peligrosamente para agarrar el mentón del menor, rojo cual tomate por la situación.

-¿J-Jotaro? - El más pequeño miraba avergonzado hacia los orbes del mayor, todo había sido muy de repente.

- ¿Y toda esa educación tuya, niño? ¿Ahora me llamas por mi nombre? - Está vez el mayor agarraba ambos lados del  rostro por la parte de abajo de Josuke con su mano, sofisticada pero firmemente.

-Será mejor que me vaya, lo siento.- En ese momento, Josuke salió casi volando del apartamento de su sobrino.

- ¿Qué acaba de pasar? No entiendo nada...joder.- Higashikata se veía algo asustado. Por supuesto que no le había disgustado el comportamiento de Jotaro, no sería la primera vez que se imagina una situación así con su mayor, de hecho había fantaseado con ello. Pero no estaba preparado para que esa fantasía se materializase, no tan de repente.

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Bueno...llevaba mucho sin escribir nada, espero que les haya gustado el primer capítulo💕✨

Esta vez seré mucho más activa y no lo dejaré hasta terminarlo, me siento muy inspirada uwu <3

Looking at the stars ☆ [Jotasuke]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora