➳ U n o

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—Wao

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—Wao.

Aquel lugar era extraordinario. Sunoo no pudo evitar apreciar de lejos cada detalle del departamento de la familia Nishimura. Ellos vivían en el último piso de un gran edificio, en un penthouse para ser más exactos en términos. 

Desde la sala se podía apreciar la lujosa terraza y la piscina cubierta. Ahí también habían algunas plantas, quizás para darle un toque más sofisticado al lugar. Por otro lado, la decoración de la sala era moderna, pero al mismo tiempo acogedora y hogareña. 

Una verdadera obra maestra.

"Cada detalle y adorno parecen estar justo en el lugar indicado." Pensó el pelinegro, al tiempo que el pequeño Teo lo arrastraba por uno de los pasillos hasta llegar a una puerta de color blanco.

El niño apoyó su mano sobre la perilla, dudando. Luego miró a Sunoo, sonriendo con timidez. 

—Mi habitación está un poco desordenada.—confesó, despeinando ligeramente su cabello debido al nerviosismo—  Pero eso no quiere que seamos una familia desorganizada, el resto de la casa está limpia, yo solo...yo...

—No te preocupes.— interrumpió Sunoo, comprensivo— Te aseguro que no puede estar peor que mi habitación, créeme. 

Teo lucía menos nervioso luego de la "broma" de su niñero. Le brindó una sonrisa sincera y, acto seguido, abrió la puerta de la habitación y corrió hacia dentro. La habitación era enorme, la cama tenía un cubrecama de color celeste con un osito al medio y almohadas con forma de nubes de color blanco. El suelo estaba cubierto por una alfombra suave del mismo color que las almohadas y las cortinas color turquesa ondeaban por el viento que pasaba a través de la ventana entreabierta. También se encontraban el escritorio, la mesita de noche con una lámpara encima, el gigantesco armario, peluches de distintos tamaños como decoración y, finalmente, un baúl repleto de juguetes. 

—Cielos, tu cuarto es muy bonito, Teo.— halagó Sunoo, dándose cuenta que su sala no era ni la mitad de grande que la habitación del niño.

Bueno, eso sí era un poco triste.

—Gracias, mi madre lo diseñó antes de mudarnos aquí.— respondió, dejando su mochila al lado de su baúl de juguetes— Ella decora las casitas de otras personas y le gusta hacerlo, a veces se pasa noches enteras trabajando y tengo que llevarle una manta para que no se enferme.

Sunoo abrió los ojos con sorpresa. No sabía que su jefa era diseñadora de interiores...aunque...ahora que caía en cuenta, él no conocía nada sobre la familia para la que trabajaría todo el verano.

Pensar en ello lo hacía sentirse inseguro. 

¿Acaso estaban ocultando algo?

—Puedes dejar tus cosas junto a las mías.— indicó el menor, extendiendo su mano para que Sunoo le diera su mochila. El pelinegro asintió en respuesta y le dijo que él mismo colocaría su mochila en el lugar señalado.

COLLIDE ➳ | SunKi |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora