Nuestro Adios

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*Laila*

Platique con las chicas sobre varios temas. Hace bastante tiempo que no hablaba con ellas, ya necesitaba tiempo de chicas.

- ¿Que tal todo con Jack? ¿Todo bien?

Me sobresalte un poco al escuchar la pregunta, estaba tan metida en mis pensamientos, que no estaba prestando atención a lo demás.

- Si, nosotros estamos bastante bien - contesté yo con una sonrisa

En realidad quería ir a verlo, pero no podía hacer eso. Este momento es de nosotras y nada más de nosotras.

- Se que te mueres por verlo. Ve, no nos enojaremos

- ¿Lees la mente o algo así? - estaba bastante sorprendida. Creo que me conoce mejor que yo misma.

-Te conozco Li, has sido mi mejor amiga desde que tengo memoria. Ve, habla con el. Pero no te olvides de nosotras después.

Solté una rosa nerviosa.

- No lo haré, lo prometo - dije mientras me ponía de pie, sacudí un poco la tierra de mi vestido y sonreí hacia las chicas - nos vemos luego

Emprendí mi viaje para encontrarme con Jack. Era un poco ridículo que estuviera emocionada, lo había visto esta mañana, pero no podía pensar en otra cosa que fuera estar con el. Con las chicas me la pasaba genial, pero con el todo era mágico.

Al llegar a su casa toque la puerta, y luego de algunos segundos, no abrió nadie. Insistí, pero nunca me abrieron. Se me hizo extraño, el no suele salir mucho. O eso creo.

Fui hacía un parque que había allí, y en el camino escuche la voz de Jack. Estaba enfadado, y podía notarlo. Me dirigí hacia el y me encontré con una escena poco agradable.

Jack tenia el puño de la mano derecha flexionado hacia atrás, mientras la mano izquierda se encargaba de que Uriel no se escapara, el cual tenía una cara de espanto. Jack estaba gritándole algo.

-...que si repites algo así, tu cara no sera la única en pagar las consecuencias - su brazo tomo vuelo y pronto su puño se estrelló contra la mandíbula de Uriel.

- ¡Jack! ¡¿Que estas haciendo?! ¡Detente! - me dirigí desesperada hacía ellos, que parecía que no habían notado mi presencia.

- No te conviene meterte, preciosa. Esto es... - y el puño de Jack le impidió continuar.

- ¡Jack! ¡Basta!

Yo cada vez estaba mas desesperada.

- No te metas Laila, no sabes lo que este estúpido me dijo de ti - el no aparto la vista de Uriel ni un segundo. Volvió a azotar otro golpe, esta vez en la nariz de Uriel, la cual comenzo a sangrar rápidamente.

- ¡Para, Jack! ¡Lo vas a matar!

El no me hizo caso, siguió dando golpes a la cara de Uriel, la cual cada vez estaba más roja. Producto de su propia sangre, y los golpes de Jack.

Yo no podía dejar que esto siguiera así. Gritaba desesperada para que Jack se detuviera, pero parecía que el estaba en su burbuja y no pensaba dejar que algo se interpusiera entre el y su oponente.

Sentía la impotencia crecer dentro de mi, no podía quedarme sin hacer nada. Todo acabaría mal, ellos no deberían pelear.

Sentí como la el sentimiento de impotencia era remplazado por la rabia. Cerré mis manos en puños y, antes de que Jack diera su último golpe, yo deje que la rabia saliera por mis manos.

- ¡Ya basta! - vi como los dos salían disparados hacia lados opuestos, dirigí mi vista hacia Jack, que se había estrellado en una pared. Tenia una mueca de dolor en el rostro y se sobaba la parte de atrás de la cabeza.

Lo que cambió al mundo (EDITANDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora