Capítulo 1

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Desperté gracias a mi querido hermano mayor, Louis, el cual me dejo caer agua en la cara... "Corre Louis Davies" pensé y creo que leyó mis pensamientos por que salió casi corriendo de mi habitación. Mire el reloj que tenía en mi mesita de noche y, ¡MIERDA!, marcaba las 9:05am estaba demasiado atrasada. Me levanté lo más rápido posible y me duché. Baje a tomar desayuno... Bueno, en realidad a buscar unas tostadas para comer después.

- Buenos días amor —Dijo mi madre con una esplendorosa sonrisa desde la cocina.—

- Buenos días mamá —le sonreí también y al llegar a su lado le besé la mejilla gustosamente.—

- ¿Tostadas, mi amor? —Su pregunta fue más una orden, pues ya las tenía lista y estaba empaquetándolas.—

- Claro, para llevar por favor —Murmuré en un tono divertido mientras reía levemente.—

- Buen día hermanita —Luis dijo mientras entraba a la cocina sonriendo inocentemente.—

Hola —dije de manera seca y cortante sin mirarlo si quiera.—

- ¡Hey! ¿Por qué me hablas así? —Preguntaba en mi dirección en tono de queja mientras sus labios formaban un tierno puchero.—

- Te recuerdo que dejaste toda mi cama mojada —Murmuré mirándolo fijo.— Sin contar que también mojaste mi cara y sabes que eso me hace despertar exaltada.

- Si lo sé, pero no te enojes... Lo siento hermanita, es que ya estabas tarde otra vez y no quiero que pierdas ese empleo tan cool que tienes —Dijo haciéndose el inocente al principio y luego su tono de voz cambió a uno más divertido.—

- Está bien, está bien. Todo porque me despertaste y voy tarde —Rodé los ojos poniéndolos semi blancos y luego reí ante su gesto. Lo amaba con toda mi alma.—

- ¿Y por qué tanta prisa?, digo... No siempre llegas temprano al trabajo, creo que ya todos están acostumbrados a verte entrar tarde y como tu jefe te lo permite. —Dijo mi madre mientras reía levemente, tenía mucha razón, pero en realidad sabía que había algo más. —

- Tienes razón mamá, pero hoy debía llegar a la hora porque hoy le dan otro caso a la agente Davies —Canturrié sonriente por ellos, estaba muy emocionada, me encantaban estas cosas.—

- ¡Oh! ¿Es otro caso en cubierto? —Preguntó mi hermano de inmediato, parecía estar incluso más emocionado y aterrado que yo.—

- Mmh, la verdad... No lo sé —Le respondí mientras alzaba mis hombros.— Les contaré cuando llegué, nos vemos —Tomé las tostadas que mi madre me tendía y comencé a caminar hacia la puerta a paso apresurado.—

- ¡Hermanita! Se te queda la placa... Y el arma —Me gritó Lou mientras me apuntaba la mesa de centro.—

- Cierto, gracias por recordármelo una vez más —Me reí junto con él, solía ser muy despistada cuando estaba en casa. Tomé la placa junto al arma y salí de la casa.—

La verdad era que acostumbraba a dejar el arma y mi placa de identificación en cualquier sitio de mi casa, era un lugar seguro ya que Louis no las tomaba y mamá mucho menos, aunque eso casi siempre hacía que las olvidara a la hora de ir trabajar. Cuando salí de la casa me fui al Garaje. Entré al auto y comencé a conducir, gracias a Dios el trabajo quedaba cerca de casa. Llegaría justo a las 10:00a.m, hora en la que estaba citada.

Cuando llegué al trabajo todos mis compañeros me saludaban a medida que iba caminando por sus lugares. Era la única chica en esta estación que hacía trabajos de campo y logré ganarme el respeto de todos ellos con esfuerzo y trabajo duro, a pesar de que nadie confiaba en mi cuando recién llegué a este lugar, hoy en día todos aquellos que trabajan en este lugar me tienen mucho aprecio y confianza en cada caso que se me asigna.

Enamorada De La Maldad (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora