• Capítulo 1 •

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"Por debajo de su raza"

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     Oscuridad absoluta, eso es lo que veía, estaba seguro de que tenía los ojos abiertos pero aún así apenas podía ver su palma enfrente de él. Estaba acostado en un sillón o al menos eso creía, tocó un poco los bordes, podía sentir el diseño que este poseía y ya se hacía una idea de cómo lucía el mueble.

Tú no eres Touya... —se escuchó una voz, no sabía exactamente de donde provenía pero estaba muy cerca de él.

—¿Huh? ¿Quién demonios eres? ¿Dónde carajos estoy? —cuestionó el rubio ceniza parándose del sillón para ponerse en una posición de ataque—, acércate para que te rompa la maldita cara, bastardo.

—Solo eres un humano... uno bastante ruidoso —se oía en su voz un tono de disgusto.

—¿Y qué esperabas? ¿Un puto alíen?

—Lo que faltaba... perdí la pista de Touya engañándome con un señuelo como tú, apenas lo vuelva a ver le haré picadillo...

—¿Y a mí qué carajos me importa?

—Es cierto, a ti no te incumbe —se le escuchó fastidiado—, tendré que esconderte...

     El ruido de pasos acercándose alerta a Katsuki de inmediato, estaba detrás suyo pero no lo había oído acercarse por esa dirección. Rápidamente da un salto hacia un lado y tropieza con algo que supone era una pequeña columna con un jarrón el cual tiró, el ruido de la porcelana quebrarse lo pone nervioso, cosa que lo hace perder el equilibrio y caer.

Tranquilo, no te haré daño... —respondió, únicamente eran visibles sus ojos celeste y gris.

—¡Aléjate! —gritó Katsuki retrocediendo sin saber realmente de quien se trataba.

     Retrocedió hasta toparse con la porcelana rota, un pedazo puntiagudo le hizo una herida larga en la mano derecha, podía sentir como la sangre empezaba a brotar.

Gh-¡ah!

Ese olor... —comentó su potencial asesino—, ¿Por qué huele así?

No sé a qué mierda te refieres —responde Bakugō quitándose los restos de porcelana de la mano pero de la nada siente que el desconocido toma su muñeca con fuerza— ¡Suéltame bastardo! —una lamida en su palma lo hace soltar un jadeo de sorpresa— ¿¡Qué te sucede!? ¡¡Maldito enfermo!!

     Aprovechó y lo pateó, no sabía exactamente donde fue, pero sus ojos ya se había acostumbrado un poco a la oscuridad del lugar, observó por todos lados y notó que había una salida bastante cerca de él, agradecía enormemente que por debajo de la puerta se podía ver un poco de luz, probablemente de la luna.

     Corrió porque su vida dependía de ello, no le importaba si en el camino habían muebles, la adrenalina lo hacía ignorar el dolor de los golpes que se daba. Desesperado busca la manija y no tarda mucho en encontrarla, la gira y empuja, no había medido bien su fuerza y gracias a ello vuelve a caer.

     Observa los alrededores, era de noche y estaba en una zona que no supo reconocer en ese momento, se vuelve a poner de pie y atraviesa el jardín de esa mansión, había una reja negra rodeando todo el lugar y no le costó mucho saltarla, era bueno moviéndose y aún más cuando estaba lleno de adrenalina. Voltea unos segundos a verificar si estaba siendo perseguido, pero al parecer todo estaba bien, de todas formas no se confiaba y no paró de correr hasta encontrar una estación de tren.

La mansión de sangre © [Todobaku]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora