¡Bienvenidos a la DabiShiga Week 2020!
Aquí encontrarán siete historias cortas de esta pareja desde el 7 al 14 de Diciembre.
Anímense a participar y disfruten leyendo.
*Los personajes usados le pertenecen a su respectivo mangaka.
*Las historias aquí...
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No supo exactamente cuando comenzó pero cuando Tomura se dio cuenta, ya había caído directo en las fauces del lobo.
Una atracción peligrosa, más allá de cualquier gusto común.
Se complementaban muy bien el uno con el otro.
Al inicio solo se concentró en evadir la molesta que irraigaba de su pecho al rozar los labios del otros con los suyos mismos, pero por mucho que trato de ignorarlo, todo su ser ya lo sabía. Su cuerpo se crispaba al mínimo contacto con el pelinegro.
Como una corriente eléctrica que cruzaba por su espina dorsal haciéndole encojerse en su sitio, aunque, sus palabras y su expresión corporal eran una contradicción total.
Los sonidos que salían de sus labios resecos y con algunas grietas eran cortantes, llenos de desprecio. Protegiendo su orgullo como un pequeño tigre albino herido y lleno de cicatrices negándose a dejarse capturar por aquel cazador furtivo.
Mientras tanto, sus movimientos eran torpes e indecisos. Retrocediendo y rasguñandose un poco sin darse cuenta.
Dabi notó su conducta, siendo él, imposible no hacerlo. Pero decidió jugar con Shigaraki un rato. Lo quería tener en la palma de su mano para verlo dejar de lado su incesante orgullo.
Caían cada vez más en un pozo profundo que les iba quitando la emoción inicial y solo dejaba desolación.
Ambos tenían un vacío que querían llenar.
Ya estaban muy rotos, ¿qué más había por romper?
Una relación sin compromisos.
En un juego donde la mayor apuesta es huir de la rutina, enamorarse era igual al fin del juego.
Bueno, ambos perdieron.
"—No me siento seguro si tú no estás, deberías saberlo llegado este punto.—"
"—¿Como puedes decir eso tan a la ligera? Cuando empezamos esto dijimos "Sin ataduras", Shigaraki.—"
"—Sabes que dejarme no es una opción, me necesitas para sanar tus heridas de la misma manera que te necesito yo.—"
Indispuestos a dejarse, aunque se lastimen.
La tormenta de sentimientos muestra un poco de dulzura de vez en cuando, eso es suficiente.
"—Sabes que no dejaré que nadie más que yo te dañe, cara de trapo.—"
"—Estoy seguro que podrás quedarte a mi lado, aún si toda mi inseguridad te daña y limita, flamitas.—"
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