Apuesta clásica

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Antes ques nada una enorme disculpa por dejar está historia abandonada mucho tiempo, buscaré la forma de compensarlos hermos@s lectores.

Era una hermosa tarde y estaba a punto de anochecer, el sol se iba ocultando progresivamente en la ciudad, pero la actividad no paraba, la gente iba y venía, haciendo compras, curioseando o simplemente relajándose en un café-posada que estaba recién remodelado y con un escenario nuevo.
La iluminación en el centro del cafe era tenue pero no oscura con un toque romántico y cálido, tal vez un poco casual. Los clientes estaban complacidos escuchando la bella voz de Manolo que estaba enfundado en un traje de tres piezas en color negro con detalles dorados, su voz cambio a un tono más suave para terminar la canción que interpretaba ganándose los aplausos de los espectadores, una chica se acercó a Manolo abrazándole y recordándole lo muy orgullosa que estaba de su amigo , la escena pintaba fraternal en especial para los que los conocían, sin embargo si apenas veías ese momento de interacción entre ellos entonces sería fácil pintar el cuadro con toques románticos, como le sucedía justo a tres clientes que compartían mesa en un lugar lo suficientemente lejos como para darles privacidad, pero no tanto como para parecer antisociales.

-Ah tan románticos- suspiro una bella mujer de hermosa cabellera larga y negra adornada con un pequeño tocado de flores.

-Naa… cursis- soltó su acompañante a la izquierda, un hombre alto y atractivo ya entrado en años, pero con un porte regio casi sombrío, la pareja de la mujer.

-jaja… a mí me parecen más como hermanos ¿No creen? - Comento risueño el tercer acompañante justo a la derecha de Catrina, de tez apiñonada y cabello claro y rizado, cuya personalidad era casi como la de un algodón de azúcar andante.

Los tres volvieron a posar la mirada en el músico y la joven interesados y más al ver a una tercer figura acercarse con unas flores que la señorita inmediatamente tomo con una sonrisa mientras se dirigía al mostrador donde se exhibían postres para tomar un bello jarrón y colocar las flores en este, sus acciones observadas por los dos varones mientras conversaban y asentían entre sí.

-Esto es tan típico- expreso el hombre sombrío con una sonrisa socarrona en su rostro pensando en el sinfín de estragos que se podían ocasionar en los tan famosos triángulos amorosos- Dos hombres como hermanos enamorados de la misma chica, amiga suya para variar- termino de enunciar el mayor de los presentes.

-Si- soltó la dama con su voz en un suspiro- sin embargo, tiene un poco de romance, los obstáculos solo hacen más real sus sentimientos, solo las almas que en verdad se aman triunfara- manifestó la beldad femenina con un tono decidido, pues mientras su pareja veía caos y malestar (como posible entretenimiento), ella veía una bella historia de amor.

Sin embargo, el tercer acompañante mostro una mueca infantil de desagrado “ya van a empezar” se dijo mentalmente conociendo de sobra las actitudes de sus amigos.

-Que tal un apuesta- dijeron al simultáneamente la belleza de cabellera larga y flores y el varón regio y un tanto cínico, acción que formo sonrisas competidoras en sus rostros.

-Yo juego por el sensible y apasionado musico- decidido la dama.

-El hombre con pinta de héroe será el ganador querida- concluyo su pareja

-Entonces veamos quien hace más avances en lo que queda de la noche, mi amor- hablo coqueta la mujer.

-solo hasta que tengamos que irnos mi vida- correspondió el mayor.

Mientras tanto María, Joaquín y Manolo reían y hablaban entre si sobre alguna trivialidad antes de regresar a sus labores, ignorantes de lo que ocurría en la mesa de ciertos clientes ocasionales, y el tercer individuo de esa mesa degustaba las deliciosas flores comestibles de su pastel individual, ¿Qué acaso no ven que esos dos son como hermanos para la chica y viceversa? Razono Candle Maker para sí mismo, Bueno al menos tengo estas delicias, concluyo pensando en todos los postres que aún no había degustado.

Mojado hasta los huesosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora