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—Oye Ann... Si por aquí viven los lobos ¿por qué no hemos visto uno? —Cuestionó Julie mientras saltaba de piedra en piedra por el río, este continuaba en un bajo nivel. —Por suerte, ¿acaso quieres ser la cena? —Respondió Andie, consciente de que encontrarse con algún animal salvaje no era lo ideal. —No... solo quisiera ver uno. —Respondió Julie bajando de la roca en la que se postraba, tomando ahora la mano de su hermana mayor.

Hubo un cómodo silencio por unos segundos, solo escuchándose los pasos de ambas. Pero un breve gruñido además de los arbustos en movimiento se escuchaban cercas —¡Mira! Un cerdito. —Andie se quedó petrificada al ver el animal al que Julie se refería; era un jabalí, precisamente uno de bosque. Era razonable suponer que un grupo estaba cerca, y no precisamente pequeño ya que eran varias crías dispersas.

—No te muevas...—Exclamó Andie, manteniendo a su hermana menor detrás de ella para evitar que fuera atacada por aquel animal salvaje.

Incluso manteniéndose quietas, el jabalí ya las consideraba una amenaza. Un gruñido proveniente del animal alertó a la madre de la cría, que salió de los arbustos de manera brusca para comenzar a perseguir a las "amenazas". Un ataque de esta especie podría ser peligroso, Andie solo jalo rápidamente a su hermana mientras comenzaban a correr del jabalí enfurecido. Entre ellas salían pequeñas risas, disfrutando de la adrenalina de ser perseguidas por un animal dos veces más pequeño.

Las risas resonaban en el bosque mientras Andie y Julie corrían, escapando de la furia del jabalí. Aunque la situación era peligrosa, la adrenalina y la diversión se entrelazaban en sus risas, transformando la persecución en un juego inesperado.

—¡Rápido, Andie, este cerdito nos está dando una lección de cómo correr! —exclamó Julie entre risas, su voz llena de emoción.

La madre del animal continuaba persiguiendolas, Andie en una forma de encontrar una solución tomó a su hermana de los brazos y la subió rápidamente a una rama de un árbol que quedará lo suficientemente separada del suelo y evitar que dañara a Julie. Sin embargo, en un giro inesperado, el animal embistió con fuerza a Andie, empujándola hacia un charco de lodo, esto había causado una pequeña risa por parte de la pequeña. —Qué manera tan vergonzosa de morir.. —Susurró Andie quitándose el lodo del rostro para tener un mejor campo de visión.

El jabalí, ahora más enfocado en Andie, se preparaba para otro embate. Pero justo en ese momento, un cazador hábilmente oculto entre los árboles lanzó una flecha al cuello del jabalí, haciendo que este retrocediera antes de atacar, una nueva flecha impacto ahora contra la cabeza del animal, haciendo que este cayera sin vida. Julie soló bajo del árbol rápidamente yendo con su hermana mayor para ayudarla a levantarse... Sus intentos eran dulces aún sabiendo que ella no tenía esa fuerza.

Andie empapada de lodo solo se levantó del charco, colocando a su hermana pequeña detrás de ella en un acto protector, observando al inusual hombre, el cazador, amablemente, se acercó a Andie y Julie, mostrando interés por su bienestar.

—¿Están bien, chicas? Ese jabalí puede ser bastante territorial a veces. ¿De dónde son?—

Andie, con cautela, respondió:
—Somos de por aquí, no muy lejos, hoy queríamos explorar un poco.—

El cazador asintió, pareciendo satisfecho con la respuesta. —¿Son de Troite, verdad? No se preocupen, yo también soy de allí. Si quieren, puedo llevarlas de vuelta al pueblo, no está muy retirado de aquí, no es seguro que estén por el bosque solas. —

Andie intercambió una mirada con Julie, ambas sintiendo una ligera desconfianza, pero aceptaron la oferta del cazador agradecidas por la ayuda inesperada. El cazador guió a las hermanas por el bosque, hasta llegar a un sendero con un camino ligeramente visible hasta el pueblo, con la densidad del bosque solía esconderse.

 PRIMA ༒ MACULADonde viven las historias. Descúbrelo ahora