CAPITULO DOS: SALTO DE FE

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Podía escuchar su propio pulso en los oídos debido al corazón que le latía tan rápido como las revoluciones del poderoso motor de su Ducati S.E, fácilmente iba a más de 240km/h tras aquel pequeño monstruo montado en otra motocicleta que apenas y podía ver cómo esos rizos eran arrastrados de un lado a otro por el viento y la angustia de perderlo entre los límites seguros de la resistencia le hacían ir más rápido, debía alcanzarlo ya que se estaban acercando a la carretera que llevaba a las ruinas contiguas de la NEOCITY

—Taeyong, estoy en la zona B de las ruinas, nos falta menos de diez minutos para entrar al territorio peligroso, tienen que apurarse— John informó a su escuadrón por el auricular en su oído derecho

—sigue avanzando, falta poco para que lleguemos, Jung está a nada de alcanzarte

Solo bastaron un par de segundos entre las órdenes de Taeyong y el rugir de la moto de Jung para darse cuenta que no solo lo había arrebasado con su jodida motocicleta MTT Y2K, sino que estaba a nada de alcanzar al chico de cabellos rizados.

—jung por favor no lo mates, por una vez en la vida ten cuidado— bufó algo tenso pero con una sonrisa sarcástica al escuchar la angustiada petición de John a través del auricular, lo podía entender, normalmente destrozaba todo lo que caía en sus manos y la palabra "delicado" no iba seguido de su nombre, pero vamos, tampoco iba a matar al chico en una imprudente maniobra ¿o sí?.

Pudo jurar que a John se le fue el color de la cara al ver como sacaba un revólver y lo apuntaba al revoltoso chico rubio frente a él, si, tenía un plan y esperaba a que funcionase.

Mark no tuvo oportunidad de voltear hacia atrás para ver qué tan lejos estaban ahora sus dos perseguidores cuando escuchó una explosión que lo hizo sobresaltarse aún más, seguido de un fuerte tironeo de la rueda trasera, podía imaginar que alguno de esos dos imbéciles le había disparado al pobre caucho nuevo, no dejaría que la bonita motocicleta que pidió amablemente prestada perdiera el control, eso significaba acabar de nuevo incauto en el hospital si bien le iba, dio fuertes volantazos pero no fue suficiente, la moto volcó y él junto con ella sino fuese porque aquel hombre que le iba pisando los talones lo tomó a como pudo de la cintura, fue una maniobra tan rápida y jodidamente difícil que no pudo evitar soltar un gritito de miedo para nada masculino, el desconocido lo sentó frente a él en la motocicleta con toda la fuerza que poseía y vaya que era mucha al pescarlo en el aire y evitar no volcar él también en el intento

—¡Voy a noquearte sino dejas de forcejear!— y es que manejar una motocicleta a más de 300k/h en una autopista abandonada de la mano de Dios mientras peleas con un chico bastante flexible y fuerte no era una buena idea, estaba tentado a tirarlo si volvía a enterrarle el codo en el estómago, prefería que muriese uno y no dos, mucho menos su amada motocicleta, oh no, Jung no lo iba a permitir —¡Déjame en paz y suéltame! Solo quiero ir a casa

—¡Jung estás loco! ¿Cómo se te ocurre dispararle a la motocicleta? Date la vuelta y regresemos, estamos jodidamente cerca de los límites

Jung estaba harto de que todo mundo le gritase, definitivamente ese no iba a ser un día bueno y tranquilo, lo supo desde el momento en que Doyoung lo despertó con un golpe en la cabeza y gritándole que no había desconectado la cafetera quedando toda la noche encendida, que él iba a pagar la cuenta de la luz y blah blah blah, ese conejo debería aprender a relajarse, pensaba lo mismo de John que había estado demasiado alterado todo el camino, no habían llegado tan cerca del perímetro peligroso de la neocity, dudaba mucho que los hayan descubierto y si aquel chico seguía golpeándolo fuerte en la mandíbula no dudaba en soltarlo, total, nadie iba a encontrar su cuerpo— maldita sea Suh ¡Ya voy! Cómo tú no tienes que lidiar con un mocoso que te esté apuñalando el hígado con su codo, voy a desacelerar

NEOCITY [JOHNMARK]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora