No voy a contar las cosas desde el principio, voy a contar mis pensamientos y entre mis relatos sabrás lo que he sufrido.
Ahora tengo 17 años y he vivido sonriendo sin preocupación, me han insultado, me han maltratado y yo sigo sonriendo sin problema.
Después de mucho tiempo empezaba a creer que estaba loca, me volvía loca con mis pensamientos... Había estado llorando en la obscuridad como algunas noches de soledad, donde todo dolía más de la cuenta, no veía nada más que mi vaso con cerveza, no olía nada más que mis manos con olor a cigarro, respiraba con dificultad a causa de las lágrimas, estaba sentada en la orilla de la cama viendo un punto fijo en la obscuridad y por mi mente pasaban tantas imágenes, quería suicidarme... Me levanté jalándome el cabello cansada de llorar, me acerque hasta donde creí que podía golpear la pared y solté los golpes esperando que mis nudillos empezaran a pulsar pero no paso, me apreté la camisa de coraje, no había golpeado nada y las lágrimas seguían fluyendo como agua derramada, salí de mi cuarto con una pluma y un cinto en la mano, me encerré en el baño, escribí en mi antebrazo " los amo, perdón, es el momento correcto" enrede el cinto en mi cuello y lo apreté, el oxígeno no llegaba a mis pulmones y la sangre no subía a mi cabeza, apreté con más fuerza hasta que sentía que mis oídos reventaban me estaba dejando caer sentada sin aire y afloje el agarre del cinturón, lo desenrolle de mi cuello y llore como una niña pequeña, esperaba morir pero no tenía el valor suficiente para hacerme sufrir hasta lograrlo, entonces me acosté en mi cama esperando a que todo el mundo durmiera para bajar y agarrar un cuchillo, sabía que era el momento perfecto, había terminado mi vaso de cerveza, estaba acostada en mi cama esperando y perdí la conciencia quedándome dormida.