《 • Capítulo Tres • 》

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Las verdaderas batallas se
libran en el interior.
- Sócrates -

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En el capítulo anterior...

- Aléjate de ella. - Ordenó con voz ronca.

...Esto solo era el comienzo de una gran batalla...

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Todos los que se encontraban dentro de la cabaña miraban sorprendidos y temerosos al Lord del Oeste, nadie se esperaba que esas palabras pudieran salir de su boca.

- Aléjate de ella, si no quieres morir. - Amenazó. Muchos de los presentes se dieron cuenta que el que estaba hablando era Yako, la bestia interior de Sesshomaru. Pero Kagome no lo sabía y no entendía el por qué de su enojo.

- Tsk. Yo, jamás, obedecere a alguien como tú. - Inuyasha respondió con voz altanera, siempre de impulsivo, no estaba tomando en cuenta las consecuencias de aquella respuesta.

Él seguía sosteniendo el brazo de la azabache y el peli-plateado mayor no quitaba la mirada de aquél agarre.

La más desconcertada allí era Kagome, puesto que no reconocía a nadie, pero los rostros de esas personas le parecían vagamente conocidos. Aunque, lo más desconcertante para ella era esa necesidad que sentía de estar cerca del Daiyokai.

- Disculpa, ¿podrías soltarme? - Preguntó la azabache. El Hanyou la miraba con duda, tenía miedo de que ella cometiera una locura y que terminara muriendo en las garras de su medio-hermano.

- No. - Respondió con firmeza. Él que la conocía, en especial su actitud desafiante y de espíritu libre, sabía que ella podría cometer un locura.

- Dijo que la sueltes. - Yako gruñó. Se estaba conteniendo, puesto que no quería asustar a su hembra.

- ¡No es nuestra hermbra! - Rugió en su mente, ya que allí se encontraba un Sesshomaru encerrado en su cabeza. Tenía que batallar para recuperar el control de su cuerpo.

Yako ignoró a Sesshomaru. Ahora solo tenía ojos para el idiota de Inuyasha que no soltaba el brazo de la azabache.

- Cállate, Sesshomaru. Aquí no eres bienvenido. - Alegó el de orejas de perro.

- ¡Sueltala! ¡Ella es mi hembra! - El enojo de Yako estaba subiendo de nivel y su poca paciencia estaba por llegar a su limite.

- ¡¿Que?! ¡Ella jamas será tu hembra!

Ambos, demonio y semi-demonio, comenzaron una discusión de gritos. Uno alegaba que era su hembra y el otro lo contrariaba. Aquello se iba a salir de control... Y Kagome estaba perdiendo la paciencia.

- ¡Suficiente! ¡Tú! - Gritó, señalando a Inuyasha. - ¡Sueltame de una maldita vez! - Él la soltó, el aura que ella desprendía era tenebrosa, tanto que hizo temblar al Hanyou. - ¡Y tú! - Está vez señalaba al peli-plateado mayor. - ¡No soy tu hembra o lo que sea! ¡Ni siquiera te conozco!

Y en ese momento, Yako quedó sorprendido y un poco triste por las palabras de la azabache. Lo cual, Sesshomaru pudo aprovechar para volver a tomar el control de su cuerpo, sus ojos rojos se volvieron a su característico color dorado.

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⏰ Última actualización: Oct 25, 2020 ⏰

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Profecía De Amor 《 Sesshomaru Y Kagome 》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora