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  Corría por un pasillo metalizado en el que podía escuchar el eco de sus propios pasos. Jadeante por el cansancio, pero si se detenía esos hombres acabarían por atraparle.

  En su puño cerrado llevaba un objeto que sabía lo valioso que era, tal vez era su billete para escapar. Se encontró con un pasillo sin salida, en la pared una pequeña ventana le mostraba el interior. Magnus permanecía tumbado en una cama tan pálido que no parecía él. Un hombre anotaba algo en una carpeta de hospital, mientras observaba notó como una mano se cerró tras su cuello.

  —¡No, no, no!

  Con una sacudida abrió los ojos en mitad de la oscuridad. El pulso le latía en las sienes y su respiración era agitada. Algo le decía que Magnus estaba en peligro, pero no podía ponerse en contacto con él. Trató de volver a dormir en vano, le esperaba una noche muy larga.

★☆

—¡No, no, no!

  El grito le despertó atrapándolo en un miedo irracional. Al principio no entendía donde se encontraba. Después, tras unos segundos en los que no entendió nada, comprobó que estaba en su habitación y que la voz que le había despertado era la de Alec.

  Se levantó de un salto y se precipitó a mirar hacia abajo donde Alec yacía dormido. Suspiró lleno de alivio. Iba a volver a la cama, pero notó una presencia camuflada en medio de la oscuridad.

  —El intachable Magnus ha resultado ser un retorcido asqueroso.

  No le hizo falta ver la cara de aquel hombre para saber quien era. Se trataba de Robert, el alumno número dos de su promoción, le odió toda la vida porque siempre estuvo por detrás de Magnus.

  —No te entiendo —dijo sin que le temblara la voz.

  —Llevo observándote un tiempo, creía que encontraría trapicheos con los altos cargos o algo que te hiciera ser tan bueno —soltó una risa casi incrédula —, Pero para mi sorpresa he encontrado que estás enamorado de tu elegido. Qué asco, he visto casos así, pero ¿un chico? ¿De verdad estás loco?

  —¿De dónde sacas eso?

  —No intentes negarlo, amigo —por fin dio un paso al frente donde Magnus pudo verle casi al completo —. Te he visto con él y he visto ese transportador celestial vinculado a su foto.

  Magnus sintió frío en todo su cuerpo, Robert había visto a Alec. Sabía quien era y como encontrarle.

  —No es lo que piensas...

  —Los transportadores solo deben usarse en situaciones de alta emergencia, lo sabes perfectamente —le interrumpió de manera brusca.

  —Lo sé, conozco las normas ya que nunca las he incumplido. Mi elegido estaba teniendo un problema serio ¿debía esperar a ver qué pasaba?

  —Explícame ese problema.

  Le estaba provocando, pero debía controlarse por el bien de Alec. Tomó una bocanada de aire.

  —No podía oírle —dijo por fin —. Estaba bastante agitado por una situación familiar y algo le estaba haciendo que no escuchara su voz.

  —¿Y ya está?

  —Sabes que tenemos que ayudarles con sus problemas. Estamos aquí para aliviar su dolor no para incrementarlo. Tal vez se te haya olvidado porque hace años que tu elegido te abandonó y te echaron de los miembros celestiales.

  El susurro de las estrellas ★Malec☆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora