Quería gritar ante lo que Simon acababa de hacer, había vociferado el nombre de esa mujer poniéndose en peligro. Tras varios minutos una figura blanca se alzó ante ellos, su expresión seria les hizo a ambos dar un paso atrás.
—Creía que la magia no existía —dijo Simon con la vista fija en la mujer.
—¿Y por qué la has llamado? —soltó Alec molesto y preocupado por la seguridad de su amigo.
—Por ti y por Magnus. Si él es tu otra mitad tenemos que...
—Guardad silencio —le cortó ella —¿Por qué él puede verme? ¿Qué has hecho, Alec?
—Nada, ha visto tu nombre. Deberías usar el velo invisible que usa Magnus para evitar estos problemas. De todos modos él ya se va y no contará nada a nadie, ni siquiera conoce a Magnus.
—Yo no poseo la tecnología de Magnus, contaba con tu discreción —dijo molesta.
—No podía saber que mandarías un gato a través de las estrellas sin asegurarte antes de que estuviera sólo.
—Magnus no se equivoca al hablar de ti —Alec se tensó —. Eres inteligente, audaz e interesante. Tu luz es brillante y pura.
—¿Magnus piensa eso de mí? —se sonrojó por el tono de su voz, sonaba demasiado ñoño.
—¿Donde está? Sabe que no puede estar aquí mucho tiempo.
Todo ese tiempo, Alec trató de convencerse de que era un malentendido y Magnus estaba a salvo. Negó con lentitud forzándose para decir aquellas palabras.
—Él no está aquí, hace una semana que no le veo ni le escucho.
Hizo su mejor esfuerzo para que no se le quebrara la voz. El color rosa en las mejillas de Catarina se fue apagando hasta convertirse en una máscara blanca con los ojos y la boca abiertos levemente.
—Por favor dime la verdad ¿qué es lo que se dice en Esle de Magnus?—Todos dicen lo mismo, nadie sabe nada —comentó con la mirada perdida en el horizonte, más allá del hombro de Alec.
—¿Quiénes son sus enemigos? Seguro que le ha pasado algo.
—Magnus no tiene enemigos.
—¿Estás segura? ¿Qué hay de aquellos que le discriminaban por sus ojos?
—Hace años de eso, nadie lo recuerda.
—Él si. Eso jamás se olvida.
—¿Qué le pasa a sus ojos? —preguntó Simon en voz baja lleno de curiosidad —No quiero que se sienta mal si me impacta o algo así, ya sabes mirarle y que se sienta incómodo.
Alec le miró de reojo.
—No le pasa nada a sus ojos, son preciosos.
—Esa vía está descartada. No hay enemigos.
—¿Qué hay de los otros reinos? Le ha pasado algo puedo sentirlo —se llevó una mano al pecho con gesto de dolor —, si Magnus pudiera notar como me siento vendría de inmediato. Por eso sé que ha pasado algo.
—No sabes cómo funcionan las cosas allí arriba así que no puedes juzgarnos.
—Vuestro mundo no es perfecto.
—Me he perdido con lo de "allí arriba" y no es que el tema de que hayas aparecido así como así me sea indiferente.
—Simon, cuanto menos sepas mejor para ti —aseguró Alec con tono paternal, no soportaba la idea de que le hicieran daño por su culpa, y su amigo pudo ver esa preocupación en sus ojos. Asintió. Alec apretó su hombro con cariño a modo de agradecimiento.
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El susurro de las estrellas ★Malec☆
RomanceCreía que estaba perdido en el mundo. Contaba con una hermana a la que adoraba, un amigo que estaba demasiado loco para su gusto y una madre que en ocasiones no era la madre que esperaban. Aparte de eso se sentía vacío. Pero cuando miraba al cie...