Capítulo 2: Cicatrices de guerra

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-Mira, Kamado se ha movido - comentó uno de los Kakushi llamando la atención de los demás que no dudaron en volver a comprobar sus signos viales, su corazón volvía a latir, lento y arrítmico pero latía al igual que su respiración.

-¿Cómo? ¿Ha movido un dedo?

-Oye su latido es débil, pero está ahí, debemos llevarlo cuanto antes a otro lugar y tratarlo apropiadamente -

-¿Látido débil?- Nezuko dejo sus rezos y se giro mirando a los kakushi -¿Entonces aun vive?-les miro esperanzada y los ojos húmedos

-Está vivo... Pero eso no quita que está muy grave, necesitamos tratarlo de inmediato o podríamos perderlo otra vez- le contestó uno mientras entre llamaban a otros para que trajeran una camilla.

-Oni-san - murmura mientras ven como en poco tiempo llegaron otros kakushi rápidamente con una camilla donde colocaron al joven Kamado

-Lo sentimos pero debemos irnos con él cuando antes, puedes venir con nosotros-


-Muchas gracias -les siguió corriendo sin soltar la mano de su hermano mayor- oni-san , tú no me abandonaste en ningún momento cuando era demonio. Yo tampoco te soltaré la mano-estaba cansada de correr desde el lugar donde estaba con otros para llegar hasta ahí pero por su hermano haría un esfuerzo más. 

Tenían a disposición una de glicinas para atender a los heridos, la cual durante la batalla fue equipada con todo el equipamiento posible para los tratamientos. Se preparó una cama para atender al Kamado, se llamaron a doctores tanto de los Cazadores como de los alrededores, Nezuko fue obligada a esperar fuera viendo como cada vez traían más heridos.

''Es increíble que todo lo haya generado una sola persona. El demonio que asesino a mi familia esa noche''-pensó con rabia. Suspiró pesadamente después, de nada le servía odiar algo que ya no existía, prefirió pensar en su hermano, el cual estaba detrás de la puerta batallando por su vida.

-Hay que seguir con el tratamiento - dijo uno de los kakushi - Por el cansancio es posible que tarde bastante en despertar

Había pasado aproximadamente un mes desde la batalla final contra Muzan, los heridos en su mayoría se recuperaban en la finca de las mariposas donde actualmente Aoi y Kanao se encargaban, Giyuu se había recuperado bastante rápido, pero su humor estaba mucho más deprimido de lo normal, sumado a que ahora debía acostumbrarse a hacer todo con su brazo izquierdo. 


 Zenitsu e Inosuke aún necesitaban asistencia casi permanente por la gran cantidad de heridas y huesos rotos. 

 Nezuko ayudaba en la finca y había comenzado a escribirse cartas con todos aquellos que cuidaron de ella cuando era un demonio, hablaba recurrentemente con Urokodaki a quien quería como un abuelo y le comentaba sobre el estado de Tanjiro y Tomioka cada semana, también recibía cartas de Senjuro, quien la contactó preocupado por su hermano y desde entonces han estado intercambiando cartas seguido, Uzui nunca fue un gran escritor, pero se comprometió a enviar al menor una cada mes si es que no los visitaba.

A pesar de todo el ambiente en la finca era apagado y es que todo el mundo esperaba el despertar del Kamado, constantemente le llegaban regalos y visitas pero seguía de la misma manera, sumido en un profundo sueño.

-Buenos días Kanao ,¿como estás? - la saluda la ojirrosa a la castaña con adorno de mariposa de ojos morados que llevaba cubierto su ojo derecho. Ella era la nueva médica de la finca Mariposa.


-Buenos días - contesto con una sonrisa, últimamente se había vuelto más expresiva, después de todo ahora ella debía encargarse de cuidar a todos los demás junto con Aoi, la pérdida de Shinobu le dolió más que a nadie y por esa misma razón sería fuerte como su maestra y protectora.

Luz de esperanza ( Kyotan)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora