Al ver que la tencion de la casa había disminuido decidí dirigirme a Aiden quien se había encerrado en su habitación. Toque la puerta y no escuche ninguna respuesta, aún así sabía que me estaba escuchando no suele usar audífonos y su forma de desestrezarse es leyendo. No pude evitar blanquear los ojos.
Leyla. Aiden soy yo... -hablo con sutileza y suma paciencia
Aiden. Aiden no está disponible para atenderte en este momento por favor venir a joderlo más tarde, piii- responde imitando la voz de una contestadora sacando de sus casillas a la rubia
Leyla. Déjate de tonterías, no te lucen. Abre la puerta o la derrumbare... - le amenaza
Se escuchó un murmullo del chico refunfuñando, este sabía que su prima hablaba enserio y conociendo su temperamento estaba seguro que realmente echaría la puerta abajo si no la abría. Aiden quitó el seguro dándole paso a Leyla, quien no dudó en entrar encontrando a su primo boca arriba lanzando y atrapando una pelota de Béisbol. Al estar junto a él descubrió que el pelinegro tenía un labio roto y levemente hinchado de un color carmesi ademas de un ojo morado. Sorprendida no pudo evitar comprobar mentalmente en verdad se metió en una pelea .
Leyla. Te vez terrible- se burla sin gracia
Aiden. - sonrie arrogante- hubieras visto como quedaron los otros dos
Despues de eso la habitación se llenó de un pequeño silencio, la chica lo examinaba con la mirada preguntándose ¿le dolerá? ¿Cuanto tiempo tardará en recuperarse? ¿Que lo provocó?, a pesar de que Aiden era unos meses mayor para ella su baja estatura y sus facciones niñales lo hacian lucir como si fuera menor. Le fue imposible no despertar su lado protector con el pelinegro a pesar que mantenía un temperamento de un hombre de 40.
Ante la vista preocupada de su prima no inmutó reacción, como siempre simplemente fue al grano.
Aiden. Que quieres... -pregunta con simpleza
Leyla. ¿ porqué te peleaste?
El pelinegro paro de rebotar la pelota mientras analizaba su siguiente respuesta segundos después siguió lanzando la pelota.
Aiden. Una tontería- menciona con indiferencia
Leyla. -frunce el ceño desconcertada - tu nunca te molestarías por una tontería, generalmente siempre las ignoras a excepción de cuando tocan tus libros, ¿fue eso? -indaga tratando de obtener una respuesta
Aiden. Solo fue una tontería-se limita a repetir
A Leyla le molestaba que no hablara con claridad, pero al ver que no había negado el tema de los libros decidió conformarse con eso, inspeccionó la habitación, en el proceso pudo divisar la bandeja con la bolsa de hielo que su tía le había traído al chico minutos antes pero este ante su terquedad no quiso ponérselo. Leyla se para y toma la bandeja entre sus manos mientras se sentaba nuevamente en la cama.
Leyla. ¿Al menos dejaras que te ponga esto? -pregunta con una ceja alzada
El chico la miró de reojo por unos momentos para luego asentir mientras cerraba los ojos, conociéndolo lo más usual es que se hubiera negado y estaba preparada para sus objeciones, pero ante su actitud tranquila no pudo evitar pensar que algo estaba mal en todo esto.
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La chica salía de la casa después de despedirse de su tía Natalie, al abrir la puerta casi se tropieza con Theo.
Theo. Hola Leyla- sonríe forzosamente- ¿qué haces aquí? -pregunta mientras metía las manos en sus bolsillos
Leyla. Me enteré que Aiden había sido suspendido y quise hablar con él - mencioné con simpleza- ¿y tú?
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si te acercas a mí, Cuídate de Ellos
HumorLeyla Carter, una adolescente de gran carácter y temperamento difícil, caracterízada por sus respuestas irónicas y heridas sin cicatrizar. Aún así obtuvo el interés del chico más codiciado del instituto quien también es reconocido por ser un rompeco...