capítulo 16

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Abre la cerradura de su casa mientras grita anunciando su llegada. Deja su bolso a un lado mientras tanto se quitaba los zapatos que se habían ensuciado de barro, solo dio unos cuantos pasos para lograr percibir la discusión de siempre de sus padres.

- Eres una mujer despreciable -le insulta a gritos -me mato todos los días para traer dinero a la casa cada mes  y tú te acabas mis tarjetas de crédito en tus estupideces...!

- ¡¿crees que la ropa es barata?!, si puedes vestir a tus amantes con terciopelo ¿porque tu esposa no debería verse bien? Acaso son a  ellas las que presentas en público ...!! -le grita devuelta tratando de no dejarse intimar por el gran hombre frente a ella.

-como te atreves a hablarme así insolente -se podía percibir la furia en su voz, la chica no quería visualizar la escena que vendría luego así que trato de subir lo más rápido que pudiese las escaleras sin ser notada, pero supo que era tarde cuando escuchó el rugido de su padre nombradola.

- Ashley...!

La rubia no tuvo más remedio que retroceder mientras suspiraba pesadamente esperando que esa pesadilla terminara rápido.

Ashley. Señor... - responde en voz baja tratando de no avivar más su ira y se desquitara con ella

- a donde crees que vas....

Ashley. Voy a estudiar a mi cuarto

- tks... - chasquea la lengua de manera burlona- todas las mujeres  son unas víboras, fingen estudiar mientras se preparan para engatusar a un hombre rico que las mantenga -insinua con descaro

Su mujer quien había escuchado sus palabras se llenó de soberbia, era una dama de gran carácter y no se quedaría callada ante las ofensas de su esposo. Así que como era de esperarse comenzaron otra discusión, aprovechando que la atención ya no estaba sobre ella corrió escaleras arriba lo más rápido que pudo, se encerró en su habitación tirándose en su cama mientras las lágrimas salían, momentos después se escucharon como cristales se rompían en la sala de estar. Tratando de soportar su frustración abrazo a un más la almohada.

Ante la sociedad eran la familia perfecto, en el momento que salían de la casa se colocaban la mascara de la felicidad y amor tratando de trasmitir a las otras personas la feliz familia que aparentaban, una familia Rica con dos esposos amorosos y una hija que era vista igual que una reina ya que ante la mirada de otros lo tenía todo.

La realidad era que el matrimonio de sus padres había sido arreglado para beneficio económico, ninguno de los dos se amaba incluso nisiquiera se soportaban, la rubia hubiera preferido mil veces que se trataran como desconocidos en vez de estar discutiendo todo el día.

Todos los días veía esas escenas y se sentía realmente sola, abandonada con el deseo insaciable de escapar o desaparecer. Ante los demás se demostraba arrogante y terca con el propósito que no notaran su dolor y sintieran lástima. Eso era  lo que más detestaba la lastima, como si fuera una frágil criatura a la cual deberían tener compasión. Su intención era ser superficial para obtener amistades vacías con el fin de no encariñarse de alguien y salir lastimada. Cuando era pequeña soñaba con un príncipe que la salvara y la llevara a un castillo donde seria feliz para siempre, pero conforme crecía se dio cuenta que esos solo aparecían en los cuentos.

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Leyla miraba borrosas las letras del libro mientras sentía sus párpados pesados, y poco a poco sintió como estos se iban cerrando.

Asher estaba concentrado en su explicación que no se dio cuenta que la chica se estaba quedando dormida, no hasta que tuvo que colocar su mano en su barbilla antes de que esta se golpeaba el rostro contra el escritorio. No pudo evitar rodar los ojos mientras suspiraba. De repente una sonrisa maliciosa se hizo presente en su rostro a la vez que se acercaba al cuello de la chica, soplo cerca de su nuca y oreja.

si te acercas a mí, Cuídate de Ellos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora