Luego de un largo invierno

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Hola, chicas y chicos de donde sea que lean esto. De antemano les advierto que esto no es parte de la historia, si gustan pueden saltárselo.

Si te haz quedado aquí, pues muchas gracias. Gracias a ti que tomaste de tu valioso tiempo para leer este fanfic de un joven niño que recién iniciaba en esto de la escritura.

Les pido disculpas por las faltas ortográficas y por los malos usos de los recursos literarios. No he reeditado este fanfic, porque me gusta así como esta, pues me recuerda de donde he venido y hacía dónde voy.

Lastimosamente por el momento no esta en mis planes hacer otro fanfic de Harry Potter, pues aún no me he leído los libros (por pereza) pero una vez que los haya leído les aseguro que haré un fanfic extenso como una versión actualizada de este. Pero si eres Fujoshi, y no solo Potterhead, pues me gustaría invitarte a que le des una oportunidad a mi obra original: Lágrimas de un McFlorens.

Aquí debajo les comparto un fragmento de una de las parejas principales (mi favorita por el momento) y espero que me regalen otro poquito de su tiempo para leerlo.

Gracias nuevamente por darle una oportunidad a mi escritura de principiante.

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Marcus McFlorens al sentirse atrapado en las fauces del imponente Alex, no tuvo más remedio que dejar de discutir. Él tenía razón, si su familia queria algo lo conseguirían sin importar cuantos Marcus se opusieran.

—Bien, iré —sonrió y se lanzó sobre el cuerpo de Alex—. Pero antes tendrás que resolver lo que iban a resolver mis chicas.

Alex lo miró por encima de sus gafas, su gesto era hosco, pero Marcus sabía que en lenguaje Alex aquello significaba que podía continuar con su movida.

Él conocía todas las caras del asistente, también conocía los rincones de su cuerpo y donde tenía que tocar para hacerlo sentir bien. Sus labios podían distinguir el sabor de los ajenos y ya era un experto en seguirle el ritmo a sus besos. Sin embargo, siempre que estaba frente a Alex terminaba perdiendo ante sus encantos.

—No soy tu puta —contestó Alex empujando a Marcus contra la mesa de cristal donde reposaba la copa.

El dolor del impacto logró que Marcus arrugara el rostro, pero en pocos instantes estaba nuevamente expectante a los actos del asistente como si no hubiese sido azotado contra una mesa segundos antes.

Marcus observó como el temperamental jefe de seguridad de los McFlorens lo dominaba y se posicionaba sobre su regazo, presionándolo contra la mesa con ambas piernas. Marcus nunca lo diría en voz alta, pero amaba estar así con él; eso quizás porque aunque Alex estaba amenazandolo no lograba el propósito deseado. ¿Cómo podía Marcus sentirse amenazado con alguien tan adorable mirandolo tras esos anteojos redondos?

Metió sus manos por debajo de la camisa de Axel y le acarició el abdomen hasta aprisionar sus pezones. Al instante, ambos puntos de carne se pusieron duros dándole la respuesta que Alex no le iba a dar. Marcus era más alto y fornido, aunque no tenía más fuerza que Alex, podía cambiar la situación en cualquier momento valiéndose de su corta ventaja.

—No eres mi puta, ella son reemplazables —alzó su cuerpo hasta quedar frente a frente y poder juntar sus labios. Los delicados labios de Alex sabían a licor dulce y goma de mascar.

Mientras se besaban las piernas de Alex dejaron de ejercer la fuerza que habían estado poniendo sobre el cuerpo de Marcus, quedando sentado sobre la dura herramienta McFlorens que palpitaba bajo el pantalón de Marcus.

Despues De Navidad(Historia Corta)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora