Ｃｅｎｔａｕｒｉ (タウリ) ᵏᵒᵒᵏᵐⁱⁿ

Capítulo 2

Pisó suelo poco después. Al salir de la nave, Jungkook esperaba ser recibido con oxígeno insuficiente y ojos saliéndose de sus órbitas, pero no fue así. No era tan sencillo, de acuerdo. Próxima B tenía dióxido de carbono suficiente para hacer que se desmayase si se arriesgaba, no por nada había recibido un par de clases antes de comenzar el viaje hacia el plantel principal.

Jungkook nunca había practicado yoga en toda su vida y el lugar menos esperado para comenzar a hacerlo había sido ahí. Debía mantener el flujo de oxígeno dentro de su sangre y cerebro y lo que usualmente intentaría sería armar una rutina digna de cualquier buen nadador. Fortalecer sus pulmones, esa era la idea principal. Sin embargo, no parecía haber piscina en Próxima B, así que unos 20 a 30 minutos de yoga cada día agregados a su rutina de ejercicio tendrían que lograrlo, de alguna forma.

El yoga no hirió su orgullo masculino, no como lo había imaginado. Fue relajante a su manera. Además, Hoseok le había hecho reír un par de veces luego de haberle casi obligado a prestarle atención, mientras un médico les estaba examinando. El chico se había mostrado tan satisfecho con los ejercicios de yoga, que aún caminando no había parado de hablar sobre lo bien que se sentía ahora y lo listo que se encontraba para trabajar.

"Además, la instructora era preciosa", era lo que le había dicho.

Se sintió más cómodo cuando el mayor optó por llamarle "Jeon", pues no quería respeto, no de su parte, ni de parte de nadie del CTE. Hoseok le entendió unos minutos después de dejarle hablando solo cuando aún estaban sentados en la nave de transbordo, cuando él no había dejado de preguntarle cómo fue que rescataron a los rehenes en el centro de Irán ­y cómo diablos había logrado salir con vida de la emboscada en Siria.

Luego de unos segundos de silencio, Hoseok había dado un gran suspiro y comenzó a preguntar cosas como cuáles eran sus pasatiempos, qué le gustaba comer, si tenía familia o si había una chica esperándole en casa. Jungkook enseguida respondió que no tenía pasión por nada en realidad, que comía lo que le pusieran en el plato incluso si no le gustaba, que tenía una familia no muy unida; toda su vida se había visto restringida por una larga lista de privaciones, obligaciones, exigencia y disciplina. Y que jamás había tenido tiempo para las relaciones.

No era que no quisiera; sin embargo, no era el más extrovertido, ni el más atractivo, se enlistó en el ejército y jamás había sido apegado a las chicas. Hoseok, de una manera muy directa, de inmediato preguntó si era virgen. Su curiosidad le dejó tan aturdido que Jungkook le ignoró de nuevo, provocando que el otro se riese con fuerza, llamando la atención de todos en la nave.

Jungkook vio a todos sus superiores en Hoseok al mismo tiempo. Y en base a la vasta experiencia del contrario, él dedujo que Hoseok era un experimentado francotirador; un témpano de hielo bajo presión y un dedo que no titubeaba sobre el gatillo. Incluso si no era muy bueno en el combate cuerpo a cuerpo, Jungkook podía asegurar que aquel hombre junto a él tenía una coraza difícil de penetrar. Había sido una tarea complicada el volver a respirar cuando él le contó sobre aquel tipo en Irak, con una RPG apuntando hacia un Humvee estadounidense, a quien había arrebatado la vida con un limpio tiro a la cabeza antes de que las cosas se pusiesen feas. Los ojos de Hoseok divagaron hacia cualquier otro lado cuando el relato continuó... Y esta vez era un niño con menos de 12 años sosteniendo aquella RPG. Él parpadeó, perplejo; así mismo como parecía que Jung no estaba siendo consciente de lo que salía por sus labios, Jungkook se detuvo un segundo para procesar lo que estaba entrando por sus oídos. Se dio cuenta, después, que era más como una explicación de cómo había terminado aquí y por qué.

"¿Le disparaste a ese niño?", preguntó en su cabeza. Él no lo dijo en voz alta, pero aun así Jung le respondió.

— Le di 10 segundos para que soltase ese RPG. Él no lo hizo. — Hoseok no dijo más y Jungkook no preguntó.