𝒩ℴℴℴℴ ℰℒℒ𝒜 𝒩ℴ

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—Una mantícora —respondió Nico, jadeando—. ¡Tiene un poder de ataque de tres mil, y cinco tiradas de salvación!

Yo no entendí qué decía, pero tampoco tenía tiempo de preguntárselo. La mantícora había desgarrado las hierbas mágicas de Grover y se volvía ya hacia nosotros con un gruñido.
—¡Al suelo! —gritó Annabeth, derribando a los Di Angelo sobre la nieve. En el último momento, me acordé de mi propio escudo. Pulsé el botón de mi
reloj y la chapa metálica se expandió en espiral hasta convertirse en un escudo
de bronce. Justo a tiempo. Las espinas se estrellaron contra él con tal fuerza que incluso lo abollaron. El hermoso escudo, regalo de mi hermano, resultó
seriamente dañado. Ni siquiera estaba seguro de que pudiese parar una segunda descarga.
Oí un porrazo y un gañido. Grover aterrizó a mi lado con un ruido sordo.

—¡Rendíos! —rugió el monstruo.
—¡Nunca! —le chilló Thalia  y Mabel la dos desde el otro lado, se lanzanlron sobre él.

Por un instante creí que iban a traspasarlo de parte a parte pues la katanas de Mabel son muy afiladas. Pero entonces se oyó un estruendo y a nuestra espalda surgió un gran resplandor. El helicóptero emergió de la niebla y se situó frente al acantilado. Era un aparato militar negro
y lustroso, con dispositivos laterales que parecían cohetes guiados por láser. Sin duda tenían que ser mortales quienes lo manejaban, pero ¿qué estaba haciendo allí semejante trasto? ¿Cómo era posible que unos mortales colaborasen con
aquel monstruo? En todo caso, sus reflectores cegaron a Thalia y Mabel que dejo caer la katanas para taparse los ojos. en el último
segundo y la mantícora aprovechó para barrerlas de un coletazo. El escudo se le
cayó a la nieve y la lanza voló hacia otro lado, la katanas de Mabel yase encontraban en la otra punta.

—¡No! —corrí en su ayuda y logré desviar una espina que le iba directa al pecho. Alcé mi escudo para cubrirnos a los tres.

pero sabía que no nos bastaría.
El doctor Espino se echó a reír.
—¿Os dais cuenta de que es inútil? Rendíos, héroes de
pacotilla.
Estábamos atrapados entre un monstruo y un helicóptero de combate.
No teníamos ninguna posibilidad.
Entonces oí un sonido nítido y penetrante: la llamada de un cuerno de caza que sonaba en el bosque.








      𝒶ℱℛ𝒪𝒟ℐ𝒯𝒜•✧─────•percy jacksonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora