Cuando Yibo ingresó al taller del padre de Derbus, no se imaginó ver una sala inmensa llena de pequeñas naves por doquier, además de equipos que parecían ser armas, no sabría decirlo, eran aparatos que nunca antes había visto en su vida. Mientras estaba maravillado viendo su alrededor, frente a él estaba Xiao Zhan siguiendo algunas instrucciones del padre de Derbus, quien luego supo se llamaba Talnor. Yibo creyó que el hombre también podría hablar su idioma, pero descubrió después que no era así. Caminando a su lado, estaba Derbus, quién parecía estar listo para responder cualquier pregunta que Yibo pudiera tener. Gracioso, porque tenía varias.
— ¿Tu padre hizo todo esto? —Fue una de las preguntas que logró articular.
Derbus asintió sin quitar su mirada de al frente, siguiendo los pasos de su padre y Xiao Zhan —Sí, es uno de los mejores en construir este tipo de naves y armas.
—Increíble.
Finalmente se detuvieron frente a una nave medianamente grande, blanca y plateada, tenía un ventanal frontal polarizada y dos alas traseras. Además, estaba a unos escasos centímetros sobre el suelo, flotando.
Yibo oyó a Talnor, al parecer, dándole indicaciones a Xiao Zhan sobre la nave y realmente le frustraba no poder entender nada de lo que decían. Xiao Zhan tenía sus brazos cruzados sobre su pecho, sus cejas fruncidas en concentración asintiendo todo lo que el otro alienígena le decía.
Derbus notó el rostro de curiosidad del humano por querer saber lo que hablaban, así que decidió traducir lo importante.
—Esta nave la construyó mi padre hace un tiempo, de hecho, solo era un prototipo. —Inició Derbus y Yibo giró su cabeza para prestarle toda la atención, al menos él sí sabía su idioma. —Cuando nos enteramos de la guerra en Karnak y ya que mi padre es un buen amigo del padre de Xiao Zhan, decidió hacer esta nave como un apoyo, pensó que lo necesitarían. Eventualmente, no se equivocó.
—Totalmente —Yibo respondió asintiendo.
—La nave ya ha sido evaluada y su funcionamiento es cabal. Eso es básicamente lo que mi padre le está comentando a Xiao Zhan, además de explicarle algunas otras funciones que esta nave tiene. Como sabrás, nuestro planeta no es fácil de localizar por su invisibilidad, lleva un manto natural especial que cubre el planeta para camuflarnos en el universo, ¿por qué crees que los humanos aún no nos encuentran? —Sonrió —ya sabes, para ser un planeta que se encuentra en tu galaxia, entre Urano y Saturno...—Dijo sarcástico, Yibo solo sonrió y rodó los ojos. Sabía que la tecnología humana era muy inferior a la alienígena, pero no había razón para restregárselo todo el tiempo.
— ¿Qué tiene que ver todo esto con la nave?
—La nave está cubierta con la tecnología de esa manta, sus piezas están hechas a base de ese material pero artificial. Como dije, esta es una nave en la que mi padre ha trabajado por mucho tiempo, única y, posiblemente, la mejor de todas.
— ¿¡Quieres decir que puede ser invisible!? —Yibo casi grito atrayendo la atención de todos, incluso de Talnor quien fue abruptamente interrumpido por el humano. Xiao Zhan soltó una risita y golpeó suavemente el brazo de Yibo para que se callara. —Lo siento —Respondió. El alienígena rodó los ojos y caminó con Talnor en otra dirección, rodeando la nave, continuando con su conversación.
—Sí, digamos que sí —Derbus asintió a la pregunta de Yibo —Lo cual, lo hace perfecto para el viaje hacia Karnak, no poder ser visto mientras ingresamos a la galaxia y nos aproximamos al planeta.
—Un segundo... ¿Ingresamos? ¿Aproximamos? ¿Acaso vienes con nosotros? —Yibo preguntó alzando una ceja.
—Yo conduciré la nave, sé cómo hacerlo y no hay tiempo suficiente para que Xiao Zhan o tú pudieran aprender.
—Entiendo.
—Ven, te enseñaré las armas que lleváramos.
Yibo asintió rápidamente y siguió a Derbus en los alrededores del taller. Por otro lado, Talnor había terminado de explicarle lo necesario a Xiao Zhan.El alienígena no podía estar más que agradecido con el kleine, sin duda, un buen individuo.
—No sé cómo agradecer todo esto, Talnor.
—Yo sé cómo. Recuperando tu planeta, Xiao Zhan.
El alienígena asintió y se mordió el labio, realmente deseaba poder hacerlo, daría su vida en esta guerra, todo por salvar su planeta, la paz en ella.
—Así será.
—El humano que va contigo ¿está determinado a acompañarte?
Xiao Zhan alzó la mirada y rápidamente miró hacia la dirección de Derbus y Yibo, quienes estaban revisando y guardando algunas armas en las mochilas que llevarían consigo Yibo. Xiao Zhan sonrió y asintió, la verdad no sabía qué pasaba por la mente de ese humano tan terco para querer seguirlo y arriesgar su propia vida, pero lo apreciaba demasiado.
—Sí. No importa cuántas veces se lo pregunte, su respuesta siempre es la misma. Talvez sea el indicado.
Talnor frunció el ceño y miró a Xiao Zhan con sorpresa — ¿Un humano? ¿Estás seguro?
—Totalmente. Puedo casi sentirlo. Algo que no sentí cuando mis padres insistieron que Karian era el elegido, con la persona que debía gobernar Karnak. Con Yibo es...diferente, en todos los sentidos.
Talnor asintió —Siempre y cuando así lo sientas, espero que no estés equivocado. A veces no se sabe qué esperar de los humanos.
—No podemos generalizar a todos, Talnor. Hay personas buenas en la tierra, no todos son malos y Yibo es solo una pequeña muestra. —Xiao Zhan habló con firmeza, confiando y defendiendo su postura respecto a los terrícolas. —A pesar de que estuve poco tiempo en la tierra, pude relacionarme con alguno de ellos, no pude sentir maldad, todo fue muy confuso y cálido. —Dijo al recordar cómo había sido conocer al abuelo de Yibo y a su madre, como también a los amigos de este.
—Ya veo. Sé lo responsable que eres con tu toma de decisiones, no voy a cuestionarte. Te deseo todo lo mejor en este viaje y que la fuerza del universo este de tu lado en la guerra.
—Muchas gracias, Talnor —Xiao Zhan abrazó al hombre y continuaron su camino hacia la nave.
— ¡Derbus! Ven aquí, muchacho —Talnor llamó a su hijo —Es hora del viaje.
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Aliens
RandomAmbos curiosos por el mundo del otro. Ambos tan distintos y parecidos al mismo tiempo. El universo inmenso, infinito, lleno de misterios y secretos que ningún ser viviente en toda esa expansión podría alguna vez descubrir. Yibo sabía que no estaba...