— ¡Wen Han! ...¡Wen Han! ¿Has visto mi...? —Un pequeño Yibo de ocho años entraba al cobertizo de la casona de su abuelo Dan. — ¡Tú lo tenías! —Ingresó al cobertizo al ver a su primo sosteniendo uno de sus libros de aventuras extraterrestres favoritos.
—Solo lo tomé prestado, no seas gruñón —Wen Han le sacó la lengua entretenido.
— ¿Prestado? No recuerdo habértelo prestado —Yibo se sentó a su lado cruzado de brazos y mirando expectante a su primo.
—Bueno, estabas taaaan ocupado viendo TV que ni siquiera escuchaste cuando te lo pedí. —Wen Han rodó los ojos —Como sea, este libro es divertido ¿puedo tenerlo por un tiempo más?
— ¡No! Yo lo estaba leyendo primero.
— ¿Por favor, Yibo? ¿BoBo? —Wen Han hizo un puchero tierno y Yibo solo rodó los ojos.
— ¿En qué página estás?
—Ehm...30 —Respondió el pequeño niño.
—Bien, yo me quedé en la página 35 ¿Te parece si lo leo en voz alta?
—Vale, pero nos turnamos.
—Vale.
Wen Han le devolvió el libro a Yibo quien empezó a leer en voz alta a partir del párrafo donde su primo se había quedado. La historia estaba en un punto donde una humana comenzaba a sentir sentimientos hacia un extraterrestre que había llegado a la tierra. El padre de esta era un investigador de la NASA y comenzaba a sospechar de este nuevo amigo de su hija.
Fue entonces que Wen Han interrumpió.
—pfff patrañas. ¿Cómo puede enamorarse de un extraterrestre?
Yibo se encogió de hombros —Quizá se gustaron.
— ¿Tú te enamorarías de uno?
—No tengo idea de cómo sean las extraterrestres.
—Cierto. Quizás y son muy lindas ¿Pero qué crees que nuestras madres digan? ¡No! Peor aún ¿Qué crees que digan los padres de esta alienígena? ¿Le darían permiso de estar con un humano? ¿Qué si no nos aceptan en su planeta? ¿Y qué pasa si tenemos una discusión y como venganza vienen a invadir la tierra?
Yibo no pudo evitar reír y sentir un escalofrío al mismo tiempo, su primo podría tener razón.
—Quizá es mejor no enamorarse de una extraterrestre nunca.
—Exacto, nunca.
Ambos se miraron en silencio y se echaron a reír. Yibo continuó con la historia.
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— ¡Yibo! ¡Despierta! —Yibo pudo oír la voz de Xiao Zhan y sus pasos que iban de un lado a otro en la habitación.
—Ugh, lo siento, me quedé dormido —Se estiró y tiritó un poco, de pronto la habitación se sentía fría, fue entonces que recordó que aún estaba desnudo.
—Vístete, el plan se adelantó. —Xiao Zhan mencionó mientras amarraba su cabello en una coleta alta.
— ¿Qué quieres decir? —Yibo preguntó buscando por su enterizo tirado a un lado de la habitación.
—Al parecer, Derbus nos ha estado enviando una señal que por cierto hemos estado ignorando. Esto no puedo significar nada bueno.
Yibo asintió serio. La situación podría empezar a complicarse.
—Estaremos todos en la sala. Te espero ahí.
Yibo volvió a asentir y Xiao Zhan salió de la habitación sin más. Por alguna extraña razón se sentía ansioso, quería salir y combatir contra varios Kamlos o cualquier lagarto que se entrometiera en su camino. Quería llegar a Karnak y recuperar el planeta de los Karnianos, cueste lo que cueste.
Antes de que se vistiera, Yibo entró a la capsula de aseo en donde solo al someterse al aparente vapor, salía completamente limpio. Como darse un baño. Se colocó su enterizo, y se dirigió a la sala donde los demás Karnianos se encontraban.
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Cuando llegó a la sala, esperaba ver a los Karnianos hablando los unos a los otros sobre el plan que se llevaría a cabo para recuperar Karnak, más no el ambiente lúgubre y sombrío que sus ojos estaban apreciando. Todos los refugiados estaban de pie rodeando una pequeña mesa de cristal, todos haciendo una misma señal: sus dos dedos juntos, medio e índice, presionando el punto en el pecho dónde se ubicaban sus corazones. Por la expresión melancólica de sus rostros, nada bueno debía significar.
La sala estaba completamente en silencio, excepto por el sonido de los botines de Yibo por cada paso que daba. Finalmente se detuvo al lado de Xiao Zhan, quién al igual que todos, tenía dos de sus dedos en el pecho y los ojos cerrados en una expresión decaída.
— ¿Qué sucedió? —Yibo preguntó en voz baja, lo suficiente para que solo Xiao Zhan pudiera oírlo.
El alienígena no contestó después de unos segundos más de silencio, su tono de voz tan baja como la de Yibo. —Derbus...ha caído.
Los ojos de Yibo se agrandaron por la sorpresa de aquella respuesta. ¿Caído? ¿A qué se refería con caído? Se supone que Derbus se estaba haciendo cargo de la nave. ¿Qué significaba todo esto?
—Xiao Zhan...
—Derbus no merecía esto, no debió —El alienígena pronunció afligido, indignado. De pronto, ya no tenía dos dedos presionando fuertemente en su pecho, sino un puño. Apretaba tan fuerte su mano que sus venas podían ser visibles al igual que sus nudillos completamente tensados.
Yibo aún no entendía del todo lo que estaba sucediendo, pero una cosa tenía clara: algo malo le había sucedido a Derbus y tenía que ver con la señal que, al parecer, les había estado enviando.
Iba a decir algo más hasta que Yue Yue interrumpió, llamando la atención de todos.
—Derbus, un kleine que entregó su vida para no revelar nuestro paradero y evitar que nuestro plan sea obstaculizado, dejó un mensaje antes de su mortal accionar.
Cuando Yue Yue terminó de pronunciar sus palabras, inmediatamente la voz de Derbus pudo ser oída en la sala, proveniente del pequeño aparato sobre la mesa de cristal. El mismo aparato que había estado enviando las señales que fueron ignoradas.
— ¿Xiao Zhan? ¿Yibo? De acuerdo, he intentado comunicarme con ustedes...pero es probable que la señal no llegue porque me encuentro en un lugar muy alejado en la galaxia, de hecho, nunca había estado aquí antes. Sin embargo, con este nuevo instrumento que mi padre construyó, es posible que la señal les llegue dos sofiris después. Espero que así sea y poder evitar cualquier hecho fatal. Se preguntarán "¿Qué hace Derbus en un lugar alejado en la galaxia?" correcto. Seré breve porque no tengo mucho tiempo —Se escuchó la voz de Derbus vacilar —He visto naves acercándose a Acos, no eran Kamlos ni parkos quienes las manejaban. Eran Droides. Como sea, salí de la nave en una más pequeña y me enfrenté a ellos para evitar que llegasen pero...—Derbus soltó una pequeña risa, mas no era de gracia. —...no creí que llegarían más. Así que, fui capturado. Ahora mismo, me encuentro en una de sus naves...aunque cuando oigan este mensaje, esa nave ya no habrá existido...y yo tampoco. —Hubo un corto silencio en la grabación y segundos después Derbus continuó, pero con un tono más bajo —He oído las conversaciones de los Droides y a pesar de que hablaban en un idioma distinto al mío, he podido entender algunas palabras. Saben que Xiao Zhan y algunos Karnianos se encuentran refugiados en Acos, lo bueno es que no saben dónde y tienen planeado sacarme información de cualquier manera. Conocen a los Droides, son seres bastante inteligentes...y manipulables. Entre sus conversaciones han mencionado a Karian, no me sorprendería que estén aliados con él. Además, Karnianos y droides nunca se han llevado bien. Como sea, ellos creen que no lo sé, pero en estos instantes están preparando una camilla en donde, al parecer, yo seré el invitado. —Se oyó un suspiro — ¿Xiao Zhan?
El alienígena alzó la cabeza al oír su nombre, sin importarle que solo fuera una grabación de la voz de Derbus.
—Sé que estás oyendo esto y probablemente estés un poco molesto conmigo por lo que voy hacer. Me has dicho una y otra vez que no te debo nada, incluso cuando me salvaste la vida. No tomes esto como un favor que haga de regreso, realmente te aprecio y quiero ayudarte...así deba tomar estas medidas. Serás un buen gobernante, un buen líder. Eres fuerte, tenaz, quizá un poco torpe, determinado. Me entristece que no pueda ver el día en el que tu padre te nombre gobernante oficial, pero sé que sucederá. Yibo, no te conozco mucho tiempo, pero eres un humano bastante especial y no me sorprendería que fueras tú quién Xiao Zhan ha estado esperando siempre. Espero no estar equivocado. —Silencio —Lo siento, creo que ha llegado el momento, pero antes, debo decir algo sumamente importante, los Droides que me tienen capturado en esta nave han enviado una señal a otros Droides que deben estar llegando a Acos en tres sofiris, lo que quiere decir un día después de haber sido enviada esta señal, están llevando una tecnología especial y temo que es casi probable que los encuentren...Deben salir de Acos inmediatamente, Yibo tiene algunos aparatos que le dejé antes de irme a la nave. El aparato más pequeño tiene un botón triangular, al ser presionado la nave aterrizará en Acos para recogerlos y llevarlos directamente a Karnak, no tienen que conducirla, lo he programado todo. Debo decir que la nave puede tardar un poco antes de llegar y cuando lo haga comenzará su despegue cuando el botón triangular se vuelva de color rojo. Sean precavidos y muy cuidadosos de que ningún enemigo se escabulla en la nave. En fin, no creo que haya alguno, se supone que cuando lleguen, ustedes debieron haberse ido. Esta Nave, en la que me encuentro, lleva consigo armas con tecnología superior...lástima que estoy en ella y que todo desaparecerá. Está demás que diga lo que tengo en mente. Recuperen Karnak y terminen con esta guerra. Nak Dae.
Hubo silencio y la voz de Derbus no se volvió a oír más.
Yue Yue tenía el ceño fruncido, pensativo al igual que Xiao Zhan y Yibo supuso que estaban pensando lo mismo que él. La señal había llegado hace dos sofiris tal y como Derbus lo había dicho, sin embargo, estaban oyendo la grabación un sofiri de retraso lo que significaba que los Droides estarían en su búsqueda en estos instantes.
—Mierda...—Yibo respiró por lo bajo, de pronto sintiéndose nervioso de la situación. Alzó la mirada y se encontró con la de Yue Yue.
— ¡Es hora de irnos! ¡Tomen lar armas necesarias!...Xiao Zhan, Yibo, necesito hablar con ustedes —Habló el rubio alienígena con firmeza. —Acompáñenme.
Ambos, Xiao Zhan y Yibo, siguieron al alienígena dentro de una de las habitaciones mientras los refugiados iban de un lado a otro, alistándose para el escape.
Una vez que se aseguraron que solo estuvieran los tres solos, el rubio inició la conversación.
—Hicieron el ritual —Afirmó —...y funcionó —dijo con un ligero tono de asombro.
Yibo abrió los ojos de sorpresa por lo asertivo que había sido el rubio con su afirmación, por otro lado Xiao Zhan parecía conocer muy bien a Yue Yue y sabía que sería el primero en darse cuenta del cambio.
—Yue Yue, no creo que sea momento de hablar de esto —Xiao Zhan respondió un poco incómodo con la conversación, aún sensible por la pérdida de Derbus pero Yue Yue continuó.
—Esto...esto no había pasado nunca, ¿son conscientes del poder que poseen ahora? —El rubio alienígena los miró con cierta preocupación.
—Eso creo —Xiao Zhan respondió no muy seguro —Aunque no sabemos cómo hacer uso de él, creo que...nos serviría mucho para recuperar Karnak.
— ¡Por supuesto que servirá! Esto...esto es inaudito.
— ¿Sabes cómo hacer que funcione? —Yibo preguntó de pronto, recibiendo miradas de ambos alienígenas.
—He leído mucho al respecto, sobre aquella leyenda de ambos individuos poderosos que se separaron jurando volver a estar juntos otra vez algún día. Se dice, que el poder de ellos se activaba por sus emociones, por ejemplo, si uno de ellos se sentía muy frustrado podía hacer uso de su poder, en caso se descontrolara el otro ayudaría a que esté en equilibrio otra vez. Por eso siempre debían permanecer juntos...además del sentimiento muy fuerte que había entre ambos. El día que se separaron, no hubo un equilibrio ya que ambos sintieron la misma emoción de frustración y tristeza del tener que separarse...pero también el de esperanza de volver a reunirse otra vez, es por ello que hicieron uso de su poder para que eso sucediera.
— No lo entiendo... ¿Por qué cuando uno de ellos fue capturado no usó su poder para liberarse? Debió haber sentido mucha ira. —Yibo preguntó un poco confundido.
—Es por eso que quiero hablar con ustedes. —Yue Yue dijo con un tono serio —Fue el temor. Sintió miedo y lo mismo sintió el otro. Cuando el miedo te consume, cuando dejas que el sentimiento de temor te posea, el poder puede volverse inútil. Si ambos confían en la fuerza que tienen y creen en el poder del que son dueños, entonces no dejarán que las emociones los controlen, ustedes podrán dominar su poder y usarlo como lo vean conveniente. Incluso si están separados, aunque el poder es superior cuando están juntos.
Ambos, humano y alienígena, asintieron.
— ¡Yue Yue! ¡Yue Yue! —Llegó Zed, uno de los Karnianos refugiados. Yibo notó que parecía estar un poco más pálido de lo normal — ¡Nos han encontrado! ¡Están forzando la entrada del refugio!
— ¡Demonios! —Yue Yue maldijo por lo bajo y a lo lejos se pudo oír el chirrido de la puerta del refugio ser forcejeada.
— ¡Yo me encargo! —Xiao Zhan respondió de inmediato colocando sus ojos completamente oscuros.
—Voy contigo —Yibo añadió con la misma fuerza de voz, sin saberlo, también tenía sus ojos completamente negros.
Yue Yue había estado a punto de objetar la determinación con la que iban ambos, pero decidió no hacerlo cuando sintió el aura que la pareja emanaba, era distinta y le transmitía confianza. Definitivamente, ellos serían la llave para que la guerra en Karnak terminara y la paz en el universo entero sea posible.
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Aliens
RandomAmbos curiosos por el mundo del otro. Ambos tan distintos y parecidos al mismo tiempo. El universo inmenso, infinito, lleno de misterios y secretos que ningún ser viviente en toda esa expansión podría alguna vez descubrir. Yibo sabía que no estaba...