Día 6

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Género: Humor, acción.

Tema: Universo Alterno.



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Las lámparas exteriores comenzaron a prender una a una, alumbrando la penumbra que, debido al descenso del sol, empezaba a proliferar. Claro que, al estar en una metrópoli difícilmente se queda vacía la calle, pues por doquier hay puestos de comida, bares o establecimientos clandestinos y, en igual medida, personas dispuestas a gastar dinero en los mismos. A pesar de eso, todavía se conserva un cierto orden, gracias a los grupos de seguridad.


Existen distintas organizaciones que se encargan de armar estos grupos, los más prestigiosos entrenan desde niños a los que llevan la responsabilidad de brindar justicia ante la delincuencia que, en este tipo de grandes ciudades, es mucha. Estados Unidos de América es uno de esos pequeños que durante años se sometió al riguroso entrenamiento, con el fin de pulir y desarrollar sus habilidades al máximo. Por fin, luego de graduarse con honores, está registrado como un integrante más del Régimen de justicia, un equipo conformado por la élite.


Por lo mismo, no podía estar más emocionado. Todo su esfuerzo se ve gratamente recompensado. Si bien es el novato, la mayoría de los veteranos lo han recibido cálidamente. Sin ser capaz de borrar la sonrisa de su rostro, sigue andando con la bolsa de sus compras colgada al ante brazo derecho. Las manos las mantiene en los bolsillos de su chaleco. Mira a su alrededor, observando a la gente ir y venir con tranquilidad, tranquilidad que él fielmente va a proteger.


Se detiene unos segundos frente a una vitrina, más allá de mostrar interés por lo que hay detrás, lo que verdaderamente hace es analizar su reflejo. Su cuerpo, aunque delgado, tiene todos los músculos tonificados, resultado del constante entrenamiento, su estatura es superior al promedio. Con egocentrismo peina su rubio cabello hacia atrás, luego acomoda sus lentes oscuros, los cuales usa para ocultar sus peculiares ojos. Hay personas que nacen con un don; fuerza o velocidad extraordinaria, la capacidad para romper las leyes de la gravedad, manipulación de las energías magnéticas, en fin.


Como siempre en la vida, hay unos pocos que son una perfecta mezcla de algunos poderes, haciéndolos sobresalir aún más. Él, es uno de esos, al igual que sus compañeros. Sonríe de medio lado, retomando su camino. A penas lleva un mes estando en el equipo, pero las cuatro misiones a las que ha sigo asignado, han sido completadas satisfactoriamente. No puede esperar para enfrentarse a un verdadero reto. Algo donde pueda lucirse. Como si el universo quisiera cumplirle su capricho, la pacífica noche se ve interrumpida por una explosión.


Los gritos no se hacen de esperar, asimismo, las personas comienzan a entrar en pánico, corriendo de un lado a otro, causando caos. Instintivamente él se dirige hacia el lugar del desastre. La bolsa de sus compras queda olvidada al ser testigo de que un conductor, en su afán por alejarse de la zona, pierde el control, manejando directamente hacia una mujer que del miedo se queda paralizada abrazando a su bebé.


El rubio no lo piensa dos veces, aumenta la velocidad y se interpone, con ambas manos absorbe el impacto del automóvil, destrozando la mitad de la parte delantera. Las bolsas de aire minimizan los daños en el hombre mayor. La mujer agradece antes de salir corriendo. Él se asegura de ayudar al señor que se disculpa.

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