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⠀ a la mañana siguiente de aquel incidente, Alex despertó en el pequeño sofá de la habitación levantando su cabeza y mirando a los lados. había dormido bastante incómodo a decir verdad sin embargo le calmaba saber que había sido por una buena causa; el bienestar de su compañero y amigo.
notó como la razón de su estadía en ese lugar estaba dormida, sin embargo y algo que le pareció tierno, gracioso y raro a la vez fue mirarlo dormir plácidamente en el piso justo al lado del sofá cuándo evidentemente debía estar sobre la camilla reposando. ante tal escenario no pudo evitar reír suavemente moviendo con delicadeza el cuerpo del susodicho de un lado a otro para que fuera a descansar en donde debía encontrarse desde el principio.
Fargan abrió los ojos de golpe levantándose rápidamente y llevando una de sus manos a su cintura en búsqueda de su arma lo cuál causó en el menor que saltara hacia atrás del susto.
— Fargan ¿estás tonto? soy yo, Alex. — ante esto el más grande bajó el arma que estaba ya apuntándole al comisario con su semblante más tranquilo.
— lo siento, estaba haciendo guardia y no sé en que momento me quedé dormido. — al mencionar esto fue a la camilla sentándose sobre la orilla de la misma. Alex imitó su acción reemplazando la camilla por el feo e incómodo sofá.
— ¿haciendo guardia? se supone que debías estar descansando además, Lexo y Elyas tienen la guardia, sabes de sobra que son buenos cuidando, no por nada están aquí, cuidándote. —
— lo sé, pero no iba a arriesgarme, si es la hermandad quienes nos atacaron entonces no sabes a lo que te estás enfrentando, podrían aparecerse en cualquier momento y acabar con nosotros sin dejar evidencia de nada, no tienes idea de lo arriesgado que es. —
— ya, ¿acaso tú lo sabes? — el mitad humano ladeó un poco la cabeza intentando entender el porqué de su pregunta, evidentemente no había prestado atención en la manera en la que le había respondido, se había puesto a sí mismo la soga al cuello. al notar su rostro confuso, Alex soltó un suspiro y continuó. — dijiste que no sé a lo que me enfrento y hablaste de ellos como si los conocieras. ¿acaso los investigas a escondidas? sabes que cualquier cosa sobre ellos debes hacérmelo saber, todo el departamento trabaja en conjunto para atraparlos. —
después de quedar un momento en silencio gracias a la posible cagada más grande que había cometido, pensó en alguna respuesta lógica y que pudiera salvarlo incluso de que las sospechas fueran directas. — lo sé, es sólo que... — antes de que pudiese terminar la oración, la puerta de la habitación se abrió dejando ver a Jesús entrar desde la misma.
— Alex, espero no interrumpir algo importante es solo que Luzu necesitaba hablar contigo, y Fargan tienes visita. — ante esto el comisario asintió levantándose del sofá acercándose a su compañero que reposaba sobre la camilla.
— si pasa algo grita, intentaré quedarme cerca por cualquier cosa. — ante estas palabras el más grande sólo movió su cabeza de arriba hacia abajo asintiendo. Alex salió de la habitación siendo acompañado por Jesús, en ese momento entraron las personas que Fargan no quería ver en ese momento; Willy y Rubius.
— Fargan ¿estás bien? me enteré que estabas aquí apenas amaneció, ¿cómo te sientes? — el de ojos rasgados entró a paso veloz hasta la camilla mientras el más alto solo cerraba la puerta con seguro evitando así que alguien entrara a la habitación. el oficial estaba a punto de contestar aquellas preguntas hasta el momento en el que la puerta fue cerrada, entonces sintió una mano apretando su cuello. — ¿por qué lo salvaste? —
Fargan intentó alejarlo de él sin embargo no tenía la suficiente fuerza para lograrlo, miró al tercero el cuál se encontraba recargado en la puerta comiendo palomitas sin prestar atención a lo que pasaba entre sus compañeros. — Willy podemos hablar tranquilamente, suéltame. —
el más alto notó como la voz de Fargan sonaba mal gracias a que su cuello estaba siendo apretado más de la cuenta. — déjalo, vas a matarlo. —
— ¿qué más da? se lo merece. — respondió el anterior mencionado sin parar ni un momento de mirar al de la camilla.
— Willy para. — al decir esto, el cura se acercó a sus compañeros con la intención de separarlos logrando su objetivo en menos tiempo del que pensó, una vez libre solo pudo escuchar como Fargan tosía y aclaraba su garganta.
— nos vemos esta noche a la misma hora de siempre, más te vale asistir. — terminando sus palabras, Willy caminó a la puerta y puso su mano sobre la perilla quitando ya el seguro de la misma. — Rubén vámonos. —
Doblas simplemente siguió al de cabellos oscuros haciendo una pequeña mueca de desagrado, antes de salir le hizo una seña a Fargan de que le había dejado palomitas en la mesa, después de ello la habitación quedó en un gran silencio y vacío en el que el único presente sólo pudo pensar ¿en qué momento fue que entró a esto y en qué momento había conseguido tantos problemas?
pasaron un par de horas y Fargan se encontraba ya fuera de aquél hospital, era llevado y escoltado por Alex, Jesus, Mangel y Lexosi, él pensaba que era innecesario e incluso mencionó que podía ir él solo a su hogar pero sabían el peligro que había por lo que quisieron acompañarlo. tenía una incapacidad de 4 días que no le daban el tiempo suficiente de sanar pero necesitaban más personas en campo por lo que su situación era entendible.
todo era silencio, cada persona iba en sus pensamientos hasta que Mangel decidió hablar para romper con el silencio que los tenía consumidos. — chicos, ¿han probado lo que cocina Lana? — al ver cómo los presentes exceptuando al comisario negaban con la cabeza soltó un suspiro. — vale pues algún día deberán hacerlo, también les puede servir dejar de ser tan aburridos, coño. —
gracias al tono de cabreo y el acento de aquél hombre, todos los presentes comenzaron a reír desatando después una amena conversación en la cuál todos tenían palabra, todos a excepción de Fargan quién estaba de cierto modo preocupado y temeroso. gracias a la incapacidad seguramente tendría policías custodiándolo la mayor parte del tiempo, debía buscar una estrategia para salirse sin que sus compañeros se dieran cuenta, tenía algo en mente pero la probabilidad a fracasar era mayor que la de acertar, igualmente podría pensar en tomar el riesgo. después de todo, seguía perteneciendo a la hermandad oscura y nada podría cambiar eso, ni siquiera Alex.
