Capítulo V

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Solo pude observar con cautela el espacio en el que me encontraba, era difícil reconocer este lugar, aunque tuviera mis recuerdos, porque esto literalmente era un baño de sangre. Cada pared o lugar del suelo se encontraba lleno de charcos de sangre, marcas de pelea y esa sustancia podrida que tienen esas cosas, por lo que estoy seguro que deben haber más de los que verdaderamente pienso. Sin embargo, creo estar bien, al menos mientras no me ataquen todos en grupo, creo estar bien.

Simplemente podía describir el lugar como pasillos largos y anchos, permitiendo que un auto se moviera libremente por el lugar, las paredes, parecían ser blancas en un inicio, pero, de verdad tengo una duda con respecto al color ahora mismo. Casi se me olvidaba, el pasillo esta lleno de cuerpos, algunos mutilados, otros mucho más completos, pero, a simple vista, nada eso importaba mucho, todos ellos estaban muertos ¿No?

Solo pude mirar con ojos ligeramente vacíos, estaba seguro que esto no era normal, porque un lugar parecido a un matadero no estaría limpiando esto de inmediato, además, esos "zombies" no parecen ser muy inteligentes, por lo que o nacieron en este lugar y escaparon o alguien los dejo en este lugar. De todos modos, esto, literalmente era un dolor de cabeza, mi cuerpo estaba cansado y mi mente me estaba matando del dolor, solo quería hallar algo que no hiciera que mis pies descalzos llenos de sangre se cortaran o se embarraran en ese líquido negruzco otra vez.

Pacientemente, lleve mi caminar hasta un cuerpo sin tantas manchas de sangre, este tenía una clara marca de mordida en su cuello, mientras que el reloj en su muñeca, que parecía bastante caro estaba detenido, tal vez un impacto fuerte lo daño. La sangre que salía de su cuello estaba ligeramente espesa, mucho más espesa de lo que debería ser la normal y no parecía estar secándose. No le preste atención, el frio, hambre y mi deseo de vestirme con algo más que unos pantalones y camisetas delgados le gano a mi curiosidad.

Sin pensarlo dos veces le saqué la ropa con cuidado, debí haberlo notado antes de sacarle la ropa, como cada vez que tocaba su cuerpo, los capilares sanguíneos se rompían liberando una sangre ligeramente negra, parecida al de esas criaturas tan asquerosas. Al final el pobre hombre quedo sin nada más que una ropa interior que ya no parecía tan blanca, pese a que intente contenerme por respeto, solo pude reír con burla mientras trataba de que mi risa fuera lo suficiente baja para que no me escuchara nada que no pudiera ver por el pasillo.

Al moverme hacía atrás sentí un ruido fuerte mientras notaba al hombre desnudo levantarse, sus ojos, estaban demostrando una esclerótica roja, mientras me miraba furiosamente, los pequeños capilares en sus ojos eran negros, reventados, viendo como algo de sangre se arrastraba por su rostro, como si fueran lágrimas negras, la herida de su cuello tenía una costra negra que parecía mucho más dura de lo que debería verse, el único problema en este momento eran mis manos vacías, sus ojos parecían un reloj de arena, los que se volvían más grises a medida de que pasaba un segundo.

Me vestí con cuidado, mientras ponía las ropas blancas manchadas de sangre sobre el cuerpo, me puse una camiseta roja, adornada con unas cuantas frases motivacionales, encima me puse una chamarra de cuello alto mientras me cubría del frio, por un momento pensé en que no debería sacarle los pantalones, pero, esos jeans negros rasgados con un estilo juvenil, de seguro me quedarían mejor que él, también le robe esos bonitos zapatos negros, pero, ¿Qué esperabas? Tenía frío, de seguro el no lo iba a necesitar. Obviamente la ropa me quedo algo holgada, pero, creo que se ve bastante bien, con cuidado, decidí sacarle su bata y ponérmela, debía tener el estilo por completo si quería verme bien.

[◇Creo que a alguien no le gusta que lo roben, pero, tranquilo. No abuse de ti después de todo◇] Dije con una sonrisa ligeramente burlona al ver su rostro ligeramente rojo, vi sus manos temblar con fuerza, mientras su cuerpo saltaba ligeramente. No le devolvería la ropa, mucho menos si estaba haciendo una pataleta tan extraña y patética, la boca del hombre empezó a llenarse de espuma por lo que entendí que no estaba molesto por la ropa, a menos que fuera un gran actor.

Caos Sin IdentidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora