Capítulo 5

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Jimin corrió a su habitación en busca de una nueva camiseta, pues la anterior ahora yacía toda sucia. Seguía en shock por las palabras de su profesor, bien sí sus padres fueran de lo más bajo posible, no podía creer que se pudiera ser peor, y sin embargo, lo eran. Dio un suspiro con fuerza antes de bajar las escaleras al primer piso, desde abajo provenían las voces de sus familiares, sus risas como respuesta a lo que su profesor decía. Él se escuchaba relajado, como si allá arriba con Jimin no acabara de suceder nada. Tenía que ser una broma, se lo repitió varias veces mientras bajaba, pero más se acercaba a ellos más sentía que todo era real.

Inhaló y exhaló en un fallido intento de tranquilizarse; al llegar a la cocina, como si su profesor fuera ahora otra persona, lo saludó con una sonrisa cordial y una palmada en la espalda, sus padres ignoraron su presencia como siempre.

—Aquí estás, ¿No duele?—Jeon preguntó apuntando el vendaje—Mi curso inició hace poco, pero este tipo de cosas son básicas, así que creo haber hecho un buen trabajo.

Jimin disimuladamente se alejó de su agarre, asintió serio y, antes de que otro movimiento lo interrumpiera, rodeó con los brazos a sus hermanos llevándoselos a la sala.

—¡¿Podemos ver la televisión?!—exclamó Jimin, una negación llegó segundos después de parte de su padre, quién, para su mala suerte, aseguró que vería el partido con su profesor—¿Debo subir a mi habitación?—volvió a preguntar al ver a los mayores ir en su dirección, justo en el sofá al lado de donde él y sus hermanos estaban. En realidad quería irse, no podía fiarse de estos adultos retorcidos, si era cierto lo que su profesor decía, él y sus hermanos estaban en graves problemas.

—¿Irte cuando está de visita tu profesor? ¿Te hemos educado de esta manera?

Jimin mego rápido, sus hermanos cohibidos solo miraban al televisor sin reprochar.

Su profesor, que todo lo observaba con curiosidad, de nuevo con esa apariencia vaga del profesor de comunicación que mantenía la mayor parte del tiempo, interrumpió sonriendo al padre de Jimin: —No hay necesidad de enojarse, sabes cómo son los chicos, déjalo si quiere irse, para mí no hay problema. Nosotros también fuimos adolescentes, ¿Lo recuerdas?

Al varón pareció no importarle lo que Jeon dijo, pues con enojo negó de nuevo impidiéndole a Jimin en voz alta que dejara la sala. Es más, lo miró de soslayo con una expresión de odio, antes de aclarar: —Si los crías así jamás aprenderán a respetar a quiénes les corresponde, deben saber que su lugar como hijos es ese, muchos escalones debajo de sus padres.

Jimin rápidamente agudizó la mirada sobre su profesor, esperaba de él alguna reacción, o al menos unas palabras que le hicieran ver a su padre que su concepto de educación estaba equivocado. Cuando su profesor, al inicio, no dijo nada, Jimin se decepcionó, sin embargo, una vez que el silencio se apoderó de todo, él recalcó en un tono fuerte: —Te equivocas, si ustedes no tienen una relación padre e hijo cómo se debe, no esperes tener a un mudo como hijo, si lo tratas de esa forma ten por seguro que te va responder o incluso podría llegar a más. Creo que lo tratas como todo menos que como tu hijo, así que si nos basamos en eso, sin duda eres inferior a él, deberías aprender el respeto entre la familia—lo dijo con esa majestuosidad, con esa seriedad y esa seguridad que Jimin había podido ya presenciar, no estaba siendo el profesor de comunicación ahora, estaba siendo algo más que Jimin no podía descifrar—Así que Jimin, puedes retirarte a tu habitación, no tienes porqué quedarte si no quieres.

El rostro rojo de su padre le creó una satisfacción tan profunda que, por primera vez desde que conocía a Jeon, Jimin de verdad estaba agradecido, pero no solo eso, una admiración nació hacia él al ver alguien tan valiente capaz de decirle sus verdades en las narices del borracho de su padre. Ahora sí dudaba, es más, podía afirmar en voz alta, que su profesor se había negado ante la oferta de sus padres; talvez ese hombre no era la misma escoria que sus padres eran, quizá solo había querido advertirlo. ¿Había manera de comprobarlo? Lo haría, por su bien y el de sus hermanos, la seguridad de algo siempre valía más con pruebas.

—Vamos, vete. Puede retirarse, ¿no es cierto?—se dirigió al enojado padre—Creo que ya entendió lo que quise decir, Jimin. ¿No es así?

La sorpresa de Jimin llegó cuando, sin protestar o llevarle la contraria a Jeon, su padre afirmó en un moviendo de cabeza: —Sube con tus hermanos.

Obviamente su expresión era una de irritación total, se veía a distancia como se mordía la lengua de la rabia, no obstante ello, apenas Jimin se levantó junto a Yoongi y Taehyung, su padre sonrió nuevamente preguntándole a Jeon si quería ver el partido u otro canal.

Jimin, aún perplejo, subió las escaleras en silencio, sus hermanos iban delante en absoluto silencio también. Desde arriba se podía oír la animosa conversación entre los adultos, lo último que Jimin pudo distinguir fue una charla sobre una receta nueva de su madre, parecía alguna de sus típicas mentiras sobre recetas inventadas... Si surgía el tema con su profesor, él se encargaría de ello, le contaría sobre la manía loca de ella por inventarse cualquier cuento para ser el centro de atención.

Jimin quiso entrar con sus hermanos a la habitación propia, pero ahora estaba todo menos con ganas de compañía, los amaba pero necesitaba relajarse, y pensar con claridad era lo que necesitaba; tenerlos cerca lo haría entretenerse con sus tontas y graciosas charlas de niños. Jimin los dejó en sus respectivas habitaciones no sin antes prometerles que, una vez que su profesor se haya marchado, irían a su tan ansiado paseo de los sábados; los encerró en la habitación con seguro por si acaso su profesor no resultaba ser el hombre que por ahora había demostrado ser.

Él había hecho ese comentario tan fuera de lugar sobre su mancha de nacimiento... Había acariciado su brazo de forma extraña... Pero también lo había defendido e incluso contado lo que sus padres pretendían. Quizá, se decía Jimin, solo intentó ponerlo a prueba, tal vez solo bromeaba o solo estuvo nervioso. Eso era algo que aún tendría que comprobar, no sabía como, pero lo haría, podría ser en clases, en los baños, podría hacerlo aquí en casa si solo él subiera al segundo piso; había una forma para hacerlo llegar a él.

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Volví, perdón por tardar.
Corto pero algo es algo.

Maratón 4/5

SAUDADE: Bestias | KookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora