Capítulo 4: La ceremonia.

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Alexia.

Mis ojos y mi boca se abrieron enormemente. Nunca hubiera esperado esa pregunta, al menos no después de que descubriera que le mentí durante tantos años.

-Por supuesto que si, es lo que más quiero - le respondí. Él se acercó a mi con una sonrisa y me abrazó, yo correspondí.

-Estaba muy nervioso por que me rechazaras - confesó.

-Eso nunca - contesté riendo.

Nos separamos y entró mi padre.

-Hija, veo que ya despertaste - se acercó a mi y me abrazó.

-Así es.

Thomas y yo no podíamos parar de sonreír, cosa que mi padre notó.

-¿Por qué sonríen tanto ustedes dos? - nos miró entrecerrando sus ojos.

Crucé una mirada con mi futuro parabatai y contesté:

-Porque Thoms me pidió que fuese su parabatai y acepté.

Mi padre nos miró estupefacto por unos segundos, suficientes para que empezara a preocuparme de que no se lo tomara bien, pero cuando se recuperó nos dio un gran abrazo.

-Felicidades. Me alegro tanto por ustedes. Hablaré con los hermanos silenciosos para que en unos meses puedan realizar la ceremonia. Mientras tanto tendrán que entrenar juntos - volvió a abrazarnos -. Le contaré a tu madre - añadió y salió de la enfermería.

-Thomas escucha - me puse seria -. Hubo un momento hace unos años en el que pensé qué pasaría si tuviera un parabatai - me miraba confundido -, por lo de mi sangre de bruja.

-Ah. Entiendo. Supongo que las runas serán un poco más potentes y eso.

-Por ese lado sí, es muy probable. Pero yo me refiero a mi conexión con Aurore. Si te conviertes en mi parabatai ¿podrás escuchar nuestras conversaciones? ¿Podremos hablar nosotros de la misma manera? No lo sé.

-Tienes razón, pero tranquila, lo resolveremos juntos ¿sí? - yo solo asentí.

De repente entraron Layth y Lía. Me sorprendió ver a la última aquí.

-¡Lex! - mi amiga corrió hacia mi y me abrazó muy fuerte, tanto que casi me asfixia.

-Layth... no puedo... respirar - le dije lo más claro posible.

-Lo siento - se separó. Le hice una seña para que supiera que no pasaba nada -. Tengo una pregunta. ¿Por qué tu padre está tan feliz?

-Porque Thomas y yo vamos a ser parabatai - contesté. La felicidad era palpable en mi voz.

Layneth estaba muy sorprendida y cuando se recuperó nos abrazó a ambos, o al menos lo intentó, ya que sus brazos eran chiquitos y le costaba abrazarnos a mi futuro parabatai y a mi a la vez.

-Felicidades. Estoy super emocionada. Yo los ayudaré a entrenar - decidió. Se notaba que quería ayudarnos.

-Por supuesto - respondió Thomas haciendo sonreía a mi amiga.

-¿Ya puedo salir de aquí? - cuestioné.

-Claro - respondió Kat entrando -. Ya estás completamente curada y puedes hacer todo con normalidad.

-¡Sí! Vamos a entrenar - pedí a mis amigos.

-Deberías descansar - replicó Layth.

-No, ya escucharon a Kat, puedo hacer todo con normalidad - me crucé de brazos -. Además con Thoms tenemos que entrenar para ser parabatai - no estaba dispuesta a ceder.

Hermanas de dos mundosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora