Entre tus sueños

Capitulo 3 "Buenos días Nueva York"

-Es perfecto, me encanta, es pequeño y modesto pero me encanta la ubicación y es mío-. Bueno por un precio bastante razonable de alquiler.

-Alba, estás segura?, mira que si no lo estas alcancemos a la mudanza y pedimos que nos devuelvan el depósito y vamos a ver otros pisos-. Dijo preocupada mi hermana menor Marlene

-Marlene, nunca he estado más segura de algo en mi vida, esto es lo que necesito, por favor se feliz por mi, no me habré casado pero Amado Dios, estoy en Nueva York a unas manzanas de Central Park y empezare a trabajar en uno de los hospitales más reconocidos de América-. Le trate hacer entender- no me pude realizar en el amor, pero juro por Dios que lo hare como médico, es lo único que necesito por ahora, entiéndeme hermanita-.le explique.

-Lo sé, solo estoy siendo tonta, es que te extrañare, todos en casa te extraeremos.
-Siempre pueden venir a verme y planeo estar en casa en Acción de gracias y navidad.
.....
Después de haber despedido a mi hermana en el aeropuerto, regrese a mi nuevo piso a deshacer la mudanza, es bastante a decir verdad.

A las 3 de la tarde ya he desempacado la mayoría de los artículos de cocina y mi guarda ropa, me tomare un descanso para ir a comprar el almuerzo y familiarizarme con el vecindario y las rutas que puedo tomar para dirigirme al hospital.

Después de una caminata de 1 hora, entre olas y olas de personas caminando a un ritmo de vértigo entro a un bonito restaurante de comida griega
El lugar es bastante mono y agradable, el camarero se acerca a tomar la orden de mi bebida, es bastante atractivo, tiene una sonrisa cálida y coqueta acompañado de ojos marrón oscuro, cuando me ve abre un poco los ojos, tengo que admitir que mi ego se elevo unas cuantas líneas.

Estoy sentada esperando por mi orden tomándome un coctel sola y un poco nostálgica, Bahh tengo que dejar de pensar así, es deprimente, tengo que empezar de nuevo esto es mi oportunidad de un nuevo comienzo.
Y así de pronto, el aire se vuelve solido, todas mi neuronas, hormonas y células en general colisionan con una fuerte impactante e irresistible corriente eléctrica como si millones de electrones y protones recorrieran mi cuerpo y el espacio que existe de mi y el extraño de ojos color hielo (azul claro casi blanco) que acaba de entrar en el local.
No puedo mover ni un solo musculo, el se percata de mi mirada y cuando sus ojos encuentran los míos se queda ahí así parado como si no existiera esta electricidad, pero no me engaña, sus ojos están casi saliendo de su hermoso rostro, como si estuviera a punto de ser atropellado o algo así.

No puedo describir el nivel de perfección que muestra su aspecto, pero lo intentare, tiene un cabello rubio oscuro cenizo despeinado de una forma sexy, mandíbula cuadrada con un ligero rastro de barba de 1 día, nariz con un ángulo y simétrica perfecta, hombros anchos y fuertes, y su boca.. Amado Dios su boca es condenadamente sexy carnosa y rosada, pero lo que en realidad fue lo que me dejo clavada en mis sitio, fueron sus ojos de hielo tan expresivos y peculiares.
Pierdo el contacto visual cuando el mesero trae mi orden, trata de coquetear pero muy apenas puedo pronunciar palabras, cuando se va busco con la mirada a ojos de hielo, pero parece que se ha esfumado.
.....

Me despierto a las a las 5 de la mañana el lunes, mi primer día formando parte del equipo  del Hospital Metropolitan Center, Dios mío que nervios.
Como desperté con tiempo de sobra, tomo una ducha y luego pongo empeño en alistarme para dar una buena primera impresión, escojo mi falda lápiz gris ostra y mi blusa color nude de holanes, aliso mi cabello y lo sujeto en un moño de lado , me pongo unas medias color nude porque no me siento cómoda sin nada cubriendo mis piernas en el trabajo, me coloco un poco de rímel, delineador café para resaltar mis ojos, y brillo de labios, creo que hice un buen trabajo, en realidad me veo bastante bien.
Me encamino ala avenida a tomar un taxi Decidí utilizar zapatillas de taco pequeño en el hospital, pero las tengo en mi bolso. Porque mientras camino prefiero usar mis zapatos de piso, valoro bastante mi cuello para romperlo.
Cojo un taxi, ciertamente estoy un poco intimidada por el trafico de Nueva York por eso decidí no traerme mi coche de Arizona, no creo estar lista para conducirlo aquí.
Una vez entrando en el hospital pudo instrucciones a la dulce recepcionista del modulo de información, para que me indique como llegar a la oficina de la dirección del hospital.
Con un poco de nerviosismo toco la puerta con la placa que reza "director: Dr. Christopher Galler".