Capítulo 20: No sentir nada

30 2 0
                                    

Pscyhe llegó al pasadizo donde se encontraban las habitaciones de esos hombres, con expresión completamente seria. A su lado, un joven caminaba decidido con aire molesto.

—Eren, ya te he dicho que no hace falta que me acompañes.

—No te voy a dejar sola con ellos —respondió de inmediato. —Aún no puedo creer que el capitán te haya ordenado hacer esto.

Ella permaneció en silencio, y miró el aspecto enfadado de su amigo de reojo. Quizás lo normal sería que ella también se sintiera de ese modo, pero por alguna razón ese castigo no le había afectado en lo más mínimo. En la época de instrucción le ocurría igual, los castigos no le hacían sentir nada comparado con la rabia de presenciar una injusticia a alguien más.

Al cabo de varios minutos, la puerta de una de las habitaciones se abrió. Al hacer contacto visual con él, enseguida se percataron de que era uno de los hombres de la noche anterior.

—Hey chicos, la sirvienta ya ha llegado —avisó a los demás entre risas.

Eren dio un paso molesto, pero ella se interpuso de inmediato colocándole una mano encima del torso para ponerse delante de él. Los dos hombres restantes salieron de la habitación en ese momento. El último traía consigo lo uniformes manchados, y nada más aproximarse, los jóvenes se percataron de un fuerte hedor proveniente de los ropajes. Una vez delante de ella, el tipo le tiró los uniformes al suelo. Estos a parte de las manchas de vino, estaban repletos de excrementos de caballo y otras sustancias de las que prefería no saber el origen.

—¡Y recuerda bien lo que dijo el capitán! Que no quede ni una mancha.

Eren, lleno de ira, apartó a la joven de delante suyo mientras caminaba hacia ellos decidido.

—¡Estas manchas no las hecho ella! —exclamó furioso. Pero entonces, la mano de la recluta lo detuvo, cogiéndole por la espalda para que no avanzara más.

—No importa Eren, lo lavaré igualmente. Es mejor ignorarles.

Él frunció el ceño en su dirección, confuso por su actitud.

—Ya la has oído, Eren. Por fin ha comprendido cual es el verdadero lugar que le corresponde aquí, y es ser la nueva limpia mierda de la legión.

Los otros dos rieron por su comentario, mientras Eren volvía a tirar hacia delante lleno de furia y ella lo sostenía por la espalda. Finalmente, aquellos tipos volvieron a sus compartimentos, y Psyche cogió un cubo y colocó las apestosas prendas en su interior. Nada más levantarse, escuchó la voz del su compañero detrás suyo.

—¿Cómo puedes permitir que te traten de ese modo...? Debemos hablar con el capitán, tú no deberías estar haciendo esto solo por defender tus compañeros.

Ella, de espaldas, giró el rostro hacia atrás en su dirección.

—Eren, solo debo lavar unas cuantas prendas, no es como si tuviera que matar a alguien. Una vez se las devuelva limpias todo habrá terminado.

—Como sea, avísame cuando vayas a dárselas. Te acompañaré.

Y a continuación caminó en dirección contraria, alejándose de allí.

***

Hange, pasaba las hojas de aquel libro antiguo una y otra vez, de izquierda a derecha. Leía y releía las palabras en él, y de vez en cuando, llena de frustración se desaliñaba el cabello con las yemas de los dedos. Psyche la contemplaba sentada en la silla. Las dos estaban solas en el sótano.

—¿Seguro que solo les ocurre eso a los titanes justo cuando los miras? —Ella asintió moviendo la cabeza arriba y abajo. —¿Entonces si te vendáramos los ojos y te vieran no se volverían excéntricos?

𝐕𝐨𝐲 𝐚 𝐬𝐞𝐫 𝐅𝐮𝐞𝐫𝐭𝐞 ~Levi Romance FanficDonde viven las historias. Descúbrelo ahora