Capítulo 5: Cambiar

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Era una habitación pequeña y oscura.

En su interior no había mucho más que un humilde horno de cerámica, varios baúles y recipientes de almacenaje con aspecto antiguo, y una cama. Sobre esta última reposaba la figura de una mujer.

Su brillante cabellera azabache se deslizaba por encima de la almohada, y la resiguió atentamente hasta llegar a su rostro. Sus párpados estaban cerrados, y varias gotitas de agua permanecían entre sus pestañas. Tenía una nariz pequeña y delicada, y unos labios finos algo separados, por donde escapan suaves respiraciones.

Aquella persona parecía estar durmiendo profundamente.

Pero entonces, se percató de que algo se removía entre las sábanas que cubrían el pecho de la mujer. Una cabellera del mismo tono azabache que el de la adulta se asomaba entre las telas blancas. De repente, unos llantos provenientes de aquella pequeña figura empezaron a retumbar por la habitación.

Ella se removió con cierto cansancio. Al percatarse de que la criatura entre sus brazos lloraba desconsoladamente, se rascó un poco lo ojos y apoyó un codo sobre el colchón. La diminuta figura que antes estaba entre sus brazos, quedó reposando sobre la superficie de tela, y apoyó una mano sobre su mejilla con cierta preocupación.

- ¿Qué ocurre?- Susurró con una voz suave pero aún algo adormecida.- Has comido hace un rato, no creo que tengas más hambre.

Los llantos de la criatura se detuvieron al escuchar la voz de la mujer. Sus ojos se abrieron, brillantes, y levantó una de sus diminutas manos en su dirección.

Ella parpadeó inmóvil y al instante sonrió un poco, acercando el rostro en dirección a la pequeña mano. En cuanto notó el cálido tacto de los dedos del bebé sobre su mejilla, suspiró y le miró detenidamente sin perder aquella pequeña curva en sus labios de felicidad.

> Solo querías que estuviera por ti, ¿no?- Se acercó y beso su frente con dulzura.- Bueno, tienes suerte, no puedo negarme a nada si me lo pide un pequeño ángel.



Abrió los ojos.

Lo primero que vio fue un techo blanco cubierto de vigas de madera. Un punzante dolor de sien logró instalar un mueca de dolor en su rostro, y se levantó costosamente. Recordó las imágenes que acababa de presenciar mientras dormía y se rascó la cabeza algo confusa.

Esa mujer con su hijo, esa habitación... No los había visto nunca antes. Pero los recordaba con tanta claridad que casi parecían reales.

Aquel había sido un extraño sueño.

Desorientada, apartó las mantas que la cubrían observando la tenue luz que entraba por la ventana de la habitación. Aquello solo podía indicar dos cosas, o era muy temprano, o era muy tarde. Deslizó la vista a la cama junto a la puerta de entrada a la habitación, esta estaba vacía. Finalmente, decidió ponerse el uniforme, y bajar al comedor.

Una vez allí, deslizó la puerta poco a poco y visualizó a sus compañeros. Estaban alrededor de una de las mesas de madera. Algunos hablaban con poco entusiasmo, mientras otros mantenían su atención enfocada en la nada. Su mirada se encontró con uno orbes avellana, que se abrieron de par en par al verla.

- Psyche, ¿ya te has levantado?- preguntó Senna levantándose de su silla.- ¿Quieres que te prepare algo? ¿Tienes hambre?

- No, gracias. Estoy bien.-Hizo una pausa y miró a través de una de las ventanas situadas en el amplio comedor. Fuera, observó el pequeño bosque que rodeaba el refugio. Las sombras entre los árboles empezaban a ser bastante pronunciadas.- ¿Qué hora es?

𝐕𝐨𝐲 𝐚 𝐬𝐞𝐫 𝐅𝐮𝐞𝐫𝐭𝐞 ~Levi Romance FanficDonde viven las historias. Descúbrelo ahora