Capitulo 33.

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- Al salir de la reunión José Luis me toma de la mano y me lleva a su oficina.

- Por Dios mujer que has hecho en mi eres, eres algo que no puedo describir me arrojó a ella y empiezo a subir su vestido.

- Ya José Luis, vamos mejor no perdamos tiempo, no te preocupes que te espera una sesión extraordinaria de sexo sin complejos.

- Pero mira como me tienes Altagracia, esto debería de ser inconstitucional.

(...)

En el camino mientras yo conduzco (no dejaría que el conducirá, probablemente con el desespero que tiene términamos chocando) además no sabe bien a dónde vamos a ir.

- Al llegar, le tapó los ojos... El se deja llevar.

suficientes regaños me toco hacerle todo el camino para que dejara sus manotas quietas.

-Me encanta verlo así, tan altivo lleno de lujuria, saber que me desea tanto como yo a él... Me tiene simplemente loca.

- Donde estamos mujer? Ya me puedo quitar esto.

- Aún no, perate un segundo.

-Pero siento que te estas cambiando de ropa, hay altagracia que iras a hacer.

- Cuando me siento lista, con mi conjunto de ropa interior perfectamente arreglado de ligero, voy hacia el y descubro sus ojos.

- Se lanza, me carga y enreda en su cuerpo. Al mismo tiempo siento como chocan nuestros sexos y lo duro que está.

-Pero no, así no es José Luis me suelto de su agarre, quiero jugar José Luis prepare esto en mi cabeza hace mas de 20 días.

- Siéntate ordenó.

- Altaaaaa por Dios.

- El sexo es de dos Luis y estoy diciendo que te sientes en el sofá.

- Mientras acataba la orden de quedarse sentado, convenientemente en bóxer.

- Quedate así, voy besando su cuello... Su forma de salivar me muestra que esta al punto máximo y yo solo bajo su bóxer y meto su miembro en mi cabida bucal.

-Se que le encantan estos juegos, se que le gusta que tome la iniciativa y una muestra de ello es su grande erección.

- Sentirlo así, gruñendo tomando mi cabello en una coleta que hizo con sus manos, así pasamos unos minutos y cuando siente que se va a venir me levanta.

- José Luiss digo.

- no, así no quiero venirme dentro de ti Altagracia.

- La agarro de sus piernas y vuelvo enredarlas en mi cintura, miró una mesa de billar perfectamente ubicada y la llevó a ella.

- Sus ojos verdes me miran, como si fuera una pantera que va a cazar cuando bajó su tanga, que me tenía loco, abro sus pliegues.

-Meto dos de mis dedos en ella y mientras mi lengua se mueve sin cesar en su clitoris.

-Siento que grita desesperada al sentir con el paso de los minutos sus paredes tenzarse, si el orgasmo se estaba fraguando en su interior.

-Mientras yo jugaba con su clitoris, le pedí que me lo diera que me diera ese orgasmo a mi, que quería sentir su sabor.

-José te quiero dentro de mi.

-En breve me tendrás, pero dejate llevar en este momento, solo basto con acelerar mis dedos y siento como se viene, así tan cual como quería en mi y sentir el delicioso sabor de mi mujer en mi boca.

- Cuando siento que esta hiperventilando por lo que acaba de pasar la agarro cargada, con la cabeza me guía donde está la habitación y seguimos con nuestra sección de sexo.

- Una y otra vez, ella encima, yo encima de lado, en cuatro no dábamos más.

- Si hubiera sabido que esta era la recompensa que tenía Altagracia por esperar 45 días, le hubiera dado 90.

-Es una diosa.

-Que piensas dice con su cuerpo sudado por las secciones intermitentes de sexo que hemos tenido.

- Que la vida me premio contigo, siempre creí por lo que viví con Eleonora o tras mujeres que el combo completo no existía Alta.

- Pero si existe el combo completo y eres tú.

-Explicate lo del combo completo José Luis.

-Ay mi pequeña, pues eres bien y eres mal, la mejor madre, completamente hermosa, eres buena hermana y tía aunque no se hablen estas pendiente de ellas.

-Maravillosa mujer, sabes delicioso, eres buena en la cama.

-Te amo y soy afortunado de tenerte acá conmigo.

- y yo te amo a ti con mi vida.

-Quiero pasar el resto de la vida contigo, en la salud en la enfermedad, en la riqueza y pobresa.

-Es toda una proposición.

-Es lo que quiero contigo y se que también lo quieres conmigo.

-Eres la madre de mi hija Altagracia, eres la mujer que siempre debió de estar en mi camino.

- Y tu en el mio sabes, siempre fuiste tu, siempre has sido tu y no lo sabía.

-Lo dices por las veces que me rechazaste? O las veces que me trataste como un perro?

- Jose Luis, disculpame por ello.

-No importa, a un así me parecías la mujer más extraordinaria del mundo.

Siempre fuiste tú . Donde viven las historias. Descúbrelo ahora