Capitulo 4.

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Que dolor? Que hablas Saul?...

—No te hagas que no sabes nada? Que no sabes que Mónica esta mal y esta entre la vida y la muerte.

—Primero que todo Saul, bajale dos rayitas a tu tono y Segundo no vengo a reirme de nadie, vengo a unos exámenes medicos mios y permiso que debo de ingresar ya.

—Tu no vas a ningún lado, que haces acá? Dimelo Altagracia.

—En ese momento José Luis intercede, no lo había hecho antes pues Altagracia le había advertido que no le gustaba las escenas de celos... Pero no podia permitir que Saul tocara a su esposa y en meses la  madre de su hijo.

—No la toques, ni te Atrevas a volver a tocar a mi mujer.

—Tu mujer? Contesta Saul en un tono poco amable y con desden mirando de pies a cabeza a Jose Luis, dejame decirte señor Navarrete que ella no le pertenece a nadie.

— Bueno se me calman los dos, ya estan grandecitos y mejor nos vamos Jose Luis que tenemos una cita que cumplir.

— Esas palabras de odio, esas miradas con desden. Hacian que el corazón de la Doña se estrujara por completo.

—Pues en alguna oportunidad amo al hombre que hoy hacia que se sintiera la peor mujer del mundo. Gracias al Cielo o a la cuestión del destino que le mostró el camino que podia seguir con Jose Luis Navarrete, un hombre que si la amaba y provocaba en ella amor, lujuria, placer y ganas de seguir adelante.

—Por las cuoestiones de su pasado, Navarrete sabia la venganza en la que se habia ensañado la Doña, en algún momento quizo utilizar esa información para acabar con la que era su enemiga mas grande en el negocio de la construcción.

—Pero la vio en una reunión de accionistas y empresarios y se acercó guiado por la seducción y belleza de esta.

Flashback

Miami, Florida 22:00horas

— Con que tú eres Altagracia Sandoval?

— José Luis Navarrete, no te hagas el estupido sabes perfectamente quien soy, me has seguido lo suficiente.

—Si, siempre mando a seguir a las personas que me interesan de un modo o otro.

—Cuénteme señor Navarrete de que modo le interesó? Le dice está con seducción y reto.

— Eso no lo se Doña, que me lo digan tus labios, fue en cuestión de minutos que estos dos ya yacían en un mundo de seducción y placer.

—Se demoraron más escogiendo el atuendo para ir a este evento, que escoger quien sería el encargado de quitarlo esa noche.

— Camino a la habitación, Altagracia se paraliza al ver tantos hombres que parecían de seguridad de aquel hombre que la estaba desnudando con la mirada, en cuestión de segundos se desprendio de sus brazos un tanto brusco.

—No señor Navarrete. No puedo seguir... No se quien eres o que me pueden hacer.

—No te preocupes, si es por la seguridad. Yo los hago retirar inmediatamente... No te pasara nada a mi lado ni dejaria que otro hombre te volviera a tocar jamas.

—Si quieres llama a tu seguridad diles que vas a pasar la noche conmigo y que si es tu deseo, pueden estar acá afuera ellos.

—Como puedo confiar en ti, te conozco hace menos de una hora.

—Me conoces hace menos de una hora, pero tus instintos te tienen aqui. Se que eres intuitiva y que lo unico que gritaras en esa habitación va ser mi nombre.

— Te tienes demasiada fe Navarretito, esta bien dejame llamo a mi hermana y le cuento que estaré un rato contigo.

—La llamada duró menos de lo esperado, Regina por su parte rio en el comedor mientras Altagracia le contaba que estaba con un hombre que se quería comer y que habia acabado de conocer.

—En el medio de la llamada Regina hablo lo suficientemente duro. Y Saul y Mónica escucharon la conversación sin tener que dejar volar la imaginación sabia esta que trataba y mientras Mónica se sentia calmada al saber que la Doña ya tenia un nuevo amante, Saul estaba hechando chispas de los celos.

Mientras tanto en Miami, Florida.

Navagracia entraban a la habitación de aquel empresario, mientras el tenía cargada Altagracia y esta tenía enredado sus piernas a su cuerpo.

—la arroja suavemente a la cama y empieza a besarla por todo el cuello, el estaba algo asustado. Sabia la historia de Altagracia Sandoval y del abuso al que fue sometida. No sabía como actuar en la cama con esta mujer.

—por eso era algo mas delicado de lo normal.

—Por otra parte, Altagracia se levanta de la cama y se deja correr su vestido por su cuerpo, lo que tenia hipnótizado a Navarrete, ya que esta no traia ropa interior, se encontraba extasiado de placer su miembro estaba a punto de explotar y solo su mente podia decir no puedo ser brusco, no con ella, con ella jamás.

—Por instinto o por saber que ese hombre era igual a ella y que sabia que la tenia investigada, Altagracia le suelta entre jadeos... Hazme lo que quieras Jose Luis... Ya no soy una mujer traumada.

—El sintió estas palabras como un permiso expreso para que este la tomara de la cintura desnuda y bajara a su zona íntima la cual ella tenia abierta, para que este follara, besara o  hiciera lo que quisisera.

—Sin aviso bajo y mientras arremetia dos de sus dedos besaba su clitoris, llevando a esta al 25avo piso de placer.

—Mientras el se encantaba con su piel dorada y sudada por el placer que este le estaba brindado, ella en un grito prácticamente suplicante le ordena que pare y la folle.

—Este como si de un militar se tratase, acepta la orden y se mete en ella haciéndola gritar de placer, mientras la penatraba una y otra vez ya sea fuerte o lento este tocaba su clitoris, por lo que esta no aguanto mas y se fundio en el placer que este le brindo gritando Navarrete.

—Ese grito de la Doña, hizo que este se extasiara de placer y terminase dentro de ella.

—Eres un estupido Navarrete por tu culpa me orine.

—Altagracia no te entiendo? Nunca te habias venido.

—Por supuesto que si dice esta con pena, como si fuese una adolescente... Pero en sus 36 años, la Doña no sabía que era un orgasmo asi. Ni con saul que era el amor de su vida.

—No pasaron esa noche juntos, pues esta se escapo a la madrugada y lo dejo ahi solo, pero perdidamente enamorado.

Fin flashback

Mientras la Doña récordaba como habia conocido aquel hombre que se le estaba metiendo en las entrañas, esperaba que la hicieran seguir a su cita, para conocer a su frijolito.

Y aunque el susto de que fuese de Saul la atormentaba, lo único importante es que ese padecito era de ella y nadie se lo podria quitar.

Siempre fuiste tú . Donde viven las historias. Descúbrelo ahora