Narra Leighla Laech
Las personas deberían de saber cuando será el día que mueren, así podrían disfrutar de su vida al máximo, poder pasar tiempo con sus seres amados y prepararlos para el fatídico día.
¿Porqué las personas mueren?
Esa y más preguntas rondan en mi cabeza, las cuales puedo contestar, pero de alguna u otra manera las preguntas siguen ahí, por alguna extraña razón.
Antes de que todo se fuera al carajo, yo veía a muchos niños con su mamá y me preguntaba ¿por qué yo no tuve ese tipo de recuerdos con mi mamá?, ¿por qué yo no pude ser esa hija tan querida?, ¿por qué yo no podía ir con mi mamá si me caía y me raspaba la rodilla?
No importaban los regaños, los insultos o los golpes que me daba cuando se molestaba conmigo, por alguna rabieta mía pero lo que si me importaba eran los besos, los abrazos y los cariños que me daba, eran momentáneos pero eran cálidos.
¿Por qué yo no?
.........
-¿A dónde quieres ir hoy?- me pregunto curioso Dwade, últimamente hemos estado viajando por los alrededores de la ciudad Aitne, donde crecí, pero ya no es aquel lugar donde me crío mi mamá, me alegro que ella no tenga que ver esta mierda.
-No lo sé, a donde quieras- digo acomodándome en el asiento de copiloto, desde hace tres semanas hemos estado así, él maneja una semana y luego me toca a mí la otra semana.
-Oye, no se vale- dice volteando a verme- yo decidí ayer- de hecho, si es así, entonces seguramente ya hemos recorrido todo Aitne- ¿qué opinas de ir a Avalon?- pregunta con una ceja alzada con una mirada coqueta.
-Está bien, nunca he ido en mi vida, ¿por qué no ir en medio del apocalipsis?- digo sarcástica lo último, ahora que lo pienso realmente nunca he ido a Avalon, pensándolo mejor no he salido de Aitne nunca, ¿qué he hecho con mi vida estos años?
-¿Que tú qué?- dice parando el auto de manera abrupta, mirándome asombrado.
-¿Oye qué te pasa?- volteo a verlo enojada, el cinturón me lastimo al frenar- ¿por qué frenas así, idiota?- me vuelvo a acomodar otra vez en mi lugar.
-Es que me sorprende bastante que no hayas ido a Avalon- dice con los ojos muy abiertos, porque ¿qué es esa pendejada de abrir los ojos como platos?
-¿Qué tiene?- digo acomodándome la gorra tapándome los ojos, estoy algo avergonzada de tal hecho, nunca me ha dado curiosidad de salir para ver que hay fuera de la ciudad, solo me concentraba en la rutina, eso era normal para mí en ese entonces- ¿tienes algún problema con eso?
-No, en lo absoluto, pero es algo raro, la mayoría de las personas que viven aquí han salido por lo menos una vez en su vida de la ciudad y han ido a Avalon- dice viendo el techo del auto.
-Pues nunca tuve interés realmente de salir de aquí, de pequeña siempre era escuela y casa- digo recordando mi niñez, me gustaría volver ahí.
-Es bonito Avalon, talvez haya sobrevivientes ahí- empezó a encender el auto para después arrancar- vamos para allá, ¿qué opinas?
-De acuerdo, espero valga la pena- me acomode mejor en mi lugar para poder dormir el resto del viaje, estoy algo emocionada, algo nuevo es emocionante.
Creo que ya pasaron dos horas de viaje, en esas dos horas no he podido dormir ni un maldito minuto, no me gusta viajar, ya lo he confirmado, no entiendo como mi papá pudo soportar todos esos viajes de negocios.
-¿Te encuentras bien niña?- dice estacionándose- creo que esto de los viajes no te queda, ¿verdad?
-¿Acaso te estás burlando de mí?- ahorita no tengo las energías para aguantarlo.
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INFECTADOS
Novela Juvenil-¡¡Corre, te apuesto a que no me alcanzas!!- gritaba con una sonrisa de oreja a oreja, después de tanto ajetreó por fin estamos en paz, él y yo. -¡¡Eres una idiota!!- me dijo riendo con su encantadora sonrisa. Subíamos al techo para poder ver el ano...